Aquí tenéis la Homilía que Don Mario pronunció el día de San Juan en la ermita de San Juan de Gaztelugatxe.
Natividad de San Juan Bautista 2017
Queridos hermanos y hermanas.
1. Celebramos hoy el nacimiento de San
Juan Bautista. Nos dice la Escritura que Zacarías e Isabel no podían tener
descendencia. El ángel Gabriel anuncia a Zacarías que Isabel su mujer concebirá
a un niño a pesar de su vejez. De este modo, el nacimiento de San Juan es un
anuncio, una profecía del nacimiento de Jesús. Como el mismo Jesús dirá
después: “No ha nacido de mujer nadie más grande que Juan el Bautista”.
2. Pero también Jesús añade, “pero el
más grande en el reino de los cielos es mayor que Él”. Juan tuvo la misión de
preparar el camino al Salvador, anunciando la llegada inminente del Mesías. Fue
así el último de los profetas del Antiguo Testamento, y la Iglesia lo considera
el más grande de los santos después de la Virgen María. Contemporáneo de Jesús,
es considerado por la tradición cristiana como el precursor del Mesías. El
cariz de su predicación inquietó a las autoridades. Herodes Antipas, por su
parte, se vio afectado en su vida privada por las exigencias morales del
profeta; temiendo una revuelta popular, mandó detenerlo. Juan fue decapitado en
la cárcel el año 28.
3. El pueblo cristiano edificó esta
ermita en este paraje único dedicado a San Juan Bautista. Cuántas personas se
acercan caminando para presentar a Dios sus peticiones, su oración, sus
necesidades, su acción de gracias. Desde aquí, nuestro querido profeta
precursor de Jesús cuida de quienes trabajan en el mar y de sus familias. Bien
sabemos que es un trabajo duro. Muchas veces peligroso cuando el mar arrecia.
Conocemos tantos episodios dolorosos en los que muchos arrantzales han perdido
la vida en la mar. Hoy de modo particular quisiera encomendar a Dios a tantos
fallecidos de aquella terrible galerna del año mil novecientos doce. El mar es
fuente de vida y alegría. Pero también en demasiadas ocasiones es lugar de
tristeza y de muerte.
4. Una ermita construida junto al mar
nos recuerda el encuentro de Jesús con sus discípulos. Varios de ellos eran
pescadores. Los llamó junto a la orilla, cuando estaban reparando las redes.
Desde esta orilla Jesús nos sigue llamando para ser sus discípulos. Desde aquí
acompañan a quienes se ganan la vida en el duro trabajo del mar. Nos asegura de
que está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Él consuela los
momentos de tristeza y angustia ante una jornada dura de trabajo en la lejanía
de los familiares y seres queridos. Él protege a los arrantzales en los
momentos de peligro. Él cuida de las familias que quedan en las orillas y
puertos aguardando el retorno de los trabajadores del mar.
5. Juan Bautista es testigo de este
amor de Dios por cada uno de nosotros. Indicó a sus discípulos que Jesús es el
Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. También en nuestra vida muchas
personas nos han acercado a Dios. Nos han dicho dónde encontrarle. Y Jesús ha
salido a nuestro encuentro, nos ha llamado y nos ha hecho discípulos suyos.
Hoy, en esta ermita, encomendamos a todos los arrantzales y a sus familias.
Rezamos de modo particular por los enfermos, los ancianos, los que viven sin
esperanza, por los pobres. Quisiera agradecer de modo particular a quienes
cuidan de esta ermita. Gracias por vuestro trabajo. Pedimos a San Juan que, una
vez más, nos acerque a Jesús. Que aprendamos de su amor y su humildad. Que nos
convirtamos en testigos del amor y de la misericordia de Dios. Que la Virgen
María, reina de los apóstoles, nos bendiga y acompañe. San Juan Ruega por
nosotros. AMÉN.
X Mario Iceta Gabicagogeascoa
Obispo de Bilbao
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