DOMINGO 29
Verde Domingo XVII del Tiempo Ordinario MR, p. 429 (427) / Lecc. II, p. 142 [Se omite la memoria de Santa Marta]
COMERÁN Y SOBRARÁ
2 Re 4, 42-44; Ef 4, 1-6; Jn 6, 1-15
En los dos relatos encontramos numerosas semejanzas: una multitud con hambre, un líder o profeta que se preocupa por las carencias de sus seguidores, un discípulo que dispone de panes para sí mismo y que se arriesga a ponerlos a disposición de los demás, olvidándose de lo que comerá al día siguiente, una muestra de desaliento de quien protesta por la insignificancia de la oferta ante el tamaño enorme de la necesidad. Finalmente, en ambas escenas, encontramos una decisión enérgica primero de Eliseo que afirma que todos comerán y sobrará y en seguida del Señor Jesús, quien, desoyendo las objeciones, bendice los panes y los reparte confiado en el amor benevolente del Padre. El desenlace también es semejante, puesto que ambos grupos comen, quedan saciados y más aún, sobran panes (y peces en el relato evangélico) para otra ocasión. El milagro de la solidaridad y la mesa compartida sigue estando en el centro de nuestra fe cristiana.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 67, 6. 7. 36
Dios habita en su santuario; él nos hace habitar juntos en su casa; es la fuerza y el poder de su pueblo.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, protector de los que en ti confían, sin ti, nada es fuerte, ni santo; multiplica sobre nosotros tu misericordia para que, bajo tu dirección, de tal modo nos sirvamos ahora de los bienes pasajeros, que nuestro corazón esté puesto en los bienes eternos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Comerán y todavía sobrará.
Del segundo libro de los Reyes: 4, 42-44
En aquellos días, llegó de Baal-Salisá un hombre que traía para el siervo de Dios, Eliseo, como primicias, veinte panes de cebada y grano tierno en espiga. Entonces Eliseo dijo a su criado: "Dáselos a la gente para que coman". Pero él le respondió: "¿Cómo voy a repartir estos panes entre cien hombres?". Eliseo insistió: "Dáselos a la gente para que coman, porque esto dice el Señor: 'Comerán todos y sobrará' ". El criado repartió los panes a la gente; todos comieron y todavía sobró, como había dicho el Señor.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 144, 10-11. 15-16. 17-18.
R/. Bendeciré al Señor eternamente.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R/.
A ti, Señor, sus ojos vuelven todos y tú los alimentas a su tiempo. Abres, Señor, tus manos generosas y cuantos viven quedan satisfechos. R/.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor de quien lo invoca. R/.
SEGUNDA LECTURA
Un solo cuerpo, un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 4, 1-6
Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor, los exhorto a que lleven una vida digna del llamamiento que han recibido. Sean siempre humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor; esfuércense en mantenerse unidos en el espíritu con el vínculo de la paz. Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu, como también una sola es la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 7, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros, Dios ha visitado a su pueblo. R/.
EVANGELIO
Jesús distribuyó el pan a los que estaban sentados, hasta que se saciaron.
Del santo Evangelio según san Juan: 6,1-15
En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: "¿Cómo compraremos pan para que coman éstos?". Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: "Ni doscientos denarios de pan bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan". Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?". Jesús le respondió: "Díganle a la gente que se siente". En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.
Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien”. Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastos. Entonces la gente, al ver el signo que Jesús había hecho, decía: "Éste es, en verdad, el profeta que habría de venir al mundo". Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la montaña, él solo.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, el auxilio del Espíritu Santo, para que inspire nuestras oraciones y ruegue con nosotros por las necesidades del mundo, respondiendo: Te rogamos, Señor. (R/ Te rogamos, Señor.)
Para los que empiezan a conocer a Cristo y desean la gracia del bautismo y para que los que preparan el bautismo de sus hijos, pidamos el favor de Dios todopoderoso.
Para nuestra ciudad (nuestro pueblo), para todos los que habitan en ella (él), y para todos los pueblos y naciones, pidamos al Señor paz y prosperidad abundantes.
Para los que persiguen a la Iglesia y para los pecadores que viven intranquilos, pidamos la luz del Espíritu y la gracia de la conversión.
Por los que estamos aquí reunidos y por aquellos por los que queremos rezar, pidamos al Señor que nos guarde a todos en la fe y nos reúna en el reino de su Hijo.
Señor, Dios todopoderoso, que cada domingo nos invitas a participar del pan vivo bajado del cielo, escucha nuestras oraciones y haz que, en el amor de Cristo, compartamos nuestro pan terreno, para que quede satisfecha toda hambre, tanto del cuerpo como del Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que por tu generosidad te presentamos, para que, por el poder de tu gracia, estos sagrados misterios santifiquen toda nuestra vida y nos conduzcan a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 102, 2
Bendice alma mía al Señor, y no te olvides de tus beneficios.
O bien: Mt 5,7-8
Dichosos los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido, Señor, el sacramento celestial, memorial perpetuo de la pasión de tu Hijo, concédenos que este don, que el mismo nos dio con tan inefable amor, nos aproveche para nuestra salvación eterna. Él, que vive reina por los siglos de los siglos.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Entre la solidaridad y la limosna hay más diferencias que semejanzas. La primera es un gesto de humanidad que realiza una persona con sus semejantes, privándose de bienes necesarios para sí, en el entendido que la urgencia del prójimo es más demandante que la propia necesidad. Esta acción se hace manifiesta en tantas circunstancias de la vida que sería largo enumerarlas aquí. Basta con recordar las muestras de generosidad con ocasión de los últimos terremotos. La limosna es un gesto de compasión, dirigido casi siempre a una persona en situación de notoria vulnerabilidad, migrantes, desempleados, adultos mayores, niños en situación de calle y un largo etcétera. Cuando se entrega con un corazón limpio y se recibe como una ayuda emergente, también sirve para aliviar la desesperanza de los más necesitados. Cada quien encontrará la forma oportuna para vivir la lección: todos comerán y sobrará.
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