Blanco MR, p. 737 (724) / Lecc. I, p. 877 / LH 2a. semana.
Este humilde carpintero de Nazaret, pueblecito de Galilea, es para los cristianos el modelo en el cumplimiento de su profesión, puesto que él trabajó todos los días íntimamente unido a Jesús. En la escuela de Nazaret, José nos enseña que el trabajo es gozo y dolor, servicio a la comunidad y cercanía a Dios.
UNA NUEVA MANERA DE VIVIR
Hech 5, 17-26; Jn 3, 16-21
Pocas frases evangélicas son tan conocidas como ésta que nos refiere Juan 3,16. Dios envió a su Hijo por amor al mundo, para hacernos partícipes de la vida eterna. Podría pensarse que dicha misión no tuviera repercusión alguna en esta, la vida terrena, aparentemente contrapuesta ala eterna y definitiva. El probable malentendido queda despejado cuando revisamos el mandato que el Ángel del Señor asigna a los discípulos Pedro y Juan al momento de librarlos dela cárcel en Jerusalén: vayan y expliquen al pueblo esta manera de vivir. La fe cristiana no es un amasijo de doctrinas al gusto del cliente, nada más lejano del cristianismo que una religión de supermercado, donde cada cual hace su propio "carrito de compras", llevándose las prácticas y creencias que más le convengan. El cristianismo es una forma de vida, inspirada en la misma vida de Jesús. El cristiano elige vivir a la manera de Jesús su Señor en todos los ámbitos de la vida.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 127, 1-2
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerán el fruto de su trabajo, será dichosos, le irá bien. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, creador de todas las cosas que has establecido para el género humano el precepto del trabajo, concede, propicio, por el ejemplo y con la protección de san José, que podamos cumplir con las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Los hombres que habían metido en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 17-26
En aquellos días, el sumo sacerdote y los de su partido, que eran los saduceos, llenos de ira contra los apóstoles, los mandaron aprehender y los metieron en la cárcel. Pero durante la noche, un ángel del Señor les abrió las puertas, los sacó de ahí y les dijo: "Vayan al templo y pónganse a enseñar al pueblo todo lo referente a esta nueva vida". Para obedecer la orden, se fueron de madrugada al templo y ahí se pusieron a enseñar.
Cuando llegó el sumo sacerdote con los de su partido convocaron al sanedrín, es decir, a todo el senado de los hijos de Israel, y mandaron traer de la cárcel a los presos. Al llegar los guardias a la cárcel, no los hallaron y regresaron a informar: "Encontramos la cárcel bien cerrada y a los centinelas en sus puestos, pero al abrir no encontramos a nadie adentro".
Al oír estas palabras, el jefe de la guardia del templo y los sumos sacerdotes se quedaron sin saber qué pensar; pero en ese momento llegó uno y les dijo: "Los hombres que habían metido en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo".
Entonces el jefe de la guardia, con sus hombres, trajo a los apóstoles, pero sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R/.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que el que crea en él, tenga vida eterna. R/. Aleluya.
EVANGELIO
Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él.
Del santo Evangelio según san Juan: 3,16-21
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
O bien, en la memoria de san José: (Lecc. I, p. 1013 [1011])
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Salmo 67, 20
R/. Aleluya, aleluya.
Bendito sea el Señor día tras día, que nos lleve en sus alas y nos salve. R/. Aleluya.
EVANGELIO
¿No es éste el hijo del carpintero?
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 54-58
En aquel tiempo, Jesús llegó a su tierra y se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal forma, que todos estaban asombrados y se preguntaban: "¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Qué no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, ha sacado todas estas cosas?". Y se negaban a creer en él. Entonces, Jesús les dijo: "Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa". Y no hizo muchos milagros ahí por la incredulidad de ellos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, fuente de toda misericordia, mira las ofrendas que te presentamos en la conmemoración de san José, concédenos, propicio, que los dones ofrecidos se conviertan en protección para los que te invocan. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Misión de san José.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gradas siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la conmemoración de san José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu familia, para que, haciendo las veces de Padre, cuidara a tu Unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro. Por él, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza. Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Col 3, 17
Todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados, Señor, con el manjar celestial, te suplicamos humildemente que, a ejemplo de san José, llevemos en nuestro corazón las pruebas de tu amor y gocemos siempre del fruto de la paz eterna. Por Jesucristo, nuestro, Señor.
ORACIÓN DE SAN JUAN XXIII A SAN JOSÉ: "¡Oh glorioso San José, que velaste tu incomparable y real dignidad de guardián de Jesús y de la Virgen María bajo la humilde apariencia de artesano, y con tu trabajo sus-tentaste sus vidas, protege con amable poder a los hijos que te están especialmente confiados! Tú conoces sus angustias y sus sufrimientos porque tú mismo los probaste al lado de Jesús y de su Madre. No permitas que, oprimidos por tantas preocupaciones, olviden el fin para el que fueron creados por Dios; no dejes que los gérmenes de la desconfianza se adueñen de sus almas inmortales Re-cuerda a todos los trabajadores que, en los campos, en las oficinas, en las minas, en los laboratorios de la ciencia no están solos para trabajar, gozar y servir, sino que junto a ellos está Jesús con María, Madre suya y nuestra, para sostenerlos, para enjugar el sudor, para mitigar sus fatigas. Enséñales a hacer del trabajo, como hiciste tú, un instrumento altísimo de santificación".
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