viernes, 13 de abril de 2018

MISA DEL DOMINGO 15/04/18

DOMINGO 15

III Domingo De Pascua MR, p. 355 (360) / Lecc. I, p. 215. LH, salterio de la 3a. Semana



MENTE ABIERTA

Hech 3.13-15. 17-19, 1 Jn 2, 1-5, Lc 24, 35-48


Las dos lecturas coinciden en describir el punto de partida de los personajes que interactúan con Pedro y Jesús. Los habitantes de Jerusalén se dejaron manipular por sus jefes y actuando por ignorancia pidieron la muerte del autor dela vida. Las masas suelen ser presa del manejo emocional que ejercen sobre ellas los líderes deshonestos. La palabra de Pedro no incluye manipulación alguna. Les refiere un hecho fundamental: Dios ha resucitado a su siervo Jesús. Les ofrece una interpretación creyente: la fe en Jesús ha devuelto la movilidad al paralítico. En el Evangelio de san Lucas aparecen unos discípulos temerosos e incapaces de descifrar inteligentemente la misteriosa muerte del Justo. Ni siquiera las escrituras les ayudan a desvelar su misterio. Jesús los auxilia, remediando su cerrazón y explicándoles el nexo estrecho entre las profecías y su pascua.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 65, 1-2

Aclama a Dios, tierra entera. Canten todos un himno a su nombre, denle gracias y alábenlo. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que tu pueblo se regocije siempre al verse renovado y rejuvenecido, para que, al alegrarse hoy por haber recobrado la dignidad de su adopción filial, aguarde seguro su gozosa esperanza el día de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Ustedes dieron muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucito de entre los muertos.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 3. 13-15. 17-19


En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: "El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron a Pilato, y a quien rechazaron en su presencia, cuando él ya había decidido ponerlo en libertad. Rechazaron al santo, al justo, y pidieron el indulto de un asesino; han dado muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos y de ello nosotros somos testigos.

Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes han obrado por ignorancia, de la misma manera que sus jefes; pero Dios cumplió así lo que había predicho por boca de los profetas: que su Mesías tenía que padecer. Por lo tanto, arrepiéntanse y conviértanse para que se les perdonen sus pecados".

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 4, 2.4. 7, 9


R/. En ti, Señor, confío. Aleluya.


Tú que conoces lo justo de mi causa, Señor, responde a mi clamor. Tú que me has sacado con bien de mis angustias, apiádate y escucha mi oración, R/. 

Admirable en bondad ha sido el Señor para conmigo, y siempre que lo invoco me ha escuchado; por eso en él confío. R/.

En paz, Señor, me acuesto y duermo en paz, pues sólo tú, Señor, eres mi tranquilidad. R/.


SEGUNDA LECTURA

Cristo es la víctima de propiciación por nuestros pecados y por los del mundo entero.

De la primera carta del apóstol san Juan: 2, 1-5


Hijitos míos: Les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguien peca, tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo, el justo. Porque él se ofreció como víctima de expiación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero.

En esto tenemos una prueba de que conocemos a Dios: en que cumplimos sus mandamientos. Quien dice: "Yo lo conozco", pero no cumple sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado a su plenitud, y precisamente en esto conocemos que estamos unidos a él. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 24, 32

R/. Aleluya, aleluya.


Señor Jesús, haz que comprendamos la Sagrada Escritura. Enciende nuestro corazón mientras nos hablas. R/.

EVANGELIO

Está escrito que Cristo tenía que padecer y tenía que resucitar de entre los muertos al tercer día.

Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 35-48


Cuando los dos discípulos regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban reunidos los apóstoles, les contaron lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.

Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". El los, desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero él les dijo: "No teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Tóquenme y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que tengo yo". Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les dijo: "¿Tienen aquí algo de comer?". Le ofrecieron un trozo de pescado asado; él lo tomó y se puso a comer delante de ellos.

Después les dijo: "Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba yo, cuando aún estaba con ustedes: que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos".

Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras y les dijo: "Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL


Invoquemos, amados hermanos, a Cristo, triunfador del pecado y de la muerte, que siempre intercede por nosotros diciendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor. O Rey de la gloria, resucítanos contigo.)

Para que Cristo, el Señor, atraiga hacia sí el corazón de los fieles y fortalezca sus voluntades, de manera que busquen los bienes de allá arriba, donde él está sentado a la derecha de Dios, roguemos al Señor.

Para que Cristo, amo supremo de la creación, haga que todos los pueblos gocen abundantemente de la paz que en sus apariciones otorgó a los discípulos, roguemos al Señor.

Para que Cristo, el destructor de la muerte y el médico de toda enfermedad, se compadezca de los débiles y desdichados y aleje del mundo el hambre, las guerras y todos los males,roguemos al Señor.

Para que Cristo, el Señor, salve y bendiga nuestra parroquia (comunidad), y conceda la paz, la alegría y el descanso den las fatigas a los que hoy nos hemos reunido aquí para celebrar su triunfo, roguemos al Señor.

Señor Dios, que con la muerte gloriosa de tu Hijo, víctima de propiciación por nuestros pecados, has puesto el fundamento de la reconciliación y la paz, escucha las oraciones de tu Iglesia y haz de nosotros signo y levadura de una humanidad nueva, pacificada por tu amor. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina. inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones que, jubilosa, tu Iglesia te presenta, y puesto que es a ti a quien debe su alegría, concédele también disfrutar de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua. MR, pp. 499-503 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 24, 35

Los discípulos reconocieron al Señor Jesús, al partir el pan. Aleluya.

O bien: Lc 24, 46-47

Era necesario que Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y que, en su nombre, se exhortara a todos los pueblos el arrepentimiento para el perdón de los pecados. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dirige, Señor, tu mirada compasiva sobre tu pueblo, al que te has dignado renovar con estos misterios de vida eterna, y concédele llegar un día a la gloria incorruptible de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne. p 595 (602).

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Leer constantemente la Palabra de Dios no es un costumbre extendida ni arraigada entre los católicos. Esa y otras prácticas de fe siguen sin emocionar a los bautizados. Malos lectores no sólo en el terreno de la información de actualidad, sino también en lo relativo a los textos que deberían ser nuestro referente ético y nuestro alimento espiritual. Los primeros discípulos estaban habituados a escuchar sus escrituras santas; sin embargo, la inexplicable muerte en cruz del maestro los había dejado pasmados. Retomaron el ritmo, animados por la palabra luminosa y explícita de Jesús resucitado. Leer siempre será más provechoso que quedarse pegado a teleseries de moda. Con mayor razón un cristiano estará urgido de reafirmar su esperanza y de fundamentar las exigencias del seguimiento de Jesucristo en esta sociedad confundida por la post-verdad, las emociones y las creencias infundadas. Un cristiano fiel no puede renunciar a alimentar su vida como creyente.

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