miércoles, 24 de octubre de 2018

MISA DEL DOMINGO 28/10/18

Verde Domingo XXX del Tiempo Ordinario [Se omite la fiesta de los Santos Simón y Judas, Apóstoles y de San Rodrigo Aguilar, mártir mexicano] MR. p 442 (440) / Lecc. II, p. 182 / LH. 2a semana del Salterio



TEN COMPASIÓN DE MÍ

Jer 31, 7-9: Heb 5, 1-6; Mc 10, 46-52


Entre la profecía de Jeremías y el fragmento del Evangelio de san Marcos encontramos una relación de promesa y cumplimiento. El profeta anunciaba el regreso de los desterrados, un retorno que no dejaría atorado en Babilonia a ningún israelita; aún aquellos que experimentarían dificultades para caminar—ciegos, cojos, mujeres embarazadas— regresarían a la tierra de Israel. El pregón que lanza el profeta es abierto, todos podrán escucharlo y sumarse con entusiasmo al grupo que regresa a Jerusalén. Un rumor creciente debió circular también en las callejas y plazas de Jericó, el profeta de Nazaret, Jesús, hijo de David había llegado, sin duda alguna cumpliría ahí también las señales y gestos de misericordia realizados en otros poblados. Bartimeo se dejó sacudir por esa buena noticia, se aproximó sin vacilar a Jesús, manifestó su confianza en él y recibió lo que más anhelaba: la visión necesaria para guiarse con toda seguridad.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 104, 3-4

Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. Busquen al Señor y serán fuertes; busquen su rostro sin descanso.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, aumenta en nosotros la fe, la esperanza y la caridad, y para que merezcamos alcanzar lo que nos prometes, concédenos amar lo que nos mandas. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Vienen a mi llorando, pero yo los consolaré y los guiaré

Del libro del profeta Jeremías: 31, 7-9


Esto dice el Señor: "Griten de alegría por Jacob, regocíjense por el mejor de los pueblos; proclamen, alaben y digan: 'El Señor ha salvado a su pueblo, al grupo de los sobrevivientes de Israel'.

He aquí que yo los hago volver del país del norte y los congrego desde los confines de la tierra. Entre ellos vienen el ciego y el cojo, la mujer encinta y la que acaba de dar a luz.

Retorna una gran multitud; vienen llorando, pero yo los consolaré y los guiaré; los llevaré a torrentes de agua por un camino llano en el que no tropezarán. Porque yo soy para Israel un padre y Efraín es mi primogénito". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5.6


R/. Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.


Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no cesaba de reír nuestra boca ni se cansaba entonces la lengua de cantar. R/.

Aun los mismos paganos con asombro decían: "¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!". Y estábamos alegres, pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor. R/. 

Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor. R/.

Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán con sus gavillas. R/.


SEGUNDA LECTURA

Tú eres sacerdote eterno, como Melquisedec.

De la carta a los hebreos: 5, 1-6


Hermanos: Todo sumo sacerdote es un hombre escogido entre los hombres y está constituido para intervenir en favor de ellos ante Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. Por eso, así como debe ofrecer sacrificios por los pecados del pueblo, debe ofrecerlos también por los suyos propios.

Nadie puede apropiarse ese honor, sino sólo aquel que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. De igual manera, Cristo no se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote; se la otorgó quien le había dicho: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. O como dice otro pasaje de la Escritura: Tú eres sacerdote eterno, como Melquisedec. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 2 Tm 1, 10

R/. Aleluya, aleluya.


Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.

EVANGELIO

Maestro, que pueda ver.

Del santo Evangelio según san Marcos: 10, 46-52


En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó en compañía de sus discípulos y de mucha gente, un ciego, llamado Bartimeo, se hallaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que el que pasaba era Jesús Nazareno, comenzó a gritar: "¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!". Muchos lo reprendían para que se callara, pero él seguía gritando todavía más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!". Jesús se detuvo entonces y dijo: "Llámenlo". Y llamaron al ciego, diciéndole: "¡Ánimo! Levántate, porque él te llama". El ciego tiró su manto; de un salto se puso en pie y se acercó a Jesús. Entonces le dijo Jesús: "¿Qué quieres que haga por ti?". El ciego le contestó: "Maestro, que pueda ver". Jesús le dijo: "Vete; tu fe te ha salvado" Al momento recobró la vista y comenzó a seguirlo por el camino.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo

PLEGARIA UNIVERSAL


Confiados en que la oración de los pobres llega hasta el Señor, elevemos con humildad nuestras peticiones a Dios y digamos: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor)

Para que el Señor conceda el espíritu de consejo, fortaleza, ciencia y piedad a nuestro obispo N., y a todos los pastores de la Iglesia, roguemos al Señor.

Para que los gobiernos de las naciones edifiquen sus comunidades en la paz, equilibrando toda desigualdad injusta, roguemos al Señor.

Para que el Señor alivie los dolores de los que sufren en el cuerpo o en el espíritu y les dé fuerza para no desfallecer ante la tribulación, roguemos al Señor.

Para que mantenga a nuestras familias firmes en la concordia y seguras en su gracia y amistad, roguemos al Señor.

Dios nuestro, luz para los ciegos y consuelo para los afligidos, que en tu Hijo nos has dado al Sumo Sacerdote justo e indulgente hacia los que pecan por la ignorancia o error, escucha las súplicas de tu familia y haz que todos los hombres experimenten la intercesión de Jesús, el Señor, y retornen al camino que conduce a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Mira, Señor, los dones que presentamos a tu majestad, para que lo que hacemos en tu servicio esté siempre ordenado a tu mayor gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 19, 6

Nos alegraremos en tu victoria y cantaremos alabanzas en el nombre de nuestro Dios.

O bien: Ef 5, 2

Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como ofrenda agradable a Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que tus sacramentos, Señor, produzcan en nosotros todo lo que significan, para que lo que ahora celebramos en figura lo alcancemos en su plena realidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La esperanza es una de las fortalezas del espíritu humano. Una sociedad desesperanzada es presa fácil de sus propios problemas. Aunque la esperanza por sí solano remedia ningún problema social, sí nos ofrece la disposición de ánimo para sumar esfuerzos y caminar hacia el logro de objetivos comunes valiosos. Bien lo afirma el refrán, que "el primero de mil pasos es el más difícil". No sabemos si Bartimeo era un ciego de nacimiento o si había sufrido algún accidente; lo que sí sabemos es que su desgraciada situación no le había despojado de la esperanza. Cuando revisamos los enormes retos mundiales (amenazas nucleares, calentamiento global, terrorismo, etc.) o los problemas del país (corrupción, violencia, inequidad social corremos el peligro de sumirnos en la impotencia o la resignación. La fe en un Dios salvador nos urge a vivir documentando con gestos y palabras nuestra condición de creyentes en la victoria de Jesús resucitado.

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