DOMINGO 4
Verde V Domingo Ordinario [En la República mexicana: se omite la Memoria de Santa Águeda, virgen y mártir] MR, p 417 (415) / Lecc. I, p. 162. Semana I del Salterio.
Otros santos: Juan de Brito mártir; Juana de Valois, fundadora.
UNA AGLOMERACIÓN CADA VEZ MÁS FRECUENTE
Job, 7, 1-4. 6-7; 1 Cor 9, 16-19.22-23; Mc 1, 29-39
El libro de Job no es solamente la biografía de un ser humano tocado duramente por el sufrimiento. Es la imagen colectiva de millones de inocentes que sufren. El que se queja de tener como herencia meses baldíos y noches de fatiga, tiene razonen afirmar que sus días se le van gastando en la desesperanza. Una vida semejante a la del esclavo, que suspira por un momento de respiro. El Evangelio de san Marcos nos presenta a una multitud de galileos afligidos por "diversos males", tanto físicos como psicológicos que de un modo u otro terminaban sumiendo a las personas en el sufrimiento y la desesperanza. Los enfermos conservaban todavía una leve esperanza. Se escuchaban rumores de las curaciones numerosas que hacía Jesús en Cafarnaúm. Ya había una salida. Dios se había acercado para salvarlos de su condición miserable.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 94, 6-7
Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro, porque él es nuestro Dios.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor, que guardes con incesante amor a tu familia santa, que tiene puesto su apoyo sólo en tu gracia, para que halle siempre en tu protección su fortaleza. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Se me han asignado noches de dolor
Del libro de Job: 7, 1-4. 6-7
En aquel día, Job tomó la palabra y dijo: "La vida del hombre en la tierra es como un servicio militar y sus días, como días de un jornalero. Como el esclavo suspira en vano por la sombra y el jornalero se queda aguardando su salario, así me han tocado en suerte meses de infortunio y se me han asignado noches de dolor. Al acostarme, pienso: ¿Cuándo será de día?'. La noche se alarga y me canso de dar vueltas hasta que amanece.
Mis días corren más aprisa que una lanzadera y se consumen sin esperanza. Recuerda, Señor, que mi vida es un soplo. Mis ojos no volverán a ver la dicha". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 146, 1-2. 3-4. 5-6
R/. Alabemos al Señor, nuestro Dios.
Alabemos al Señor, nuestro Dios, porque es hermoso y justo el alabarlo. El Señor ha reconstruido a Jerusalén y a los dispersos de Israel los ha reunido. R/.
El Señor sana los corazones quebrantados y venda las heridas, tiende su mano a los humildes y humilla hasta el polvo a los malvados. R/.
Él puede contar el número de estrellas y llama a cada una por su nombre. Grande es nuestro Dios, todo lo puede; su sabiduría no tiene límites. R/.
SEGUNDA LECTURA
¡Ay de mí, si no anuncio el Evangelio!
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 9, 16-19. 22-23
Hermanos: No tengo por qué presumir de predicar el Evangelio, puesto que ésa es mi obligación. ¡Ay de mí, si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por propia iniciativa, merecería recompensa; pero si no, es que se me ha confiado una misión. Entonces, ¿en qué consiste mi recompensa? Consiste en predicar el Evangelio gratis, renunciando al derecho que tengo a vivir de la predicación.
Aunque no estoy sujeto a nadie, me he convertido en esclavo de todos, para ganarlos a todos. Con los débiles me hice débil, para ganar a los débiles. Me he hecho todo a todos, a fin de ganarlos a todos. Todo lo hago por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 8, 17
R/. Aleluya, aleluya.
Cristo hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores. R/.
EVANGELIO
Curó a muchos enfermos de diversos males.
Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 29-39
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y enseguida le avisaron a Jesús. Él se le acercó, y tomándola de la mano, la levantó. En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles.
Al atardecer, cuando el sol se ponía, le llevaron a todos los enfermos y poseídos del demonio, y todo el pueblo se apiñó junto a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios, pero no dejó que los demonios hablaran, porque sabían quién era él.
De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros lo fueron a buscar, y al encontrarlo, le dijeron: "Todos te andan buscando". Él les dijo: "Vamos a los pueblos cercanos para predicar también allá el Evangelio, pues para eso he venido". Y recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Padre del Unigénito, al Hijo del Dios eterno y al Espíritu, fuente de todo bien: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para la Iglesia inmaculada del Dios verdadero, extendida por todo el mundo, pidamos la plena riqueza del amor de Dios, roguemos al Señor.
Para los que gobiernan los pueblos y tienen en su mano el destino de los hombres, pidamos el espíritu de justicia y el deseo de servir con dedicación a sus súbditos, roguemos al Señor.
Por los débiles que se ven oprimidos y por los justos que sufren persecución, oremos a Jesús el Salvador.
Para nosotros mismos, pidamos al Señor un temor filial, un amor ferviente, una vida feliz y una buena muerte, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que nos has manifestado tu amor por medio de tu Hijo, que soportó nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores, escucha las oraciones de tu pueblo y haz que, siguiendo el ejemplo de Cristo, compartamos los sufrimientos de nuestros hermanos y animemos a los que sufren, iluminándolos con la luz de la esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios nuestro, que has creado los frutos de la tierra sobre todo para ayuda de nuestra fragilidad, concédenos que también se conviertan para nosotros en sacramento de eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN. Crf. Sal 106, 8-9
Demos gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace en favor de su pueblo; porque da de beber al que tiene sed y les da de comer a los hambrientos.
O bien Mt 5, 5-6
Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que quisiste hacernos participar de un mismo pan y un mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera, que, hechos uno en Cristo, demos frutos con alegría para la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-Al momento de redactar una reflexión sobre estas lecturas, el INEGI informaba lo que los mexicanos más ricos perciben un ingreso 21 veces mayor que los más pobres, señalando que los últimos ganan 91 pesos en promedio al día, mientras que los primeros perciben 1,876 pesos al día. Unida a esta gran brecha de desigualdad están la desnutrición, las condiciones insalubres, la educación de menor calidad, la falta de derechos sociales y un largo listado para los más desposeídos. Los inocentes que sufren, los millones de Job que pueblan colonias y poblados con alta marginación, siguen suspirando por mejores condiciones de vida. Al mismo tiempo, nos damos cuenta de las enormes cantidades de dinero que se desperdician en campañas políticas: inequidad y despilfarro que resultan indignantes. El profeta de Nazaret anima a quienes lo confesamos como Señor a asumir con esperanza y decisión el camino de la solidaridad que él recorrió.
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