El
Obispo de Bilbao
Muy
queridos hermanos y hermanas cofrades, os saludo con afecto a vosotros, que os
preparáis para vivir con intensidad los días santos de nuestra fe, y a quienes
por medio de estas páginas, que la Hermandad de Cofradías penitenciales de la
Villa de Bilbao nos ofrece, también invito a compartir esta experiencia gozosa
del encuentro con el Señor.
Este
año, el Santo Padre Francisco, por medio de su mensaje para la Cuaresma 2019,
nos llama a experimentar el encuentro con Dios, con el hermano y con la
creación que nos ha regalado, “para hacer que vuelva a ser aquel jardín de la comunión con Dios que era
antes del pecado original.” (cf. Mc 1,12-13; Is 51,3)
Si
tenéis la oportunidad de leerlo con sosiego, podemos percibir en el mensaje
papal su gran preocupación por la falta de armonía en la creación, cuya causa
es la ruptura con Dios, con nosotros mismos y con los demás. Las divisiones,
los recelos, el deterioro de la confianza y de la apertura del corazón para con
los hermanos, tiene en su origen la primacía de nuestros propios intereses
sobre la necesaria mirada limpia para ver la vida y necesidades del prójimo.
Vosotros,
mis queridos hermanos cofrades, estáis llamados, por vuestra propia vocación
cristiana y piedad particular, a restaurar esa armonía en el seno de vuestras
cofradías, que han de ser auténticas escuelas de fraternidad y concordia.
La
unión entre quienes formáis las hermandades, es mucho más que la suma de los
esfuerzos para sacar un paso, entonar hermosos acordes para acompañarlos o
seguirlos con orden en una respetuosa y silenciosa procesión. Lo que
representamos en unos pocos, pero intensos días de la Semana Santa, ha de ser
la expresión de lo que estamos llamados a vivir durante todo el año tanto
dentro como fuera de las sedes de nuestras cofradías.
Muchas
veces nos veremos tentados para querer destacar sobre otros, o realizar
nuestros actos de manera exclusiva y diferenciada, o desear que los intereses
particulares primen sobre los generales. Somos personas limitadas, y sabemos de
nuestras debilidades, pero precisamente la pertenencia a una Hermandad que ante
todo ha de estar unida en el amor a Jesucristo, nos va purificando y ayudando a
vivir con coherencia el Evangelio del Señor, superando esas carencias y
abriéndonos al don de su misericordia en la reconciliación con Dios y con los
hermanos.
Las
cofradías penitenciales de Bilbao tienen permanentemente el reto de vivir
inmersas en el ambiente cotidiano, pero no para diluirse en sus mismos
intereses y objetivos, o para mantener las relaciones de enfrentamiento e
imposición que tanto lo caracteriza, sino para “ser sal y luz” (cf. Mt 5, 13)
en medio de la sociedad en la que vivimos, para que viendo como nos amamos, y
cómo cuidamos la fraterna unidad, el mundo crea en el Señor. (Cf. Jn 17,21)
Termino
agradeciendo de corazón todos vuestros esfuerzos y sobre todo vuestro
testimonio silencioso y auténtico. Que Dios os bendiga a todos y os conceda una
fecunda preparación para vivir con gozo los días santos que nos llevan a su
gloriosa Resurrección.
+ Mario Iceta Gavicagogeascoa
Obispo de Bilbao
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