miércoles, 19 de julio de 2017

MISA DE SANTIAGO 25/07/17

MARTES 25

Santiago Apóstol

Rojo Fiesta MR, p. 753 (778) / Lecc. II p. 1094

Otros santos: Cristóbal de Licia, mártir; Valentina, Tea y Pablo de Roma, mártires.

Santiago, hijo de Zebedeo, era hermano de Juan y compañero de Pedro y Andrés. Antes de seguir el llamamiento de Jesús, que los convirtió en sus Apóstoles, estos pescadores del lago de Genesaret se habían acercado a Juan el Bautista para escucharlo. Junto con Pedro y con Juan, Santiago fue testigo de la transfiguración y de la agonía del Señor. El año 43 o 44, Herodes Agripa I lo mandó decapitar.

EL QUE QUIERA SUBIR
2 Cor 4, 7-15; Mt 20, 20-28
El apóstol Santiago fue uno de los primeros que bebieron el trago que Jesús bebió. Efectivamente, según refiere el libro de los Hechos de los Apóstoles, "Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan". Muy lejos quedaban las pretensiones de poder, manifestadas por la madre de los Zebedeos a Jesús. La madre imaginaba que el Reinado de Dios reproduciría las jerarquías piramidales del poder, vigentes en el mundo antiguo y por eso, solicitaba a Jesús los cargos más encumbrados para sus hijos. Jesús aprovecha la ocasión para alentarnos a ejercer una autoridad como la que él ejerció: la autoridad del servicio y la humildad. Tal como refiere la Carta a los corintios, Santiago y los demás apóstoles, transparentaron en su cuerpo la vida de Jesús, porque no se guardaron la vida, sino que la entregaron al Padre cuando fue necesario.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mt 4, 18. 21
Caminando Jesús por la ribera del mar de Galilea, vio a Santiago y a su hermano Juan, hijos de Zebedeo, que estaban remendando sus redes, y los llamó.
Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que consagraste las primicias de la predicación apostólica con la sangre del apóstol Santiago, concede a tu Iglesia quedar fortalecida por su martirio y amparada siempre con su protección. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Llevamos siempre la muerte de Jesús en nuestro cuerpo.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 4, 7-15
Hermanos: Llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria proviene de Dios y no de nosotros mismos. Por eso sufrimos toda clase de pruebas, pero no nos angustiamos. Nos abruman las preocupaciones, pero no nos desesperamos. Nos vemos perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no vencidos.
Llevamos siempre y por todas partes la muerte de Jesús en nuestro cuerpo, para que en este mismo cuerpo se manifieste también la vida de Jesús. Nuestra vida es un continuo estar expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De modo que la muerte actúa en nosotros, yen ustedes, la vida.
Y como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la Escritura: Creo, por eso hablo, también nosotros creemos y por eso hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo esto es para bien de ustedes de manera que, al extenderse la gracia a más y más personas, se multiplique la acción de gracias para gloria de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 125, l-2ab. 2cd-3. 4-5. 6

R/. Entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor.
Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de cantar. R/.
Aun los mismos paganos con asombro decían: «¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!» Y estábamos alegres, pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor. R/.
Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor. R/.
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán con sus gavillas. R/.



ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 15, 16
R/. Aleluya, aleluya.

Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca. R/. Aleluya.


EVANGELIO
Beberán mi cáliz.
Del santo Evangelio según san Mateo: 20, 20-28
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué deseas?" Ella respondió: "Concédeme que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu Reino". Pero Jesús replicó: "No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?" Ellos contestaron: "Sí podemos". Y él les dijo: "Beberán mi cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien mi Padre lo tiene reservado".
Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ya saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la redención de todos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Purifícanos, Señor, con el bautismo salvador de la pasión de tu Hijo, para que, en la fiesta de Santiago, el primer Apóstol que participó en el cáliz redentor de Cristo, podamos ofrecerte un sacrificio agradable a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Bebieron el cáliz del Señor y llegaron a ser amigos de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por intercesión del apóstol Santiago, en cuya festividad hemos recibido con alegría tus santos sacramentos, concédenos, Señor, tu protección y tu ayuda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, MR, p. 602 (610).

 

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