Papa Francisco pide utilizar éticamente la inteligencia artificial
El Papa Francisco pidió a expertos en tecnología informática y a los miembros de la Pontificia Academia para la Vida trabajar juntos para desarrollar los principios de una “algor-ética”.
Así lo indicó el Santo Padre en el texto que preparó para la audiencia con los participantes de la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia para la Vida de este 28 de febrero, evento al que no asistió debido a la cancelación de sus audiencias oficiales por segundo día consecutivo.
Sin embargo, el discurso del Papa fue leído por el presidente de la Pontificia Academia para la Vida, Mons. Vincenzo Paglia, quien refirió “el apoyo” del Pontífice al trabajo de reflexión que están realizado sobre el tema de la “inteligencia artificial”.
“Los invito a continuar con audacia y discernimiento, en busca de las formas de una participación cada vez más amplia de todos aquellos que se preocupan por el bien de la familia humana”, escribió el Papa.
En esta iniciativa participaron diferentes invitados, entre los que se encontraron el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli; el director general de la FAO, Dongyu Qu; el presidente de Microsoft, Brad Smith; y el vicepresidente ejecutivo de IBM, John Kelly III.
En su discurso, el Papa destacó que los temas que han abordado “se refieren a uno de los cambios más importantes que caracterizan el mundo de hoy” porque “la galaxia digital” y en concreto, la llamada, “inteligencia artificial” se encuentra al centro “del cambio de época que estamos atravesando”.
“La innovación digital afecta a todos los aspectos de la vida, tanto personales como sociales. Incide en la forma en que entendemos el mundo y también a nosotros mismos. Está cada vez más presente en los negocios e incluso en las decisiones humanas, por lo que la forma en que pensamos y actuamos está cambiando”, advirtió Francisco.
En esta línea, el Santo Padre señaló que “las decisiones, incluso las más importantes, como las de los campos médico, económico o social, son hoy el resultado de la voluntad humana y de una serie de contribuciones algorítmicas” y alertó sobre los “graves riesgos” para las sociedades ya que “de las pistas digitales difundidas en Internet, los algoritmos extraen datos que le permiten controlar los hábitos mentales y relacionales, con fines comerciales o políticos, a menudo sin nuestro conocimiento”.
Sin embargo, el Pontífice destacó que “estos peligros no deben esconder las grandes potencialidades que las nuevas tecnologías nos ofrecen” y animó a los creyentes “a dejarse desafiar por la Palabra y la Tradición de la fe para que nos ayuden a interpretar los fenómenos de nuestro mundo, identificando formas de humanización y, por lo tanto, de amorosa evangelización”.
Por ello, el Papa exhortó a “dialogar de manera provechosa con todos aquellos que buscan el desarrollo humano, manteniendo al centro del conocimiento y de las prácticas sociales a la persona en todas sus dimensiones, incluidas las espirituales”.
En este sentido, Francisco subrayó que “no basta la simple educación al uso correcto de las nuevas tecnologías”, sino que se requiere “una acción educativa más amplia” y agregó que “se deben desarrollar fuertes motivaciones para perseverar en la búsqueda del bien común”.
Ante una nueva frontera que puede llamarse “algor-ética”, el Papa concluyó que “los principios de la Doctrina Social de la Iglesia ofrecen una contribución decisiva: dignidad de la persona, justicia, subsidiariedad y solidaridad”, porque estos principios “expresan el compromiso de ponerse al servicio de cada persona en su integralidad”.
“La ‘algor-ética’ podrá ser un puente para que los principios se inscriban concretamente en las tecnologías digitales, a través de un efectivo diálogo transdisciplinario”, indicó.
Finalmente, el Papa mencionó que el acuerdo ético firmado por la Pontificia Academia para la Vida con Microsoft, IBM y la FAO este 28 de febrero “es un paso importante en esta dirección, con las tres coordinadas fundamentales sobre las cuales caminar: la ética, la educación y el derecho”.
(publicado en ACIPRENSA)
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