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martes, 30 de abril de 2019

MISA DEL MIERCOLES 01/05/19 SAN JOSE OBRERO


Blanco MR, p. 737 (724) / Lecc. I, p. 877 / LH 2a. semana.


Este humilde carpintero de Nazaret, pueblecito de Galilea, es para los cristianos el modelo en el cumplimiento de su profesión, puesto que él trabajó todos los días íntimamente unido a Jesús. En la escuela de Nazaret, José nos enseña que el trabajo es gozo y dolor, servicio a la comunidad y cercanía a Dios.


UNA NUEVA MANERA DE VIVIR 

Hech 5, 17-26; Jn 3, 16-21



Pocas frases evangélicas son tan conocidas como ésta que nos refiere Juan 3,16. Dios envió a su Hijo por amor al mundo, para hacernos partícipes de la vida eterna. Podría pensarse que dicha misión no tuviera repercusión alguna en esta, la vida terrena, aparentemente contrapuesta ala eterna y definitiva. El probable malentendido queda despejado cuando revisamos el mandato que el Ángel del Señor asigna a los discípulos Pedro y Juan al momento de librarlos dela cárcel en Jerusalén: vayan y expliquen al pueblo esta manera de vivir. La fe cristiana no es un amasijo de doctrinas al gusto del cliente, nada más lejano del cristianismo que una religión de supermercado, donde cada cual hace su propio "carrito de compras", llevándose las prácticas y creencias que más le convengan. El cristianismo es una forma de vida, inspirada en la misma vida de Jesús. El cristiano elige vivir a la manera de Jesús su Señor en todos los ámbitos de la vida.


ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 127, 1-2

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerán el fruto de su trabajo, será dichosos, le irá bien. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, creador de todas las cosas que has establecido para el género humano el precepto del trabajo, concede, propicio, por el ejemplo y con la protección de san José, que podamos cumplir con las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Los hombres que habían metido en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 17-26


En aquellos días, el sumo sacerdote y los de su partido, que eran los saduceos, llenos de ira contra los apóstoles, los mandaron aprehender y los metieron en la cárcel. Pero durante la noche, un ángel del Señor les abrió las puertas, los sacó de ahí y les dijo: "Vayan al templo y pónganse a enseñar al pueblo todo lo referente a esta nueva vida". Para obedecer la orden, se fueron de madrugada al templo y ahí se pusieron a enseñar.
 
Cuando llegó el sumo sacerdote con los de su partido convocaron al sanedrín, es decir, a todo el senado de los hijos de Israel, y mandaron traer de la cárcel a los presos. Al llegar los guardias a la cárcel, no los hallaron y regresaron a informar: "Encontramos la cárcel bien cerrada y a los centinelas en sus puestos, pero al abrir no encontramos a nadie adentro".

Al oír estas palabras, el jefe de la guardia del templo y los sumos sacerdotes se quedaron sin saber qué pensar; pero en ese momento llegó uno y les dijo: "Los hombres que habían metido en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo".

Entonces el jefe de la guardia, con sus hombres, trajo a los apóstoles, pero sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9


R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.


Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.

Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R/.

Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. R/.

Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él. R/.



ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16

R/. Aleluya, aleluya.


Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que el que crea en él, tenga vida eterna. R/. Aleluya.

EVANGELIO

Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él.

Del santo Evangelio según san Juan: 3,16-21 

Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el Hijo único de Dios.

La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


O bien, en la memoria de san José: (Lecc. I, p. 1013 [1011])

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Salmo 67, 20

R/. Aleluya, aleluya.

Bendito sea el Señor día tras día, que nos lleve en sus alas y nos salve. R/. Aleluya.

EVANGELIO

¿No es éste el hijo del carpintero?

Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 54-58

En aquel tiempo, Jesús llegó a su tierra y se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal forma, que todos estaban asombrados y se preguntaban: "¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Qué no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, ha sacado todas estas cosas?". Y se negaban a creer en él. Entonces, Jesús les dijo: "Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa". Y no hizo muchos milagros ahí por la incredulidad de ellos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, fuente de toda misericordia, mira las ofrendas que te presentamos en la conmemoración de san José, concédenos, propicio, que los dones ofrecidos se conviertan en protección para los que te invocan. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

Misión de san José.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gradas siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la conmemoración de san José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia, para que, haciendo las veces de Padre, cuidara a tu Unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro. Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza. Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Col 3, 17

Todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados, Señor, con el manjar celestial, te suplicamos humildemente que, a ejemplo de san José, llevemos en nuestro corazón las pruebas de tu amor y gocemos siempre del fruto de la paz eterna. Por Jesucristo, nuestro, Señor.

ORACIÓN DE SAN JUAN XXIII A SAN JOSÉ: "¡Oh glorioso San José, que velaste tu incomparable y real dignidad de guardián de Jesús y de la Virgen María bajo la humilde apariencia de artesano, y con tu trabajo sus-tentaste sus vidas, protege con amable poder a los hijos que te están especialmente confiados! Tú conoces sus angustias y sus sufrimientos porque tú mismo los probaste al lado de Jesús y de su Madre. No permitas que, oprimidos por tantas preocupaciones, olviden el fin para el que fueron creados por Dios; no dejes que los gérmenes de la desconfianza se adueñen de sus almas inmortales Re-cuerda a todos los trabajadores que, en los campos, en las oficinas, en las minas, en los laboratorios de la ciencia no están solos para trabajar, gozar y servir, sino que junto a ellos está Jesús con María, Madre suya y nuestra, para sostenerlos, para enjugar el sudor, para mitigar sus fatigas. Enséñales a hacer del trabajo, como hiciste tú, un instrumento altísimo de santificación".

lunes, 18 de marzo de 2019

MISA DEL MARTES 19/03/19 SAN JOSE

San José, esposo de la Santísima Virgen María

Blanco Solemnidad MR, p. 720 (707) / Lecc. I, p. 1002


Su misión en esta vida consistió en velar por Jesús "haciendo las veces de padre" (Prefacio). Pero el Señor ha querido que la cabeza de la Sagrada Familia siga cumpliendo la misma función con la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo. Maria es madre de la Iglesia; san José, el protector.


UN HOMBRE RECTO

2 Sam 7, 4-5. 12-14. 16; Rom 4, 13. 16-18. 22; Mt 1, 16. 18-21.24


La celebración de San José, esposo de María y padre de Jesús nos permite reflexionar acerca del modelaje y la ejemplaridad. De igual manera el relato de la promesa de Dios a David nos permite comprender la manera cómo Dios ejerce la autoridad con los reyes de Israel. Efectivamente Dios acogerá a los descendientes de David como hijos suyos. Dios no se conducirá como padre complaciente, sino que practicará la corrección con energía y firmeza cada que sea necesario. El rey no será tratado por Dios como un niño mimado, sino como un sujeto de responsabilidades. El relato del nacimiento de Jesús nos presenta los dilemas de José. Había que desmontar la propia incertidumbre, desoír los rumores de los vecinos. Para eso era necesario atender a la realidad del misterio de la salvación presente en la persona de su prometida.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 12, 42

Éste es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, que quisiste poner bajo la protección de san José el nacimiento y la infancia de nuestro Redentor, concédele a tu Iglesia proseguir y llevar a término, bajo su patrocinio, la obra de la redención humana. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.

Del segundo libro de Samuel: 7, 4-5. 12-14. 16


En aquellos días, el Señor le habló al profeta Natán y le dijo: "Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: 'Cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino.

El me construirá una casa y yo consolidaré su trono para siempre. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será estable eternamente' ".

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 88, 2-3.4-5.27 y 29


R/. Su descendencia perdurará eternamente.


Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos. R/.
Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido: 'Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono eternamente'. R/.

El me podrá decir: 'Tú eres mi padre, el Dios que me protege y que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré el juramento que le hice". R/.


SEGUNDA LECTURA

Esperando contra toda esperanza. Abraham creyó.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 4, 13. 16- 18. 22


Hermanos: La promesa que Dios hizo a Abraham y a sus descendientes, de que ellos heredarían el mundo, no dependía de la observancia de la ley, sino de la justificación obtenida mediante la fe. En esta forma, por medio de la fe, que es gratuita, queda asegurada la promesa para todos sus descendientes, no sólo para aquellos que cumplen la ley, sino también para todos los que tienen la fe de Abraham. Entonces, él es padre de todos nosotros, como dice la Escritura: Te he constituido padre de todos los pueblos.

Así pues, Abraham es nuestro padre delante de aquel Dios en quien creyó y que da la vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que todavía no existen. Él, esperando contra toda esperanza, creyó que habría de ser padre de muchos pueblos, conforme a lo que Dios le había prometido: Así de numerosa será tu descendencia. Por eso, Dios le acreditó esta fe como justicia. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 83, 5

R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.


Dichosos los que viven en tu casa; siempre, Señor, te alabarán. R/.

EVANGELIO

José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor

Del santo Evangelio según san Mateo: 1, 16. 18-21. 24


Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.

Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados". Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que así como san José sirvió con amorosa entrega a tu Unigénito, nacido de la Virgen María, así también nosotros, con un corazón limpio, merezcamos servirte en tu altar. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

Misión de san José.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la solemnidad de san José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro. Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 21

Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, protege siempre a esta familia tuya que alimentada con el sacramento del altar, se alegra hoy al celebrar la solemnidad de san José, y conserva en ella los dones que con tanta bondad le concedes. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Alegría en el corazón de Dimas

Hemos entrado en Cuaresma, tiempo de preparación para celebrar la Semana Santa, con la Pascua cristiana: el triunfo de Cristo, después de su...