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viernes, 30 de abril de 2021
miércoles, 28 de abril de 2021
Papa Francisco inaugurará este sábado el maratón del Rosario por el fin de la pandemia
El Papa Francisco inaugurará el 1 de mayo el maratón del rezo del Rosario en el que participarán santuarios del mundo para invocar el fin de la pandemia.
El rezo del Rosario se llevará a cabo todos los días del mes de mayo de 2021 a las 6:00 p.m. (hora de Roma) con una intención de oración particular y será transmitido por los canales vaticanos.
En concreto, el próximo sábado 1 de mayo el Papa Francisco rezará ante la Virgen del Socorro que se encuentra en la Capilla Gregoriana de la Basílica de San Pedro.
El ícono de la Virgen del Socorro ha sido venerado desde el siglo VII en un fresco sobre el altar de San León en la primitiva basílica vaticana. Luego fue colocado, donde aún hoy se encuentra, dentro de la nueva Basílica de San Pedro construida por el Papa Gregorio XIII en 1578, en la Capilla Gregoriana, donde además se conservan las reliquias de San Gregorio Nacianceno, Doctor y Padre de la Iglesia.
En cambio, el 31 de mayo, el Santo Padre concluirá este maratón de oración desde los Jardines Vaticanos.
El tema del maratón del rezo del Rosario es: “De toda la Iglesia subía incesantemente la oración a Dios”, frase elegida del Libro de los Hechos de los Apóstoles.
Según informó el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización (PCPNE), en las dos ocasiones que participará el Pontífice se ofrecerá también la traducción al lenguaje de señas para las personas sordas y con problemas de audición.
A continuación, la lista de los santuarios desde donde se realizará el rezo del Rosario y la intención de oración de cada día:
El sábado 1 de mayo, el Papa rezará desde la Basílica de San Pedro “por la humanidad herida a causa de la pandemia” y en el Santuario de Nuestra Señora de Walsingham (Inglaterra) rezarán “por los fallecidos a causa de la pandemia”.
El 2 de mayo, se rezará en el Santuario de Jesús el Salvador y María Madre (Nigeria) “por los que no han podido despedirse de sus seres queridos”.
El 3 de mayo, tocará el turno del Santuario de Nuestra Señora de Częstochowa (Polonia) en donde rezarán “por los contagiados y los enfermos”.
El 4 de mayo, el rezo del Rosario desde la Basílica de la Anunciación (Nazaret) “por las mujeres embarazadas y los bebés por nacer”.
El 5 de mayo, el Rosario será desde el Santuario de la Santa Virgen del Rosario (Corea del Sur) “por los niños y adolescentes”.
El 6 de mayo, se rezará desde el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida (Brasil) “por los jóvenes”.
El 7 de mayo, el Rosario será desde el Santuario de Nuestra Señora de la Paz y del buen viaje (Filipinas) y será dedicado “por las familias”.
El 8 de mayo, el rezo del Rosario será desde el Santuario de Nuestra Señora de Luján (Argentina) “por los profesionales de la comunicación”.
El 9 de mayo, el Rosario será desde la Santa Casa de Loreto (Italia) “por los ancianos”.
El 10 de mayo, desde el Santuario de Nuestra Señora de Knock (Irlanda) “por las personas con discapacidad”.
El 11 de mayo, el rezo del Rosario será desde el Santuario de la Virgen de los Pobres (Bélgica) “por los pobres, los que no tienen techo y las personas en dificultad económica”.
El 12 de mayo, tocará el turno al Santuario de Nuestra Señora de África (Argelia) “por las personas solas y por aquellos que han perdido la esperanza”.
El 13 de mayo, la oración mariana será desde el Santuario de la Santa Virgen del Rosario (Portugal) “por los encarcelados”.
El 14 de mayo, el Rosario será desde el Santuario de Nuestra Señora de la Salud (India) “por los científicos e institutos de investigación médica”.
El 15 de mayo, la oración será desde el Santuario de la Virgen Reina de la Paz (Bosnia) “por los migrantes”.
El 16 de mayo, desde la Catedral de Santa María (Australia) “por las víctimas de la violencia y de la trata de seres humanos”.
El 17 de mayo, el rezo del Rosario será desde el Santuario de la Inmaculada Concepción (Estados Unidos) “por los responsables de las naciones y de los organismos internacionales”.
El 18 de mayo, el Rosario será desde el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes (Francia) “por los médicos y las enfermeras”.
El 19 de mayo, la oración mariana será desde el Santuario de la Virgen María (Turquía) “por los pueblos en guerra y la paz en el mundo”.
El 20 de mayo, el rezo del Rosario será desde el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre (Cuba) “por los farmacéuticos y el personal sanitario”.
El 21 de mayo, el Rosario será desde el Santuario de la Virgen de Nagasaki (Japón) “por los trabajadores socio-asistenciales”.
El 22 de mayo, la oración mariana será dirigida desde el Monasterio de Nuestra Señora de Montserrat (España) “por los voluntarios”.
El 23 de mayo, el rezo del Rosario será desde Nuestra Señora de Cap (Canadá) “por las fuerzas del orden, los militares y los bomberos”.
El 24 de mayo, se rezará “por los que prestan servicios esenciales” y el Santuario está por confirmar.
El 25 de mayo, el Rosario será desde la Virgen de Ta’Pinu (Malta) “por los profesores, los estudiantes y los educadores”.
El 26 de mayo, la oración mariana será desde la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe (México) “por los trabajadores y los empresarios”.
El 27 de mayo, el rezo del Rosario será desde la Madre de Dios (Ucrania) “por los desempleados”.
El 28 de mayo, será desde la Virgen Negra de Altötting (Alemania) “por el Papa, los Obispos, los Presbíteros y los Diáconos”.
El 29 de mayo, se rezará desde Nuestra Señora de Líbano (Líbano) “por las personas consagradas”.
El 30 de mayo, el Rosario será dirigido desde la Virgen del Santo Rosario de Pompeya (Italia) “por la Iglesia”.
Por último, el 31 de mayo, el Papa presidirá el rezo del Rosario desde los jardines vaticanos “por el fin de la pandemia y la reanudación de la vida social y laboral”.
(publicado en ACIPRENSA)
viernes, 23 de abril de 2021
Hoy es la fiesta de San Jorge, el santo del Papa Francisco
Cada 23 de abril la Iglesia celebra la Fiesta de San Jorge, santo venerado en todo el mundo que evoca muchos aspectos de la virtud cristiana, especialmente el valor y la fortaleza para enfrentar la lucha diaria contra el Maligno. San Jorge fue un soldado romano convertido a la fe en Jesucristo y que fuera ejecutado en Nicomedia a causa de su fe. Se cree que fue decapitado, por lo que se le venera como mártir. Probablemente vivió entre los años c.275-280 y 303 (23 de abril).
Muchos se refieren hoy a San Jorge como el “Santo del Papa Francisco”, por la devoción que el Papa Bergoglio le ha profesado por muchos años. San Jorge es también Patrono de Armas de Caballería del Ejército de Argentina, país natal del Santo Padre.
San Jorge nació en Lydda, Palestina, la tierra de Jesús. Su padre fue un agricultor muy estimado. Ingresó al ejército imperial romano y, gracias a su carisma y capacidad de liderazgo, ascendió rápidamente en la milicia.
Cuenta la leyenda que cuando el Santo llegó a una ciudad de Oriente se encontró con un gigantesco lagarto (o quizás un caimán o cocodrilo) que solía atacar los poblados y que se creía había devorado a algunos habitantes. Nadie se atrevía a enfrentarlo. Cuando San Jorge tuvo noticia de él, lo enfrentó y lo venció. Llenos de admiración por lo sucedido, los lugareños escucharon al Santo dar gracias a Dios e invocar el nombre de Jesucristo por la victoria, y muchos de ellos se convirtieron al cristianismo.
En ese entonces, el emperador Diocleciano -bajo cuyo mando estaba Jorge- inició una persecución contra los cristianos. Al enterarse de que Jorge y otros soldados eran cristianos mandó que todos adoraran a los ídolos romanos y prohibió que se adore a Jesucristo. Jorge declaró que él nunca dejaría de adorar a Cristo, y que jamás lo cambiaría por los ídolos.
Ese rechazo hizo que el emperador lo condenara a muerte. En el momento del martirio lo llevaron al templo de los ídolos para ver si se arrepentía y los adoraba, pero Jorge no dio un paso atrás.
El Santo fue martirizado y mientras lo azotaban, se acordaba de los azotes que le dieron a Jesús, y que Él no abría la boca. Por eso, sufrió los castigos en silencio.
Las personas al verlo quedaban impresionados por su fortaleza y decían: "en verdad vale la pena ser seguidor de Cristo". Cuando escuchó que le cortarían la cabeza, dio gracias a sus verdugos porque así le aseguraban ir al Cielo y estar junto al Señor.
A San Jorge se le representa generalmente montado en un caballo, con traje militar de estilo medieval, con una palma, lanza y escudo. También se le representa al lado de una bandera blanca marcada con una cruz roja, estampada de extremo a extremo. A veces, esa bandera aparece tallada en su escudo. Esto puede encontrarse en cuadros y otras representaciones. La bandera de San Jorge es la bandera de Inglaterra.
El Santo es además Patrono de Inglaterra. También lo es de los Boys Scouts, los agricultores, arqueros, escultores, herreros, prisioneros, circenses, montañeros, soldados, entre otros. También se le reconoce como el protector de los animales domésticos.
(publicado en ACIPRENSA)
viernes, 16 de abril de 2021
jueves, 15 de abril de 2021
La llama encendida por Jesús en Santa Teresa de Ávila sigue brillando, afirma el Papa
La Diócesis de Ávila dio inicio al Congreso por los 50 años de la proclamación de Santa Teresa de Jesús como Doctora de la Iglesia con una Misa inaugural en el convento de la santa, en la que se leyó una carta enviada por el Papa Francisco al Obispo, Mons. José María Gil Tamayo, con motivo de la efeméride.
El Pontífice recordó en su carta que Santa Teresa de Jesús “fue la primera mujer en recibir” el título de doctora de la Iglesia, en reconocimiento por “el precioso magisterio que Dios nos ha regalado en sus escritos y en el testimonio de su vida”.
Aseguró que “a pesar de los cinco siglos que nos separan de su existencia terrena, la llama que Jesús encendió en Teresa sigue brillando en este mundo siempre necesitado de testigos valientes, capaces de romper cualquier muralla, sea física, existencial o cultural”.
También destacó que “su arrojo, su inteligencia, su tenacidad, a los que unió una sensibilidad para lo bello y una maternidad espiritual hacia todos aquellos que se aproximaban a su obra, son un ejemplo eximio del papel extraordinario que la mujer ha ejercido a lo largo de la historia en la Iglesia y la sociedad”.
El Santo Padre recomendó seguir acercándose a los escritos de Santa Teresa de Jesús, porque “tenerla como amiga, compañera y guía en nuestro peregrinaje terrenal confiere seguridad y sosiego al alma”.
“Su ejemplo”, aseguró, “no es sólo para aquellos hermanos y hermanas nuestros que sienten la llamada a la vida religiosa, sino para todos los que desean progresar en el camino de purificación de toda mundanidad, y que conduce al desposorio con Dios, a las elevadas moradas del castillo interior”.
Por último, el Papa Francisco destacó la gran devoción que Santa Teresa tenía por San José: “Lo tomó como maestro, abogado e intercesor; a él se encomendaba, teniendo la certeza de que recibía las gracias que le pedía”.
“De su experiencia animaba a otros a que hicieran lo mismo. Tal fue su devoción que, con motivo de sus fundaciones, recorría las tierras de Castilla y de Andalucía acompañada por la imagen de San José”.
“Los santos siempre van de la mano, y nos sostienen por la confianza puesta en su intercesión”, concluyó el Santo Padre.
Biografía de Santa Teresa
Santa Teresa de Jesús nació en la ciudad castellana de Ávila el 28 de marzo de 1515 en el seno de una familia de origen hidalgo. Sus padres eran Alonso Sánchez de Cepeda y Beatriz Dávila de Ahumada.
De hecho, su nombre, antes de tomar los hábitos, era Teresa Sánchez de Cepeda y Dávila de Ahumada. Lo cambió por el de Teresa de Jesús al hacerse religiosa.
Ya siendo niña dio muestras de una profunda espiritualidad, aunque al principio rechazaba la idea de ser religiosa.
Ella misma cuenta en su primera obra, el “Libro de la Vida”, cómo cuando tenía 6 años se fugó de casa junto a su hermano Rodrigo para llegar a tierras musulmanas y buscar allí el martirio. La huida no llegó muy lejos pues, cuando aún estaban a poca distancia, su tío los interceptó y los llevó de vuelta a casa.
Cuando tiene 13 años, fallece su madre y su padre la interna en el Colegio de Gracia, de las agustinas, en 1531. En 1535, tras un proceso de discernimiento, descubre su vocación religiosa e ingresa en el convento de la Encarnación, en Ávila, a pesar de la opinión contraria de su padre.
Pero la enfermedad se cruzará en su camino y en 1537 debe abandonar el convento para poder recibir cuidados médicos. Una vez que cura de su enfermedad regresa al convento de la Encarnación en 1539 con serias secuelas que la dejan prácticamente inválida durante tres años.
Pocos años después, en 1544, fallece el padre de Teresa. Después de diez años apacibles en el convento, comienza a recibir revelaciones sobrenaturales muy explícitas en la cuaresma de 1554. Teresa tenía entonces 39 años. Su primera experiencia mística tuvo lugar orando intensamente ante un Cristo cubierto de heridas.
De las visiones y revelaciones que recibe, le causó gran desconcierto la visión del infierno, por su realismo extremo. La experiencia de haber percibido el infierno como era, le llevó a tomar una decisión: descontenta con la relajación con que se vivía la regla del convento, se propuso reformarla e iniciar una serie de fundaciones.
Con grandes dificultades, muchas veces burocráticas o por falta de compromiso de los obispos, inicia a fundar conventos en los que se viva la regla del Carmelo con rigor. El primero, el Convento de San José de Ávila. Esa labor aparece recogida en otra de sus grandes obras literarias, el “Libro de las Fundaciones”.
El cambio, que Teresa asume con obediencia, le causa gran pesar. Deja la austeridad de su pequeño convento de San José, donde podía vivir la regla del Carmelo como Dios le pedía que debía vivir, por las comodidades casi palaciegas del Convento de la Encarnación.
Pero entonces recibe una nueva revelación en la que Dios le pide que tenga confianza y que no desfallezca. Un año después de abandonar su convento, regresa a San José e inicia una gran actividad de nuevas fundaciones, de administración de la orden y de actividad literaria.
Su profunda vida espiritual queda reflejada en otra de sus grandes obras, una de las obras cumbres del misticismo castellano, “Camino de Perfección”, donde deja por escrito reflexiones y consejos para la vida contemplativa, además de una conocida meditación sobre la oración del Padrenuestro.
En total, a lo largo de su vida, Teresa fundó 17 conventos. A los tres libros ya citado, “Libro de la Vida”, “Libro de las Fundaciones” y “Camino de Perfección”, hay que sumar un cuarto: el “Libro de las Moradas”.
En el “Libro de las Moradas”, Santa Teresa explica el camino de fe para llegar a la plena comunión con Dios por medio de un camino en el que el cristiano debe ir haciendo una serie de etapas para entrar de morada en morada hasta la morada definitiva de Dios.
Santa Teresa de Jesús falleció en Alba de Tormes el 4 de octubre de 1582, fue beatificada por el Papa Pablo V en 1614 y canonizada por Gregorio XV en 1622. El Papa Pablo VI la nombró doctora de la Iglesia en 1970.
(publicado en ACIPRENSA)
martes, 13 de abril de 2021
Carta de D. Joseba Segura con motivo de la Jornada Diocesana del Trabajo, que se celebrará el 18 de abril.
En defensa de un trabajo digno para todas las personas
Todos los años la Iglesia Católica promueve la “Iniciativa por el
Trabajo Decente” apoyando el esfuerzo de los sindicatos y otras asociaciones
para que el trabajo reúna las condiciones necesarias que aseguren una vida
digna para las personas que lo realizan y para sus familias.
Con la celebración en nuestra diócesis de esta “Jornada por el
Trabajo Digno”, queremos subrayar, aún más, la trascendencia que tiene el
trabajo para el desarrollo de todas las personas. El trabajo humano es más que
el empleo y tiene un valor mayor que el salario percibido por realizarlo. El
trabajo configura nuestras relaciones y contribuye al desarrollo de la
sociedad; nos da identidad y reconocimiento social. Cuando nos vemos obligados
a realizar trabajos en condiciones indignas, es nuestra dignidad la que sufre.
El mantenimiento y la promoción del empleo es siempre un problema
complejo. Para cierta visión economicista, el trabajo es mera mercancía. En
esta perspectiva aparecen desafíos preocupantes: la robotización, el
tele-trabajo y nuevas técnicas de producción, amenazan con sustituir la mano de
obra humana por máquinas eficientes. Lo que en su momento fue motivo de
esperanza, de posible reducción de jornada y mejora de condiciones laborales,
está resultando en mayor precariedad y en una mayor proporción de población con
dificultades para acceder al empleo de calidad.
La economía humanista nunca pierde de vista el valor de la
integración comunitaria. No es justo que el progreso se haga a costa de los
pobres o que resulte en mayores tensiones sociales. Ahora que las vacunas nos
permiten pensar en un futuro cercano donde puedan mejorar las condiciones
sociales y económicas, es importante que sindicatos, organizaciones
empresariales e instituciones políticas hagan lo posible para evitar que la
vuelta a la normalidad tenga como efecto secundario un aumento de la
precariedad y del paro.
Las instituciones públicas en los países europeos, han arbitrado
sistemas de protección que amortiguan los efectos sociales de la crisis
económica subsidiando los empleos. Es una iniciativa importante. Pero cuanto
antes será necesario restablecer los empleos de calidad porque como dice el
Papa Francisco en la encíclica Fratelli Tutti, “el trabajo es una dimensión
irrenunciable de la vida social, ya que no sólo es un modo de ganarse el pan,
sino también un cauce para el crecimiento personal, para establecer relaciones
sanas, para expresarse a sí mismo, para compartir dones, para sentirse corresponsable
en el perfeccionamiento del mundo, y en definitiva para vivir como pueblo” (nº
162).
Gracias al trabajo colaboramos en el perfeccionamiento de este
mundo creado y salvado por Dios y podemos fortalecer esa vida fraterna que
Cristo defendió y por la que murió. Esto no solo se realiza mediante empleos
remunerados. Lo están haciendo también muchas personas que prestan de forma
voluntaria servicios esenciales de cuidado en los hogares o colaboran en
asociaciones culturales, deportivas o religiosas, contribuyendo así al
bienestar del conjunto de la comunidad. Todos esto lo celebramos agradecidos
cada domingo al compartir el pan, el vino, que se convierten así, en alimento
que sustenta la vida de todos.
El Papa Francisco ha puesto este año tan complejo bajo la tutela
de San José, el carpintero de Nazareth. En su carta apostólica “Patris corde,”
dice que “en nuestra época actual, es necesario, con una conciencia renovada,
comprender el significado del trabajo que da dignidad y del que nuestro santo
es un patrono ejemplar” (nº 6).
Sintiéndonos bajo la protección de este santo universal, le
encomendamos nuestra Jornada diocesana y los esfuerzos de tantas personas e
instituciones empeñadas en conseguir que el trabajo sea reconocido y valorado
como una dimensión esencial y multifacética de la vida humana.
+Mons. Joseba Segura Etxezarraga
Obispo Administrador Diocesano
jueves, 8 de abril de 2021
miércoles, 7 de abril de 2021
El Papa invita a dirigirnos con confianza a la Divina Misericordia
El Papa Francisco recordó que el próximo Domingo 11 de abril, segundo Domingo de Pascua, la Iglesia celebrará la Fiesta de la Divina Misericordia, por lo que animó a dirigirse con confianza a “Cristo misericordioso” y a pedir la “gracia del perdón y del amor activo hacia el prójimo”.
Así lo indicó el Santo Padre este miércoles 7 de abril durante la Audiencia General al saludar a los fieles de lengua polaca.
El Papa Francisco destacó que San Juan Pablo II, al instituir esta festividad, recordó que “la liturgia de este Domingo parece trazar el camino de la misericordia que, al reconstruir la relación de cada uno con Dios, suscita también nuevas relaciones de solidaridad fraterna entre los hombres”.
“Cristo nos enseñó que el hombre no solo recibe y experimenta la misericordia de Dios, sino que también está llamado a 'mostrar misericordia' a los demás: Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos hallarán misericordia”, añadió el Papa.
Por ello, el Santo Padre alentó una vez más a dirigirse con confianza a “Cristo misericordioso” y a pedir “la gracia del perdón y del amor activo hacia el prójimo”.
Santa Faustina Kowalska relató que tuvo la primera revelación de la Divina Misericordia el 22 de febrero de 1931, estando sola en su habitación en el convento de Plock.
La escena de dicha revelación y las palabras que escuchó las dejó escritas en su diario en donde relató que Jesús le pidió que pintara una imagen suya, fiel a la imagen que se mostraba ante ella, vestido de blanco y que de su corazón emanasen haces de luz roja y blanca y la imagen debía contener la inscripción: “Jesús, en Ti confío”.
Devoción de San Juan Pablo II
En 1967, el entonces Cardenal Karol Wojtyla presidió la sesión solemne que finalizó el proceso diocesano que recopiló los datos y testimonios sobre la vida de Santa Faustina Kowalska, vidente del Señor de la Divina Misericordia.
En noviembre de 1980, San Juan Pablo II, publicó su carta encíclica titulada “Dives in Misericordia”, sobre la misericordia divina, en la que animó a los fieles a regresar la mirada al misterio del amor misericordioso de Dios.
“Es conveniente ahora que volvamos la mirada a este misterio: lo están sugiriendo múltiples experiencias de la Iglesia y del hombre contemporáneo; lo exigen también las invocaciones de tantos corazones humanos, con sus sufrimientos y esperanzas, sus angustias y expectación", escribió entonces.
El Papa Juan Pablo II beatificó en 1993 y canonizó en el año 2000 a Santa Faustina, justamente en el segundo domingo de Pascua.
Durante la ceremonia de canonización declaró que cada segundo domingo de Pascua se celebraría en toda la Iglesia el Domingo de la Divina Misericordia.
San Juan Pablo II murió el 2 de abril de 2005, la noche previa al Domingo de la Divina Misericordia de aquel año, Fiesta de la Misericordia que él instituyó siguiendo el pedido de Jesucristo a Santa Faustina.
El Papa Benedicto XVI beatificó a Juan Pablo II el 1 de mayo de 2011, en el segundo domingo de Pascua, y el Papa Francisco lo canonizó el 27 de abril de 2014, también en la Fiesta de la Misericordia.
(publicado en ACIPRENSA)
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