Campaña Manos
Unidas 2020
“Quien más sufre
el maltrato al planeta no eres tú”
Queridos hermanos y hermanas.
La jornada de Manos Unidas de este año tiene como
lema: “Quien más sufre el maltrato al planeta no eres tú”. Somos conscientes de
la degradación continuada del medio ambiente mediante la explotación abusiva y
devoradora de recursos naturales, el consumismo desmedido en el que estamos
inmersos, la ingente cantidad de residuos y basuras que generamos, la
insuficiente concienciación de la necesidad de reciclar los productos que
consumimos, la contaminación de la atmósfera, mares, ríos, tierras y cuencas
acuíferas, la ingente deforestación, la depredación de especies marinas, la
existencia de especies en riesgo de extinción…
El santo Papa Pablo VI se refirió a la problemática
ecológica, presentándola como una crisis, que es una consecuencia dramática de
la actividad descontrolada del ser humano: “Debido a una explotación
inconsiderada de la naturaleza, el ser humano corre el riesgo de destruirla y de
ser a su vez víctima de esta degradación” (cfr. carta octogesima adveniens,
21). Y también el Papa Benedicto XVI, afirmaba que: “la degradación de la
naturaleza está estrechamente unida a la cultura que modela la convivencia
humana” (Caritas in veritate, 51), es decir, fruto de la actividad humana y de
la concepción que se tiene del progreso y la transformación del mundo. Todo
ello parte de una concepción antropológica desenfocada y su relación con la
naturaleza a la que pertenecemos y en la que estamos integrados.
Todas estas cuestiones han sido abordadas y
profundizadas por el Papa Francisco en su encíclica Laudato sí en la que
realiza este llamamiento: “Hago una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre
el modo como estamos construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una
conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y
sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos. El movimiento
ecológico mundial ya ha recorrido un largo y rico camino, y ha generado numerosas
agrupaciones ciudadanas que ayudaron a la concientización. Lamentablemente,
muchos esfuerzos para buscar soluciones concretas a la crisis ambiental suelen
ser frustrados no sólo por el rechazo de los poderosos, sino también por la
falta de interés de los demás. Las actitudes que obstruyen los caminos de
solución, aun entre los creyentes, van de la negación del problema a la
indiferencia, la resignación cómoda o la confianza ciega en las soluciones
técnicas. Necesitamos una solidaridad universal nueva” (LS, 14).
La campaña de Manos Unidas de este año nos recuerda
la necesidad de cuidar de la casa común y la relación que existe entre el
deterioro medioambiental y la pobreza de muchas personas y comunidades que
sufren las consecuencias devastadoras de esta degradación ecológica, ya que su
medio de subsistencia depende fuertemente de las condiciones del medio ambiente
donde viven. Al mismo tiempo, se nos invita a colaborar con los proyectos que
quieren poner en marcha que ayuden a estas comunidades empobrecidas a mejorar
sus condiciones de vida y a impulsar su propio camino de desarrollo y
crecimiento. También la campaña nos invita a tomar conciencia de la necesidad
de fomentar entre nosotros nuevos estilos de vida, de consumo y de cuidado de
la naturaleza que posibilite el cuidado respetuoso de la casa común que nos
alberga generosa y delicadamente a todos.
Os animo a acoger con gratitud esta campaña, a
reflexionar sobre los diversos aspectos que en ella se tratan, a discernir los
cambios que necesitamos en el estilo personal y comunitario de nuestra vida
cotidiana y a llevarlos coherentemente a la práctica. Así mismo, prestemos
generosamente nuestra ayuda a nuestros hermanos más necesitados colaborando
económicamente con los proyectos que desarrolla Manos Unidas en las regiones
más empobrecidas del planeta. Que el Señor nos bendiga y acompañe siempre. Con
gran afecto.
+ Mario Iceta Gabicagogeascoa
Obispo de Bilbao
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