lunes, 10 de junio de 2019

MISA DEL DOMINGO 16/06/19

La Santísima Trinidad

Blanco, Solemnidad MR, p. 449 (445) / Lecc p. 304



EL ESPÍRITU DE LA VERDAD

Prov 8, 22-31, Rom 5, 1-5; Jn 16, 12-15


El libro de los Proverbios nos regala un hermoso himno en el que aparece la Sabiduría personificada. Doña sensatez pregona sus dones, explica su misión y se presenta como auxiliar eficiente de Dios desde el comienzo del universo: "cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como aprendiz". Para nosotros los cristianos, Jesucristo es la Sabiduría del Padre, la Palabra hecha carne que nos revela el camino de la plena humanización. En este pasaje del Evangelio de san Juan, el Señor Jesús nos presenta al Espíritu como intérprete de la Verdad, como el maestro interior que nos guía y nos enseña a discernir. La misión del Espíritu no implica comunicar contenidos teóricos o nuevas verdades religiosas. El revelador es Jesús. El Espíritu nos actualiza las implicaciones del mensaje de Jesucristo.

ANTÍFONA DE ENTRADA

Bendito sea Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia con nosotros.
Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios Padre, que al enviar al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu santificador, revelaste a todos los hombres tu misterio admirable, concédenos que, profesando la fe verdadera, reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad y adoremos la Unidad de su majestad omnipotente. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Antes de que existiera la tierra, la sabiduría ya había sido engendrada.

Del libro de los Proverbios: 8, 22-31


Esto dice la sabiduría de Dios: "El Señor me poseía desde el principio, antes que sus obras más antiguas. Quedé establecida desde la eternidad, desde el principio, antes de que la tierra existiera. Antes de que existieran los abismos y antes de que brotaran los manantiales de las aguas, fui concebida. 

Antes de que las montañas y las colinas quedaran asentadas, nací yo. Cuando aún no había hecho el Señor la tierra ni los campos ni el primer polvo del universo, cuando él afianzaba los cielos, ahí estaba yo. Cuando ceñía con el horizonte la faz del abismo, cuando colgaba las nubes en lo alto, cuando hacía brotar las fuentes del océano, cuando fijó al mar sus límites y mandó a las aguas que no los traspasaran, cuando establecía los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él como arquitecto de sus obras, yo era su encanto cotidiano; todo el tiempo me recreaba en su presencia jugando con el orbe de la tierra y mis delicias eran estar con los hijos de los hombres-. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 8, 4-5.6-7.8-9

R/. ¡Qué admirable, Señor, es tu poder!



Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas, que has creado, me pregunto: ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? R/.

Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y todo lo sometiste bajo sus pies. R/.

Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas, todos los animales salvajes, las aves del cielo y los peces del mar, que recorren los caminos de las aguas. R/.


SEGUNDA LECTURA

Vayamos a Dios por Cristo mediante el amor que nos ha infundido el Espíritu Santo.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5, 1-5


Hermanos: Ya que hemos sido justificados por la fe, mantengámonos en paz con Dios, por mediación de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido, con la fe, la entrada al mundo de la gracia, en el cual nos encontramos; por él, podemos gloriarnos de tener la esperanza de participar en la gloria de Dios.

Más aún, nos gloriamos hasta de los sufrimientos, pues sabemos que el sufrimiento engendra la paciencia, la paciencia engendra la virtud sólida, la virtud sólida engendra la esperanza, y la esperanza no defrauda, porque Dios ha infundido su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo, que él mismo nos ha dado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Ap 1, 8

R/. Aleluya, aleluya.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Al Dios que es, que era y que vendrá. R/.

EVANGELIO

Todo lo que tiene el Padre es mío. - El Espíritu recibirá de mí lo que les vaya comunicando a ustedes.

Del santo Evangelio según san Juan. 16, 12-15


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. El me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando.

Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL


Oremos, hermanos, a Dios, Padre entrañable, que por Jesucristo nos ha revelado su amor y que escucha complacido los gemidos inefables con que el Espíritu intercede por nosotros respondiendo: Santísima Trinidad, escúchanos. (R/. Santísima Trinidad, escúchanos.)

Para que Dios Padre, Creador todopoderoso del Universo, lleve el mundo a su plenitud y haga nacer aquel cielo nuevo y aquella tierra nueva que nos ha prometido, en la que la humanidad entera encontrará la felicidad y podrá contemplar su rostro glorioso, roguemos al Señor.

Para que el Hijo Unigénito de Dios, que se hizo hombre para desposarse con la Iglesia, infunda en ella un amor semejante al suyo, como corresponde a su condición de esposa amada, roguemos al Señor.

Para que el Espíritu del Señor, que enriquece al mundo con sus dones, sea padre para los pobres, consuelo para los tristes, salud para los enfermos y fuerza para los decaídos, roguemos al Señor.

Para que los que conocemos el misterio de la vida íntima de Dios, uno en tres Personas, tengamos celo para anunciarlo a quienes lo desconocen, a fin de que también ellos encuentren gozo y descanso en Dios, que se nos ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo, roguemos al Señor.

Que te glorifique, Dios nuestro, tu iglesia, al contemplar el misterio de tu sabiduría con la que has creado y configurado el mundo; tú que, por medio de Jesucristo, nos has justificado y en tu Espíritu Santo nos has santificado, escucha la oración de tu pueblo y haz que alcancemos el conocimiento dela verdad plena y te adoremos a ti, que eres amor, verdad y vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Por la invocación de tu nombre, santifica, Señor, estos dones que te presentamos y transfórmanos por ellos en una continua oblación a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

El misterio de la Santísima Trinidad

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Que con tu Hijo único y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, un solo Señor, no en la singularidad de una sola persona, sino en la trinidad de una sola sustancia. Y lo que creemos de tu gloria, porque tú lo revelaste, eso mismo lo afirmamos de tu Hijo y también del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción. De modo que al proclamar nuestra fe en la verdadera y eterna divinidad, adoramos a tres personas distintas, en la unidad de un solo ser e iguales en su majestad. A quien alaban los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, que no cesan de aclamarte con una sola voz: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ga 4, 6

Porque ustedes son hijos de Dios, Dios infundió en sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: Abbá, Padre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que la recepción de este sacramento y nuestra profesión de fe en la Trinidad santa y eterna, y en su Unidad indivisible, nos aprovechen, Señor, Dios nuestro, para la salvación de cuerpo y alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- En esta época de "verdades alternativas" y de "noticias falsas" estamos más que urgidos de dejarnos conducir por el Espíritu de la Verdad La verdad de la que nos habla Jesús y que nos interpreta el Espíritu no es un catálogo de enunciados teóricos sobre la naturaleza o la historia; es algo más significativo. Es el desvelamiento del sentido último de la existencia. Si lo ejemplificamos con el saber aritmético, podemos decir que éste nos facilita la realización de las operaciones básicas (sumas, restas y demás); sin embargo, el Espíritu nos enseñaría la "aritmética de la vida", es decir, cómo vivir las etapas de la existencia, cómo ser adulto, cómo ser joven; cuánto es realmente necesario comprar; qué tanta agua podemos disponer en una gran ciudad, etc. No es que el Espíritu se entrometa en esos asuntos tan domésticos, sino que nos señala rumbos y actitudes para descifrarlo: empatía, solidaridad, trato amigable con la casa común, confianza en el Padre providente.

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