miércoles, 23 de marzo de 2022

Con esta oración el Papa Francisco consagrará a Rusia y Ucrania al Corazón de María

Hemos destrozado con la guerra el jardín de la tierra, hemos herido con el pecado el corazón de nuestro Padre, que nos quiere hermanos y hermanas. Nos hemos vuelto indiferentes a todos y a todo, menos a nosotros mismos. Y con vergüenza decimos: perdónanos, Señor. 

En la miseria del pecado, en nuestros cansancios y fragilidades, en el misterio de la iniquidad del mal y de la guerra, tú, Madre Santa, nos recuerdas que Dios no nos abandona, sino que continúa mirándonos con amor, deseoso de perdonarnos y levantarnos de nuevo. Es Él quien te ha entregado a nosotros y ha puesto en tu Corazón inmaculado un refugio para la Iglesia y para la humanidad. Por su bondad divina estás con nosotros, e incluso en las vicisitudes más adversas de la historia nos conduces con ternura. 

Por eso recurrimos a ti, llamamos a la puerta de tu Corazón, nosotros, tus hijos queridos que no te cansas jamás de visitar e invitar a la conversión. 

En esta hora oscura, ven a socorrernos y consolarnos. Repite a cada uno de nosotros: “¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”. Tú sabes cómo desatar los enredos de nuestro corazón y los nudos de nuestro tiempo. Ponemos nuestra confianza en ti. Estamos seguros de que tú, sobre todo en estos momentos de prueba, no desprecias nuestras súplicas y acudes en nuestro auxilio. 

Así lo hiciste en Caná de Galilea, cuando apresuraste la hora de la intervención de Jesús e introdujiste su primer signo en el mundo. Cuando la fiesta se había convertido en tristeza le dijiste: «No tienen vino» (Jn 2,3).

Repíteselo otra vez a Dios, oh Madre, porque hoy hemos terminado el vino de la esperanza, se ha desvanecido la alegría, se ha aguado la fraternidad. Hemos perdido la humanidad, hemos estropeado la paz. Nos hemos vuelto capaces de todo tipo de violencia y destrucción. Necesitamos urgentemente tu ayuda materna. 

Acoge, oh Madre, nuestra súplica.

Tú, estrella del mar, no nos dejes naufragar en la tormenta de la guerra.

Tú, arca de la nueva alianza, inspira proyectos y caminos de reconciliación. 

Tú, “tierra del Cielo”, vuelve a traer la armonía de Dios al mundo. 

Extingue el odio, aplaca la venganza, enséñanos a perdonar.

Líbranos de la guerra, preserva al mundo de la amenaza nuclear.

Reina del Rosario, despierta en nosotros la necesidad de orar y de amar.

Reina de la familia humana, muestra a los pueblos la senda de la fraternidad.

Reina de la paz, obtén para el mundo la paz. 

Que tu llanto, oh Madre, conmueva nuestros corazones endurecidos. Que las lágrimas que has derramado por nosotros hagan florecer este valle que nuestro odio ha secado. Y mientras el ruido de las armas no enmudece, que tu oración nos disponga a la paz. 

Que tus manos maternas acaricien a los que sufren y huyen bajo el peso de las bombas. Que tu abrazo materno consuele a los que se ven obligados a dejar sus hogares y su país. Que tu Corazón afligido nos mueva a la compasión, nos impulse a abrir puertas y a hacernos cargo de la humanidad herida y descartada.

Santa Madre de Dios, mientras estabas al pie de la cruz, Jesús, viendo al discípulo junto a ti, te dijo: «Ahí tienes a tu hijo» (Jn 19,26), y así nos encomendó a ti. Después dijo al discípulo, a cada uno de nosotros: «Ahí tienes a tu madre» (v. 27). 

Madre, queremos acogerte ahora en nuestra vida y en nuestra historia. En esta hora la humanidad, agotada y abrumada, está contigo al pie de la cruz. Y necesita encomendarse a ti, consagrarse a Cristo a través de ti. 

El pueblo ucraniano y el pueblo ruso, que te veneran con amor, recurren a ti, mientras tu Corazón palpita por ellos y por todos los pueblos diezmados a causa de la guerra, el hambre, las injusticias y la miseria. 

Por eso, Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de manera especial Rusia y Ucrania. 

Acoge este acto nuestro que realizamos con confianza y amor, haz que cese la guerra, provee al mundo de paz. El “sí” que brotó de tu Corazón abrió las puertas de la historia al Príncipe de la paz; confiamos que, por medio de tu Corazón, la paz llegará. 

A ti, pues, te consagramos el futuro de toda la familia humana, las necesidades y las aspiraciones de los pueblos, las angustias y las esperanzas del mundo.

Que a través de ti la divina Misericordia se derrame sobre la tierra, y el dulce latido de la paz vuelva a marcar nuestras jornadas. Mujer del sí, sobre la que descendió el Espíritu Santo, vuelve a traernos la armonía de Dios. 

Tú que eres “fuente viva de esperanza”, disipa la sequedad de nuestros corazones. Tú que has tejido la humanidad de Jesús, haz de nosotros constructores de comunión. Tú que has recorrido nuestros caminos, guíanos por sendas de paz. Amén. 

(publicado en ACIPRENSA)

Papa Francisco explica importancia de consagración de Rusia y Ucrania “en esta hora oscura”

En una carta enviada a los obispos de todo el mundo, el Papa Francisco explicó la importancia de la consagración del mundo entero, y particularmente de Rusia y Ucrania, al Corazón Inmaculado de María “en esta hora oscura”.

En su misiva, que tiene como fecha el 21 de marzo, el Santo Padre señaló que “ha pasado casi un mes desde el inicio de la guerra en Ucrania, que está causando sufrimientos cada día más terribles en esa martirizada población, amenazando incluso la paz mundial”.

“La Iglesia, en esta hora oscura, está fuertemente llamada a interceder ante el Príncipe de la paz y a estar cerca de cuantos sufren en carne propia las consecuencias del conflicto”, expresó.

“En este sentido, agradezco a todos aquellos que están respondiendo con gran generosidad a mis llamamientos a la oración, al ayuno y a la caridad”, añadió.

Las tensiones entre Ucrania y Rusia escalaron desde marzo de 2021. El 24 de febrero de este año, Vladimir Putin, presidente ruso, ordenó el inicio de la invasión de Ucrania.

En un comunicado publicado este 22 de marzo, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos señaló que la incursión de Rusia en Ucrania ha dejado 953 civiles muertos, entre ellos 78 menores de edad, y 1.557 heridos.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados estima que “más de 3,5 millones de personas refugiadas han huido a países vecinos desde el 24 de febrero”.

A pedido de los obispos católicos de rito latino de Ucrania, el Santo Padre accedió a consagrar especialmente Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María, este 25 de marzo.

Acompañando la carta, el Papa Francisco envió también a los obispos de todo el mundo el texto completo del “Acto de Consagración al Corazón Inmaculado de María” que pronunciará este 25 de marzo.

En su carta, el Papa Francisco indicó que “el Acto se hará en el contexto de una Celebración de la Penitencia, que tendrá lugar en la Basílica de San Pedro a las 17:00, hora de Roma”.

“El Acto de consagración está previsto en torno a las 18:30”, señaló.

El Santo Padre subrayó que esta consagración “quiere ser un gesto de la Iglesia universal, que en este momento dramático lleva a Dios, por mediación de la Madre suya y nuestra, el grito de dolor de cuantos sufren e imploran el fin de la violencia, y confía el futuro de la humanidad a la Reina de la paz”.

El Papa pidió también que se unan a este acto de consagración “los sacerdotes, religiosos y demás fieles”, rezando “en los lugares sagrados, para que el Pueblo santo de Dios eleve la súplica a su Madre de manera unánime y apremiante”.

(publicado en ACIPRENSA)

El Papa Francisco recuerda a la Virgen de Guadalupe en consagración de Rusia y Ucrania

En la oración que pronunciará este 25 de marzo para consagrar a Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María, el Papa Francisco recuerda de forma especial a Nuestra Señora de Guadalupe.

Según el texto oficial enviado a todos los obispos del mundo, en el Acto de consagración, que se realizará alrededor de las 6:30 p.m. (hora de Roma), el Santo Padre dirá: "En esta hora oscura, ven a socorrernos y consolarnos. Repite a cada uno de nosotros: ‘¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?’”.

Esa frase está recopilada en el Nican Mopohua, documento histórico que relata las apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin en diciembre de 1531.

El 12 de diciembre, en la última de sus apariciones, ante el temor de San Juan Diego por la enfermedad que padecía su tío Juan Bernardino, Santa María de Guadalupe le responde: “Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige; no se turbe tu corazón; no temas esa enfermedad, ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿no estás bajo mi sombra? ¿no soy yo tu salud? ¿no estás por ventura en mi regazo? ¿qué más has menester? No te apene ni te inquiete otra cosa; no te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella: está seguro de que ya sanó”.

En declaraciones a ACI Prensa, el P. Eduardo Chávez, postulador de la causa de canonización de San Juan Diego y uno de los mayores expertos en las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe, indicó que en las palabras el acto de consagración que pronunciará el Santo Padre el 25 de marzo “obviamente estamos recordando las palabras que dice Santa María de Guadalupe al humilde San Juan Diego Cuauhtlatoatzin aquel 12 de diciembre de 1531”.

El P. Chávez resaltó que la consagración del 25 de marzo busca “que María los proteja, los cuide y reine la paz, porque ella es la Madre de la Paz”.

El sacerdote mexicano, canónigo de la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México, donde se conserva la imagen original aparecida milagrosamente en la tilma de San Juan Diego el 12 de diciembre de 1531, indicó que el Arzobispo Primado de México, Cardenal Carlos Aguiar, se sumará, al igual que todos los obispos del mundo, a la consagración de Rusia y Ucrania el 25 de marzo.

La celebración se realizará al mediodía en la Basílica de Guadalupe.

El P. Chávez alentó a que todos los católicos se unan “fuertemente en oración para que haya paz, para que abran este corazón al hermano, para que ya dejen estas armas, esta guerra”.

“Vamos a pedirle mucho al Señor, a través de Santa María de Guadalupe, que toque el corazón de nuestros hermanos y el nuestro también, porque también estamos librando nuestra guerra”, expresó.

De esa forma, aseguró, podremos entender que Santa María “es nuestra Madre, la Madre del Verdaderísimo Dios por quien se vive”.

“Somos hijos de Dios. Debemos seguir repitiendo que María es nuestra Madre y que el prójimo es mi hermano”, señaló.

(publicado en ACIPRENSA)

miércoles, 16 de marzo de 2022

Papa Francisco consagrará Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María

El Papa Francisco consagrará Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María el viernes 25 de marzo durante una celebración penitencial en la Basílica de San Pedro del Vaticano.

Así lo informó este 15 de marzo el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.

“El viernes 25 de marzo, durante la celebración penitencial que presidirá a las 5:00 p.m. en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco consagrará a Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María”, escribió Bruni.

El comunicado del Vaticano añade que “el mismo acto, el mismo día, será realizado” en el Santuario de la Virgen de Fátima (Portugal), por su Eminencia el Cardenal Konrad Krajewski, limosnero pontificio, “como enviado del Santo Padre”.

Solicitud de obispos de Ucrania

El pasado 2 de marzo los obispos católicos de rito latino en Ucrania pidieron al Papa Francisco que consagre públicamente este país y a Rusia al Inmaculado Corazón de María, como lo pidió la Virgen de Fátima en sus apariciones en 1917.

“¡Padre Santo! En estas horas de dolor inconmensurable y terrible prueba para nuestro pueblo, nosotros, los obispos de la Conferencia Episcopal de Ucrania, somos portavoces de la incesante y sentida oración, sostenida por nuestros sacerdotes y consagrados, que nos llega de todo el pueblo cristiano, para que Su Santidad dedique nuestra Patria y Rusia”, escribieron en una carta pública al Papa.

En esta línea, el Episcopado de Ucrania solicitó “humildemente a Su Santidad que realice públicamente el acto de consagración al Sagrado Inmaculado Corazón de María de Ucrania y Rusia, como lo solicitó la Santísima Virgen en Fátima”, y rezaron a “la Madre de Dios, Reina de la Paz que acoja nuestra oración: ¡Regina pacis, ora pro nobis!”.

Los obispos católicos ucranianos rezan para que esta consagración pública por parte del Papa Francisco pueda poner fin a la guerra que comenzó el 24 de febrero con la invasión de las fuerzas militares rusas.

Antecedentes

La Virgen de Fátima dijo a los tres pastores en 1917 que “‘Rusia se convertirá’ y ‘al final, mi [Inmaculado] Corazón triunfará”.

En 1984 el Papa Juan Pablo II consagró en el Vaticano a Rusia y el mundo entero al Inmaculado Corazón de María.

Hace algunos años el entonces Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, precisó que Sor Lucía, la vidente de Fátima que vivió más años, “confirmó personalmente que este acto solemne y universal de consagración correspondía a los deseos de Nuestra Señora” de Fátima.

Tras la consagración realizada en la Plaza de San Pedro en 1984, se derrumbó en primer lugar el bloque soviético en 1989 y luego la Unión Soviética, como consecuencia de diversos factores sociales, políticos y económicos.

Finalmente, los obispos de Ucrania también han propuesto una oración actualizada de consagración al Inmaculado Corazón de María, para que se rece al final de cada Misa y en privado.

A continuación, la oración propuesta por el episcopado de Ucrania:

Amada Reina y Madre Nuestra, Reina del Santo Rosario, Auxilio de los cristianos, Salvación del género humano, Virgen victoriosa, aquí nos postramos humildemente ante Ti, para que lleves nuestras sinceras oraciones a Dios Todopoderoso en la Trinidad.

Venimos con la plena confianza de que suplicamos misericordia y protección para nuestra Patria en este tiempo dramático de guerra.

Madre de Misericordia, te lo pedimos no por nuestros méritos, con los que no contamos, sino en vista de la bondad infinita de Tu Corazón y de la Sangre salvadora de Cristo, Tu Hijo.

Que llegue a ti el sufrimiento y los gritos de auxilio de tantas personas. Ten piedad de los heridos y víctimas de los bombardeos, de los huérfanos y de las viudas, de todos aquellos que se vieron obligados a abandonar sus hogares y buscar refugio en lugares más seguros.

Ruega misericordia por los que dieron su vida defendiendo al prójimo y a nuestra Patria.

¡Oh Madre Inmaculada!, ruega a Dios la gracia de la conversión, y te pedimos especialmente la conversión de Rusia y de todos aquellos que están cegados por el odio o la sed de poder.

¡Ruega por nosotros, especialmente por aquellas gracias que pueden cambiar los corazones humanos en un instante, y que prepararán y traerán una paz tan codiciada! Sobre todo, danos el don de la paz espiritual para que el Reino de Dios crezca en paz y armonía.

Reina de la Paz, ruega para nosotros la gracia de la verdadera reconciliación con Dios y entre nosotros, para que podamos darnos una mano de ayuda y apoyo.

Trono de la sabiduría, inspira a todos los gobernantes a tomar decisiones sabias y fortalece los esfuerzos de quienes contribuyen al final de la guerra y la paz.

Reina de los Apóstoles, ruega para nuestros pastores el don de la fe y el celo firmes en la administración de los Sacramentos, para que en este tiempo estemos todos unidos en la mesa eucarística y en la oración celosa.

Sana a los enfermos, fortalece a todo el personal médico y voluntario que atiende a los enfermos y heridos, pide para ellos fuerza espiritual y física.

Sé sanadora para los enfermos, fortalecedora para los moribundos y ánimo para sus seres queridos.

Así como la Iglesia y toda la humanidad fueron consagradas al Corazón de Tu Divino Hijo, y en Él esperamos convertirnos en fuente inagotable de victoria y salvación para todos, así nos consagramos para siempre a Ti y a Tu Inmaculado Corazón, nuestra Madre y Reina.

Para que tu amor y tu cuidado aseguren la victoria del Reino de Dios, y que nuestra Ucrania y todas las naciones reconciliadas entre sí y con Dios, te bendigan y te glorifiquen.

¡Amén!

(PUBLICADO EN ACIPRENSA)

miércoles, 9 de marzo de 2022

El Papa invita a rezar a la Reina de la Paz por el fin de la guerra en Ucrania

El Papa Francisco invitó a invocar a la Reina de la Paz para que “extienda su manto sobre nosotros” y otorgue la paz a Ucrania, que sufre la invasión de las fuerzas militares de Rusia desde el pasado 24 de febrero.

Así lo dijo el Santo Padre este 5 de marzo en un mensaje que compartió a través de su cuenta oficial de Twitter @Pontifex_es.

El Pontífice ha solicitado en varias ocasiones rezar por la paz en el mundo y ha alentado a rezar y ayunar por esta intención.

A continuación, la oración propuesta por el Papa Francisco:

“Pidamos a la Reina de la Paz que

extienda su manto sobre nosotros:

Bajo tu amparo nos acogemos,

Santa Madre de Dios;

no desprecies las súplicas que

te dirigimos en nuestras necesidades,

antes bien, líbranos de todo peligro,

¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!

Jornada de ayuno y oración por la paz

El pasado 23 de febrero, el Papa Francisco lamentó el “empeoramiento de la situación en Ucrania” y convocó a todos a realizar una jornada extraordinaria de ayuno y oración por la paz este 2 de marzo, Miércoles de Ceniza.

Al finalizar la Audiencia General que se realizó en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Papa dijo: “Tengo un gran dolor en mi corazón por el empeoramiento de la situación en Ucrania”.

“A pesar de los esfuerzos diplomáticos de las últimas semanas, se abren escenarios cada vez más alarmantes. Como yo, muchas personas de todo el mundo sienten angustia y preocupación. Una vez más la paz de todos se ve amenazada por intereses partidistas”, afirmó el Papa.

En esta línea, el Pontífice lanzó un llamado “a los responsables políticos para que examinen seriamente su conciencia ante Dios, que es el Dios de la paz y no de la guerra; que es el Padre de todos, no solo de algunos, que quiere que seamos hermanos y no enemigos”.

“Rezo para que todas las partes implicadas se abstengan de llevar a cabo cualquier acción que pueda causar aún más sufrimiento a la población, desestabilizando la convivencia entre naciones y desprestigiando el derecho internacional”, señaló entonces el Santo Padre.

Además, el Papa Francisco realizó un llamado “a todos, creyentes y no creyentes” porque “Jesús nos enseñó que a la diabólica insensatez de la violencia se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno”.

(publicado en ACIPRENSA)

Alegría en el corazón de Dimas

Hemos entrado en Cuaresma, tiempo de preparación para celebrar la Semana Santa, con la Pascua cristiana: el triunfo de Cristo, después de su...