jueves, 14 de diciembre de 2017

MISA DEL DOMINGO 17 DE DICIEMBRE

Morado o Rosa Domingo HI de Adviento O Gaudete "O Sapientia" * "Oh Sabiduría". 

MR, p. 143 (159) / Lecc I p. 131 LH, 3a. Semana del Salterio

Otros santos: Juan de Mata, fundador; Lázaro de Betania, laico. Beato Juan de Montecorvino, obispo.

UN HOMBRE ENVIADO POR DIOS

Is 61, 1-2. 10-11; 1 Tes 5, 16-24; Jn 1,6-8. 19-28


Muy claramente observamos el esquema promesa-cumplimiento en las dos lecturas que nos ofrece la liturgia. El profeta Isaías presenta a un hombre que tiene clara conciencia de su misión y su autoridad. No actuará a título personal, sino en calidad de enviado de Dios; más aún, realizará una misión que lo sobrepasa, siendo robustecido por la fuerza del Espíritu. Se sabe y vive como un ungido del Señor que dará consuelo. Él está seguro que la suerte de la gente que sufre, dará un vuelco favorable. Juan Bautista vivió en un periodo de transición. Expresamente renunció a considerarse el Profeta y el Mesías y apenas se reconoció así mismo como el mensajero anunciado por Isaías. Sabemos que el Señor Jesús siguió de cerca a Juan, que se entusiasmó con su movimiento renovador y que posteriormente se apartó de él, para anunciar con menos severidad que Juan, la llegada inminente del Reino de Dios.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Flp 4, 4. 5

Estén siempre alegres en el Señor, les repito, estén alegres. El Señor está cerca.

No se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA


Dios nuestro, que contemplas a tu pueblo esperando fervorosamente la fiesta del nacimiento de tu Hijo, concédenos poder alcanzar la dicha que nos trae la salvación y celebrarla siempre con la solemnidad de nuestras ofrendas y con vivísima alegría. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Me alegro en el Señor con toda el alma.

Del libro del profeta Isaías: 61, 1-2. 10-11


El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, a curar a los de corazón quebrantado, a proclamar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros, y a pregonar el año de gracia del Señor.


Me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en mi Dios, porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió con un manto de justicia, como el novio que se pone la corona, como la novia que se adorna con sus joyas.

Así como la tierra echa sus brotes y el jardín hace germinar lo sembrado en él, así el Señor hará brotar la justicia y la alabanza ante todas las naciones.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO FIESPONSORIAL

Lucas 1, 46-48. 49-50. 53-54.


R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador.

Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso los ojos en la humildad de su esclava. R/. 


Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen. R/.



A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada. Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo. R/.

SEGUNDA LECTURA

Conservémonos irreprochables en cuerpo y alma hasta la llegada del Señor

De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 5,16-24


Hermanos: Vivan siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en toda ocasión, pues esto es lo que Dios quiere de ustedes en Cristo Jesús. No impidan la acción del Espíritu Santo, ni desprecien el don de profecía; pero sométanlo todo a prueba y quédense con lo bueno. Absténganse de toda clase de mal. Que el Dios de la paz los santifique a ustedes en todo y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, se conserve irreprochable hasta la llegada de nuestro Señor Jesucristo. El que los ha llamado es fiel y cumplirá su promesa.


Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Is 61, 1 (cit. en Lc 4. 18)

R/. Aleluya, aleluya.


El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres. R/.

EVANGELIO

En medio de ustedes hay uno al que ustedes no conocen.

Del santo Evangelio según san Juan: 1, 6-8.19-28

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.

Este es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: "¿Quién eres tú?".



Él reconoció y no negó quién era. Él afirmó: "Yo no soy el Mesías". De nuevo le preguntaron: "¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?". Él les respondió: "No lo soy". "¿Eres el profeta?". Respondió: "No". Le dijeron: "Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?". Juan les contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: 'Enderecen el camino del Señor', como anunció el profeta Isaías".

Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: "Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?". Juan les respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias". Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Se dice Credo

PLEGARIA UNIVERSAL


Confortados por el anuncio de la venida del Señor, oremos, hermanos, mientras esperamos confiadamente nuestra total liberación. Digamos confiadamente: (R/. Ven Señor Jesús)


Para que Dios visite a la santa Iglesia con su venida y la gobierne con su asistencia, roguemos al Señor.

Para que con la tutela divina nuestros tiempos sean tranquilos y nuestra vida feliz, roguemos al Señor.

Para que el Señor con su venida cure los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a los que no la tienen y libre al mundo de todos los males, roguemos al Señor.

Para que quienes ahora recordamos con piedad la primera venida del Señor en la carne, merezcamos participar también con gozo en su gloriosa aparición al final de los tiempos, roguemos al Señor.

Señor Dios, Padre de los pobres y desamparados, que llamas a todos los hombres a participar de la paz y bienestar de tu reino, escucha nuestra oración, muéstranos tu bondad y danos un corazón puro y generoso para allanar el camino al Salvador. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que este sacrificio, Señor, que te ofrecemos con devoción, nunca deje de realizarse, para que cumpla el designio que encierra tan santo misterio y obre eficazmente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I o III de Adviento, MR. pp. 484-486 (485-487).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Is 35, 4

Digan a los cobardes: "¡Ánimo, no teman!; miren a su Dios: viene en persona a salvarlos".

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Imploramos, Señor, tu misericordia, para que estos divinos auxilios nos preparen, purificados de nuestros pecados, para celebrar las fiestas venideras. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, MR, p. 591 (598).

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- En una sociedad pintada de protagonismo, visible por lo menos en el gran número de políticos que quieren postularse como candidatos a la presidencia, manifiesta también en el plano personal, en esa feria de vanidades que significa exhibir fotografías y otras simplezas en las redes sociales, resultará extraño encontrarnos con la discreción y la modestia de Juan Bautista. No obstante que tenía un gran arraigo entre la gente de Israel, no perdió piso ni se le subieron los humos, se mantuvo sensato y reconocía su verdadera estatura. Era el portavoz de la luz. Los reflectores debían apuntar hacia otra persona distinta de él. No se dejó atrapar por el afán de notoriedad ni por el protagonismo. Demasiado cinismo o demasiada superficialidad la que observamos en tantas personas que se dicen idóneas para gobernar este país, cuando las cuentas que rinden son poco menos que desastrosas en los estados donde gobiernan. Parece que estamos realmente huérfanos de servidores públicos que verdaderamente estén decididos a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.

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