El Papa declara venerable a Carlo Acutis, el adolescente ciberapóstol de la Eucaristía
"Su intensa vida espiritual lo llevó a crear lo que algunos llamaron el “kit para hacerse santo”, que estaba compuesto por la Misa, la Comunión, el Rosario, la lectura diaria de la Biblia, la confesión y el servicio a los demás."
El Papa Francisco ha firmado este jueves el decreto que reconoce las virtudes heroicas de Carlo Acutis, un adolescente que ofreció su enfermedad por la Iglesia y que utilizó su pasión por la informática para evangelizar y difundir el amor a la Eucaristía.
El Pontífice recibió en audiencia hoy 5 de julio en el Vaticano al Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato, y firmó los decretos que declaran Venerables a cuatro Siervos de Dios, entre los cuales se encuentra Acutis.
Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres (Inglaterra), donde vivía su familia por motivos laborales. Años más tarde se trasladaron a Milán (Italia).
Hizo su Primera Comunión a los siete años y desde entonces su vida estuvo marcada por un profundo amor hacia la Eucaristía, a la que consideraba como una “autopista hacia el cielo”.
Asistía a Misa todos los días y también rezaba el Rosario, impulsado por su devoción a la Virgen María, a quien consideraba su confidente. Además, daba clases de catecismo a los niños y ayudaba a los más necesitados.
Una biografía suya recoge las palabras que él pronunció sobre sus ideales: “Nuestra meta debe ser el infinito, no el finito. El Infinito es nuestra Patria. Desde siempre el Cielo nos espera”.
Por otro lado, Acutis desarrolló desde pequeño su talento por la informática y fue considerado un genio por los adultos que lo conocían.
Así, unió su afición por la informática con su celo evangelizador, y creó exposiciones virtuales sobre temas de fe. Una de las más destacadas la realizó cuando tenía 14 años de edad y trata sobre los milagros eucarísticos en todo el mundo.
Cuando descubrió que tenía leucemia, Acutis ofreció sus sufrimientos por el Papa y la Iglesia Católica. Murió el 12 de octubre de 2006 en la fiesta de la Virgen del Pilar, con 15 años de edad.
Según indica el sitio web Famiglia Cristiana, antes de saber que estaba enfermo, el joven grabó un video donde dijo que si moría le gustaría que lo enterraran en Asís. En ese sitio actualmente reposan sus restos.
En el año 2007 el periodista del diario vaticano L'Osservatore Romano, Nicola Gori, publicó el libro “Eucaristía. Mi autopista para el cielo: Biografía de Carlo Acutis” y en el 2016 presentó el texto “Un genio de la informática en el cielo: Biografía de Carlo Acutis”.
La fase diocesana de su causa de beatificación fue abierta el 15 de febrero de 2013 y concluyó el 24 de noviembre de 2016. Estuvo a cargo de la Arquidiócesis de Milán. Actualmente el proceso se encuentra en el Vaticano.
(PUBLICADO EN ACIPRENSA)
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Un bautizado que no siente necesidad de evangelizar no es buen cristiano, señala el Papa
El Papa Francisco presidió este domingo el rezo del Ángelus ante unos 15 mil fieles en la Plaza de San Pedro, a quienes explicó las dos características del “estilo del misionero”, y señaló que un bautizado que no siente la necesidad de evangelizar no es un buen cristiano.
Antes del rezo de la oración mariana, el Pontífice reflexionó sobre el pasaje del Evangelio en el que Jesús envía a sus discípulos de dos en dos, “después de haberlos llamado por su nombre” y de que fueran testigos de sus palabras y curaciones.
“Es una especie de ‘entrenamiento’ de lo que serán llamados a hacer después de la Resurrección del Señor con el poder del Espíritu Santo”, afirmó.
En ese sentido, el Santo Padre indicó que este pasaje evangélico “se detiene sobre los estilos del misionero, que podemos resumir en dos puntos: la misión tiene un centro, la misión tiene un rostro”.
El primero, señaló, es que el discípulo misionero “tiene antes que todo un centro de referencia que es la persona de Jesús”, es decir que el trabajo de los doce tiene un centro de irradiación que es reproducir a los demás “la presencia y la obra de Jesús en su acción misionera”.
“Esto muestra cómo los Apóstoles no tienen nada propio que anunciar, ni propia capacidad de demostrar, sino que hablan y actúan como ‘enviados’, como mensajeros de Jesús”, indicó.
Francisco dijo que este episodio concierne también a los cristianos de hoy, “no solo a los sacerdotes, sino a todos los bautizados, llamados a testimoniar en los varios ambientes de su vida el Evangelio de Cristo”.
“También para nosotros esta misión es auténtica solo a partir de su centro inmutable que es Jesús. No es una iniciativa de cada creyente ni de los grupos y menos de las grandes agrupaciones, sino que es la misión de la Iglesia inseparablemente unida a su Señor”.
“Ningún cristiano anuncia el Evangelio ‘por cuenta propia’, sino solo enviado por la Iglesia que ha recibido el mandato del mismo Cristo. Es el bautismo que nos hace misioneros. Un bautizado que no siente la necesidad de anunciar el Evangelio, de anunciar a Jesús, no es un buen cristiano”, afirmó el Papa.
Francisco dijo que “la segunda característica del estilo del misionero es, por así decir, un rostro, que consiste en la pobreza de los medios”.
El equipaje del misionero “responde a un criterio de sobriedad. Los doce, de hecho, tienen la orden de ‘no tomar para el viaje nada más que un bastón: ni panes, ni bolsa, ni dinero en la cintura’. El Maestro los quiere libres y ligeros, sin apoyos y sin favores, seguros solo del amor de Él que los envía, fuertes solo de su palabra que van a anunciar”.
“El bastón y las sandalias son las dotaciones de los peregrinos, porque son mensajeros del reino de Dios, no administradores omnipotentes, funcionarios inamovibles”, indicó.
En ese sentido, invitó a pensar en los santos de la Diócesis de Roma, como San Felipe Neri, Santa Ludovica Albertini, Santa Francesca Romana y muchos otros que “no eran funcionarios ni empresarios, sino humildes trabajadores del Reino”.
Ellos, afirmó el Papa, “tenían este rostro. Y a este ‘rostro’ pertenece también el modo en el cual viene acogido el mensaje: puede de hecho suceder que no sea acogido o escuchado. También esto es pobreza: la experiencia del fracaso”.
“La historia de Jesús, que fue rechazado y crucificado, prefigura el destino de su mensajero. Y solo si estamos unidos a Él, muertos y resucitados, podemos encontrar el coraje de la evangelización”, aseguró.
Finalmente, el Santo Padre pidió que “La Virgen María, primera discípula y misionera de la Palabra de Dios, nos ayude a llevar al mundo el mensaje del Evangelio en una exaltación humilde y radiante, más allá de cualquier rechazo, incomprensión o tribulación”.
(PUBLICADO EN ACIPRENSA)
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