El Papa Francisco invita a imitar a los Reyes Magos para ser testigos de Cristo
El Papa Francisco rezó a la Virgen María para que “podamos ser testigos de Cristo donde estamos, con una nueva vida, transformada por su amor”.
Tras celebrar la Misa en la Basílica de San Pedro por la Solemnidad de la Epifanía del Señor, el Pontífice dirigió este 6 de enero el rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico Vaticano.
El Santo Padre recordó a los Magos “que vinieron de Oriente a Belén, siguiendo a la estrella, para visitar al recién nacido Mesías” y subrayó que el Evangelio de San Mateo relata que tras adorar a Jesús los Magos fueron “advertidos en un sueño de que no regresaran a Herodes” por lo que “regresaron a su país por otro camino”.
“Estos sabios, que vienen de regiones lejanas, después de haber viajado mucho, encuentran a quien querían conocer, después de haberlo buscado durante mucho tiempo, ciertamente también con dificultades y aventuras. Y cuando finalmente llegan a la meta, se postran ante el Niño, lo adoran y le ofrecen sus preciosos regalos. Después de lo cual partieron nuevamente sin demora para regresar a su tierra. Pero aquel encuentro con el Niño los cambió”, señaló el Papa.
En esta línea, el Santo Padre destacó que “el encuentro con Jesús no detuvo a los Magos, por el contrario, les infunde un nuevo impulso para regresar a su país, para contar lo que han visto y la alegría que han sentido. En esto hay una demostración del estilo de Dios, de su manera de manifestarse en la historia”.
“La experiencia de Dios no nos bloquea, sino que nos libera; no nos aprisiona, sino que nos pone de nuevo en el camino, nos devuelve a los lugares habituales de nuestra existencia. Los lugares son y serán los mismos, pero nosotros, después del encuentro con Jesús, no somos los mismos que antes. El encuentro con Jesús nos cambia, nos transforma”, afirmó.
Por ello, el Papa Francisco aseguró que “cada experiencia del encuentro con Jesús nos lleva a tomar diferentes caminos, porque de Él viene una buena fuerza que sana el corazón y nos separa del mal” y añadió que esto indica que “somos nosotros los que tenemos que cambiar, transformar nuestra forma de vida incluso en el entorno habitual, cambiar los criterios de juicio sobre la realidad que nos rodea”.
“Aquí está la diferencia entre el Dios verdadero y los ídolos traicioneros, como el dinero, el poder, el éxito ...; entre Dios y aquellos que prometen darte estos ídolos, como magos, adivinos, hechiceros. La diferencia es que los ídolos nos unen a ellos mismos, nos hacen ídolos dependientes y nos posesionamos de ellos”, describió.
Sin embargo, el Pontífice recordó que “el Dios verdadero no nos detiene ni se deja detener por nosotros: nos abre caminos, los caminos de la novedad y la libertad. Porque Él es Padre y siempre está con nosotros para hacernos crecer”.
Por ello, el Papa concluyó con este consejo: “si encuentras a Jesús, si tienes un encuentro espiritual con Jesús, recuerda, debes volver a los mismos lugares de siempre, pero de otra manera, con otro estilo. Es así, es el Espíritu Santo que Jesús nos da, que nos cambia el corazón”.
(Publicado en ACIPRENSA)
***********************************************************************************
El Papa Francisco explica en qué consiste la santidad
El Papa Francisco explicó que la santidad consiste en “pertenecer a Dios”, tener “comunión con Él” y que esta se traduce en “acciones concretas en lo cotidiano, en el encuentro con los otros”.
Así lo indicó el Santo Padre antes del rezo del Ángelus este 5 de enero, segundo domingo del tiempo de Navidad.
“La santidad es pertenecer a Dios, comunión con Él, transparencia de su infinita bondad. La santidad es cuidar el don que el Señor nos dio. Solamente esto: cuidar la gratuidad. Esto es ser santo", afirmó el Santo Padre.
"Por eso, quien recibe en sí la santidad como don de gracia, no puede no traducirla en acción concreta en lo cotidiano. Este don, esta gracia que el Señor me dio, lo traduzco en acciones concretas en el cotidiano, en el encuentro con los otros”, destacó.
En esta línea, el Pontífice describió que “esta caridad, esta misericordia hacia el prójimo, reflejo del amor de Dios, al mismo tiempo purifica nuestro corazón y nos dispone al perdón, haciéndonos día tras día ‘inmaculados’. Pero -añadió- inmaculados no en el sentido que yo quito una mancha: inmaculados en el sentido que Dios entra en nosotros. El don, la gratuidad de Dios entra en nosotros y nosotros la cuidamos y la damos a los otros”.
Por ello, el Santo Padre rezó para que “la Virgen María nos ayude a recibir con alegría y gratitud el diseño divino de Amor realizado en Jesucristo”.
Además, el Papa Francisco señaló que “las lecturas bíblicas nos ayudan a alargar la mirada, para tener una plena conciencia del significado del nacimiento de Jesús”.
En concreto, el Papa recordó que el pasaje del Evangelio del Prólogo de San Juan “nos muestra la novedad impactante: el Verbo eterno, el Hijo de Dios, se hizo carne”.
“No solo vino a vivir entre el pueblo, sino que se convirtió en uno del pueblo, uno de nosotros. Después de este evento, para orientar nuestra vida no tenemos solo una ley, una institución, sino una Persona, una Persona divina, Jesús, que nos orienta la vida, que nos hace ir por el camino, porque Él lo recorrió antes”.
En este sentido, el Pontífice comentó que en el diseño de Amor realizando en Jesucristo “cada uno de nosotros encuentra la propia vocación fundamental” y el Papa agregó que San Pablo explicó que “estamos predestinados a ser Hijos de Dios por obra de Jesucristo”.
“El Hijo de Dios se hace hombre para hacernos a nosotros, hombres, Hijos de Dios. Para eso el Hijo eterno se hizo carne: para introducirnos en su relación filial con el Padre”.
Por lo tanto, el Santo Padre destacó que “mientras continuamos a contemplar el signo admirable del Pesebre” la Liturgia nos dice que “el Evangelio de Cristo no es una fábula, no es un mito, una narración edificante, no”.
“El Evangelio de Cristo es la plena revelación del diseño de Dios, del diseño de Dios sobre el hombre y sobre el mundo. Es un mensaje al mismo tiempo simple y grandioso, que nos empuja a preguntarnos: ¿Cuál es el proyecto concreto que el Señor puso en mí, actualizando su nacimiento en medio de nosotros?”, cuestionó el Papa, quien añadió que San Pablo sugiere la respuesta: “Dios nos eligió para ser santos e inmaculados de frente a Él en la caridad”.
“Aquí está el significado de la Navidad. Si el Señor continúa a venir entre nosotros, si continúa a darnos el don de su Palabra, es para que cada uno de nosotros pueda responder a esta llamada: ser santos en el Amor”, concluyó.
(Publicado en ACIPRENSA)
No hay comentarios:
Publicar un comentario