viernes, 27 de abril de 2018

NOTICIAS DEL PAPA FRANCISCO

El amor y el servicio, dos de los fundamentos en los que se basa la Iglesia, según el Papa


El Papa Francisco manifestó que el fundamento de la Iglesia se encuentra en el servicio y en el amor e invitó a dejarse amar siempre por Dios.
En la homilía de la Misa que presidió en la capilla de la Casa Santa Marta, Francisco comentó el Evangelio del día del Lavatorio de Pies e indicó que de la Eucaristía y de este gesto de servicio “nacen los dos mandamientos que harán crecer a la Iglesia si nosotros somos fieles”.
El Papa recordó luego que sin “el amor sin límites” la “Iglesia no va hacia delante, la Iglesia no respira”.
“Sin el amor no crece, se transforma en una institución vacía, de apariencia, de gestos sin fecundidad. Ir a su cuerpo. Jesús dice como nosotros tenemos que amar, hasta el final”.
El Pontífice recordó las palabras de Jesús en las que afirma que “un siervo no es más grande que su amo, ni un enviado es más grande de quien lo ha mandado”.
“La conciencia de que Él es más grande que todos nosotros, y nosotros somos siervos, y no podemos ir más allá de Jesús. Él es el Señor, no nosotros. Este es el testamento del Señor. Si da de comer y beber, y nos dice. Amaos así. Lava los pies y nos dice: servíos así, pero estad atentos, un siervo nunca es más que aquel que lo envía, de su amo. Son palabras y gestos contundentes: es el fundamento de la Iglesia. Si nosotros vamos adelante con estas tres cosas, no nos equivocaremos nunca”.
Francisco invitó entonces a “dejar que la mirada de Jesús entre en mí. Sentiremos tantas cosas: sentiremos amor, sentiremos quizás nada, nos bloquearemos allí, sentiremos vergüenza. Pero dejar siempre que la mirada de Jesús venga. La misma mirada con la cual miraba en la cena, esa tarde, los suyos. Señor, tú conoces, tú sabes todos”.


(PUBLICADO EN ACIPRENSA)
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¿Qué es el cielo? El Papa Francisco responde


En la Misa matutina en la Casa de Santa Marta, el Papa Francisco dedicó su homilía a la prima lectura de la liturgia y explicó qué es el cielo.
La lectura es de los Hechos de los Apóstoles y narra el discurso de Pablo en la sinagoga de Antioquía en el que el apóstol habla de Cristo muerto y resucitado.
También nosotros estamos en camino: nosotros estamos en camino. Estamos en camino… y cuando hacemos esta pregunta – ‘sí, en camino, pero ¿en camino hacia dónde?’. ‘Sí, ¡al cielo!’. ‘¿Y qué es el cielo?’. Y ahí, comenzamos a dudar en la respuesta, no sabemos bien como decir ‘qué es el cielo’. Y muchas veces pensamos en un cielo abstracto: ‘¿Será un poco aburrido estar allí, toda la eternidad?’. No, el cielo no es eso. Nosotros caminamos hacia un encuentro: el encuentro definitivo con Jesús. El cielo es el encuentro con Jesús”.
Pero mientras, “¿cuál es el trabajo de Jesús? La intercesión. La oración de intercesión”, dijo el Papa.
“Jesús ora por mí, por cada uno de nosotros. Pero esto debemos repetirlo para convencerlo: Él es fiel y Él ora por mí, en este momento”.
“Y cada uno de nosotros debe decir: ‘Jesús está orando por mí’, está trabajando, no está preparando para ese puesto. Y Él es fiel; él es fiel: lo hace, porque lo ha prometido”.
Francisco concluyó: “El cielo será este encuentro, un encuentro con el Señor que ha ido allí a preparar el puesto, el encuentro de cada uno de nosotros. Y esto nos da confianza, hace crecer la confianza”.
“Que el Señor nos de esta conciencia de estar en camino con esta promesa. Que el Señor nos de esta gracia: de mirar hacia arriba y pensar. ‘El Señor está orando por mí’”.


(PUBLICADO EN ACIPRENSA)
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miércoles, 25 de abril de 2018

MISA DEL DOMINGO 29/04/18

DOMINGO 29

Blanco V Domingo de Pascua [Se omite la Memoria de santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia] MR. p. 370 (375) / Lecc. I. p 220

Otros santos: Hugo "el Grande" de Cluny, abad. Beata Itala Mela, oblata Benedictina.

SEGUIR CON JESÚS

Hech 9, 26-31; 1 Jn 3, 18-24; Jn 15, 1-8


El discurso de la verdadera vid es una narración alegórica. El Padre es el viñador que poda, limpia y abona su vid. La vid genuina, es decir, la que produce racimos carnosos y suculentos es Jesús. Los sarmientos, es decir los tallos delgados y flexibles de donde brotan hojas y racimos, somos los discípulos de Jesús. En esa dinámica se opera una labor de conjunto entre Dios, su enviado y los que escuchan su palabra. Todo lleva un propósito: generar frutos de vida abundante para el prójimo. La comunidad de los creyentes no debe vivir para sí misma. Es una comunidad misionera y apostólica que tiene que asumir los reclamos y necesidades de la sociedad donde vive. El apóstol san Pablo así lo comprendió y por eso subió a Jerusalén y posteriormente bajó a Cesarea marítima y a Tarso, para anunciar el mensaje de esperanza que le había cambiado la vida. Sus habilidades notables como pastor, predicador y dirigente, ayudaron a la construcción de la Iglesia.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 97, 1-2

Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas y todos los pueblos han presenciado su victoria. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, lleva a su plenitud en nosotros el sacramento pascual, para que, a quienes te dignaste renovar por el santo bautismo, les hagas posible, con el auxilio de tu protección, abundar en frutos buenos, y alcanzar los gozos de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Les contó cómo había visto al Señor en el camino.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 9,26-31


Cuando Pablo regresó a Jerusalén, trató de unirse a los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no creían que se hubiera convertido en discípulo.

Entonces, Bernabé lo presentó a los apóstoles y les refirió cómo Saulo había visto al Señor en el camino, cómo el Señor le había hablado y cómo él había predicado, en Damasco, con valentía, en el nombre de Jesús. Desde entonces, vivió con ellos en Jerusalén, iba y venía, predicando abiertamente en el nombre del Señor, hablaba y discutía con los judíos de habla griega y éstos intentaban matarlo. Al enterarse de esto, los hermanos condujeron a Pablo a Cesarea y lo despacharon a Tarso.

En aquellos días, las comunidades cristianas gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria, con lo cual se iban consolidando, progresaban en la fidelidad a Dios y se multiplicaban, animadas por el Espíritu Santo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 21, 26b-27. 28. 30ab. 30c-32


R/. Bendito sea el Señor. Aleluya.


Le cumpliré mis promesas al Señor delante de sus fieles. Los pobres comerán hasta saciarse y alabarán al Señor los que lo buscan: su corazón ha de vivir para siempre. R/. 

Recordarán al Señor y volverán a él desde los últimos lugares del mundo; en su presencia se postrarán todas las familias de los pueblos. Sólo ante él se postrarán todos los que mueren. R/. 

Mi descendencia lo servirá y le contará a la siguiente generación, al pueblo que ha de nacer, la justicia del Señor y todo lo que él ha hecho. R/.


SEGUNDA LECTURA

Este es su mandamiento, que creamos y que nos amemos.

De la primera carta del apóstol san Juan: 3, 18-24


Hijos míos: No amemos solamente de palabra, amemos de verdad y con las obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y delante de Dios tranquilizaremos nuestra conciencia de cualquier cosa que ella nos reprochare, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y todo lo conoce. Si nuestra conciencia no nos remuerde, entonces, hermanos míos, nuestra confianza en Dios es total.

Puesto que cumplimos los mandamientos de Dios y hacemos lo que le agrada, ciertamente obtendremos de él todo lo que le pidamos. Ahora bien, éste es su mandamiento: que creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo, y nos amemos los unos a los otros, conforme al precepto que nos dio.

Quien cumple sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. En esto conocemos, por el Espíritu que él nos ha dado, que él permanece en nosotros. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 15, 4, 5

R/. Aleluya, aleluya.


Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor; el que permanece en mí da fruto abundante. R/.

EVANGELIO

El que permanece en mí y yo en él, ese dará fruto abundante.

Del santo Evangelio según san Juan: 15, 1-8


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, Él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto. Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así corno discípulos míos".

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL


Invoquemos a Cristo, camino verdad y vida y, como pueblo sacerdotal, pidámosle por las necesidades de todo el mundo diciendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor)
Para que Cristo, esposo de la Iglesia, llene de alegría pascual a todos los que se han consagrado a la extensión de su reino, roguemos al Señor.

Para que Cristo, piedra angular del edificio, ilumine con el anuncio evangélico a los pueblos que aún desconocen la buena nueva de la resurrección, roguemos al Señor.

Para que Cristo. estrella luciente de la mañana, seque las lágrimas de los que lloran y aleje del dolor las penas de los que sufren, roguemos al Señor.

Para que Cristo, testigo fidedigno y veraz, nos conceda ser, con nuestra alegría evangélica, sal y luz para los hombres que desconocen la victoria de la resurrección, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que nos has unido a Cristo como sarmientos a la verdadera vid, escucha nuestra oración y danos tu Espíritu Santo, para que, amándonos los unos a los otros, demos frutos abundantes de santidad y de paz. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, que por el santo valor de este sacrificio nos hiciste participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos que, así como hemos conocido tu verdad, de igual manera vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua, MR. pp. 499-503 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 15, 1. 5

Yo soy la vid verdadera y ustedes los sarmientos, dice el Señor; si permanecen en mí y yo en ustedes darán fruto abundante. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- En una época en que muchas personas terminan volviéndose célebres y famosas por sus logros económicos, deportivos o de cualquier otro género, los cristianos recibimos en este Evangelio un llamado a la responsabilidad y la modestia. El discurso sobre la verdadera vid no fomenta el protagonismo ni tampoco la pasividad. Es necesario reconocerse siembra y edificio del Padre. Él es quien hace crecer y fructificar su obra. De ahí que no caben ni actitudes de soberbia, protagonismo, ni culto a la personalidad. Quienes tienen conciencia de su condición de hijos regenerados por el amor del Padre, viven en actitud de humildad y sencillez. Las posturas principescas y mesiánicas solamente desfiguran el rostro de la Iglesia. Bien lo dice el discurso de la vid: es necesario permanecer con él para dar fruto.

III DOMINGO DE PASCUA



Muy queridos hermanos y hermanas.

Acabamos de escuchar un nuevo fragmento del Evangelio de San Lucas, nos dice San Lucas que los discípulos de Emaús que habían encontrado al Señor, le habían reconocido al partir el pan, vuelven de nuevo a Jerusalén y se encuentran con los discípulos. Y es un evangelio ciertamente denso con mucho contenido y que puede iluminar grandemente el camino que queremos hacer también nosotros hacia la fe del Resucitado, de hecho nos ha dicho Lucas que, los discípulos todavía se resistían a creer, ellos tienen que hacer el camino hacia la fe del Resucitado, tienen que aceptar realmente que Cristo está vivo, el mismo que muere en la cruz es el que vive para siempre. También nosotros tenemos que hacer este camino hacia la fe, no de modo intelectual, no se trata de cavilar, de pensar, se trata de un modo experiencial, tener experiencia de esa presencia del Señor en medio de nosotros.

Y precisamente el Evangelio de hoy nos dará como cinco claves que nos ayudarán a recorrer este camino.

-La primera; “El Señor siempre aparece y la fe se gesta en comunidad”.  Los de Emaús eran dos, y vuelven a la comunión de los discípulos, eran muchos más.  Pienso que es una pena que quizás en el mundo de hoy nos perdemos lo mejor de la vida, que es convivir, que es compartir la vida con los demás.  Que sola está la gente hoy en día, que solos estamos también nosotros hoy en día, incluso la vivencia de la fe, muchas veces pensamos que es algo individual, cuando nos ha dicho el Evangelio que; “Estando reunidos los discípulos, Cristo se puso en medio”, Cristo aparece cuando está la comunidad orante, Cristo aparece cuando estamos juntos, cuando vivimos en comunión.  Por eso que importante es cuidar los unos de los otros, porque viviendo juntos y cuidando los unos de los otros es cuando el Señor se hace presente en medio de nosotros. Quizá tenemos que evaluar cuál es la calidad de convivencia en nuestras familias, a veces vivimos con mucho individualismo en nuestras propias familias, cuál es la calidad de nuestra propia iglesia, nuestra comunidad cristiana, en nuestro grupo vital, bien de amigos, de vecinos, que importante es estar juntos para que Cristo esté presente en medio de nosotros.

- El segundo elemento, es curioso que Jesús se deja ver en los momentos de zozobra, se deja ver en los momentos de perplejidad, de debilidad.  Veíamos el primer día de la semana como dos apariciones, la primera precisamente en el cenáculo, estaban los discípulos con las puertas cerradas, con miedo a los judíos y Jesús se aparece. Hemos visto también hoy que los discípulos estaban escuchando, dicen los de Emaús con sus problemas con sus dudas, Cristo se parece.  Es curioso que el Señor se hace presente precisamente no en los momentos en que la vida quizá nos sonríe, incluso nos olvidamos de Él.  El señor se hace presente de modo particular en nuestros sufrimientos, se hace presente en los momentos de debilidad de nuestra vida.  En este momento vienen a mi memoria los enfermos que están los hospitales, los ancianos que están solos, o cada uno quizás en los problemas que vive, a veces tenemos sufrimientos que incluso nos impiden hasta rezar, hay gente que tiene un dolor grande, o que tiene una gran desilusión en su vida, y es que no puedo ni rezar, o voy a misa y tengo la cabeza perdida porque estoy sufriendo, el Señor se planta en medio y dice; “la paz con vosotros”.  Quizá no entendemos, porque pensamos que algo no nos toca cuando rezamos el Credo, que Cristo desciende a los infiernos, Cristo desciende a tu infierno y desciende a mi infierno, cada uno sabe cuáles son sus infiernos, cada uno sabe cuáles son los orígenes de sus sufrimientos, Cristo desciende hasta ahí dentro, quizá lugares donde nadie más que tú has sido capaz de entrar, precisamente se hace presente para anunciar la paz, y para anunciar la esperanza, para decirnos que existe un camino, que existe una senda que podemos recorrer, que el Señor no nos deja solos, es más, se presenta en esos momentos donde nadie ha accedido, se presenta Él, para decirte; “la paz contigo”, yo he vencido este tu infierno, he vencido este tu sufrimiento, para acompañarte a un camino de vida, para acompañarte a un camino de esperanza.  

Pero además precisamente nos habla de que Él se hace presente en la carne, decimos resurrección de la carne por eso se hace presente el Señor, nos ha dicho San Lucas; “Pensaban que era un espíritu, que era una imagen”, y Jesús mismo dice para que veas que no soy un espíritu mirad, tocadme, tengo huesos, tengo carne, dadme de comer.  Se trata del mismo Señor crucificado, ahora con su cuerpo, con el mismo cuerpo pero glorificado, traspasado por el espíritu, totalmente transido por el espíritu, con unas propiedades nuevas que ciertamente desconocemos, pero Cristo nace en la carne, Cristo muere en la carne, Cristo resucita en la carne.  Rezamos; “creo en la resurrección de la carne”, también la nuestra, llamada a vivir, llamada a resucitar de un modo nuevo.  Por eso Jesús les quita el miedo, simplemente no es algo espiritual, soy yo en persona, la resurrección es un hecho real que lleva a la eternidad.

Y les dice dos cosas más con las que quiero ir concluyendo, desde entonces les abrió el entendimiento. Contrasta como ellos estaban con las puertas cerradas, estaban cerrados, Jesús viene y les abre, les abre el entendimiento, para ver las cosas de un modo nuevo, les da ojos nuevos, les da un modo de percibir la realidad nuevo, es decir les dona el don de la fe.  En el bautismo hay un gesto que quizá no solemos hacer, por hacer un poquito rápido que es; Efftá - ¡Ábrete¡, solemos tocar el oído del niño, ábrete, pero no sólo es el oído si no también la mente, abre tu mente, ábrete a lo eterno, ábrete a un Dios que es amor y que se revela, que quizás tú no puedes comprender porque Dios es inabarcable, pero es precisamente lo que conviene a tu corazón, lo que da respuesta; “El Señor, les abrió la mente para entender”.

Le pedimos hoy que nos abra también a nosotros, tantas veces encerrados en nuestros prejuicios, en nuestras propias ideas, y en nuestros propios límites.  Que el Señor nos abra los límites para comprender la hermosura y la grandeza de la vocación a la que estamos llamados, la grandeza y la hermosura del mundo que él nos regala.

Y por último les dice; “Vosotros sois mis testigos”, les da un encargo, les da una responsabilidad, os hago responsables de comunicar lo que habéis visto, de comunicar que estoy vivo, y eso; “Vosotros sois testigos”, nos lo dice a cada uno de nosotros; “Sois testigos”.

Estuve ayer confirmando en una parroquia de Bilbao, en la parroquia de “La Peña”, a un grupo de muchachos poco más que adolescentes, cada uno dio su testimonio, que testimonio tan hermoso de fe de cada uno de ellos, un testimonio vivo, había también un encuentro real y vivo y experiencial con Cristo el Señor, con su corta edad y dieron un testimonio precioso ante los feligreses.  “Vosotros sois mis testigos”, dice el Señor, de dar testimonio de mi presencia con vuestra palabra, con vuestro modo de obrar, con vuestro modo de ser, con vuestro modo socorrer las pobrezas, las dificultades, las soledades, las perplejidades, de los hombres y mujeres de hoy que tanto necesitan de ser abiertos a una esperanza, de ser abiertos a una vida nueva; “Vosotros sois testigos”, os hago responsables de esto, de dar testimonio de esta vida, de esta esperanza.

Así se lo pedimos esta tarde al Señor Resucitado, que Él sea la fuente de vida, que sea la luz real para nuestra vida, que sepamos que existe un camino en medio de los sufrimientos, que Él ilumina y que Él acompaña y que nos llena de esperanza.

Así se lo pedimos esta tarde al Señor por intercesión de la Virgen María.

Que así sea

X Mario Iceta Gabicagogeascoa
Obispo de Bilbao

viernes, 20 de abril de 2018

MISA DEL DOMINGO 22/04/18

Blanco IV Domingo de Pascua Domingo del Buen Pastor: Oración por las Vocaciones Sacerdotales y Religiosas Tema: Escuchar, discernir, vivir la llamada del Señor MR. p. 363 (368) Lecc. I, p. 218 / LH, 4a. Semana



UN PASTOR EJEMPLAR

Hech 4, 8-12; 1 Jn 3, 1-1; Jn 10, 11-18


Entre el discurso del verdadero pastor y el discurso de Pedro ante el Consejo Judío encontramos una relación de continuidad. Jesús se presenta como modelo de pastor y dirigente por una razón fundamental: su ejemplaridad radica en su disposición libre y eficaz de entregar su vida por sus discípulos. Jesús no vive para sí, ni defiende a toda costa su zona de confort. Él está siempre atento a las necesidades de los suyos. Mientras que los mortales comunes y en particular, los ladrones y salteadores del relato, viven mirándose el ombligo, el Señor Jesús vive con un yo descentrado, pendiente de las debilidades de las personas más necesitadas. Tan amorosa actitud no responde a intereses mezquinos. Es genuina voluntad de amar. Ni la promoción personal, ni algún tipo de vanidad lo perturban. Es la misma libertad interior que mantiene el apóstol Pedro ante los miembros del tribunal de Israel.

ANTÍFONA ENTRADA Cfr. Sal 32,5-6

La tierra está llena del amor del Señor y su palabra hizo los cielos. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales para que tu rebaño, a pesar de su fragilidad, llegue también a donde lo precedió su glorioso Pastor. El, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 4, 8-12

En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: "Jefes del pueblo y ancianos: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo. para saber cómo fue curado, sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel: este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos. Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores, han desechado y que ahora es la piedra angular. Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido como salvador nuestro". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 117,1 y 8-9. 21-23. 26 y 28cd y 29


R/. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Aleluya.


Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Más vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres la confianza; más vale refugiarse en el Señor, que buscar con los fuertes una alianza. R/.

Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación. La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R/. 

Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Tú eres mi Dios, y te doy gracias. Tú eres mi Dios, y yo te alabo. Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. R/.


SEGUNDA LECTURA

Veremos a Dios tal cual es.

De la primera carta del apóstol san Juan: 3, 1-2


Queridos hijos: Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él.

Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando él se manifieste, vamos a ser semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 14

R/. Aleluya, aleluya.


Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. R/.

EVANGELIO

El buen pastor da la vida por sus ovejas.

Del santo Evangelio según san Juan: 10,11-18


En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.

Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.

El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita; yo la doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Este es el mandato que he recibido de mi Padre". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL


Levantemos, hermanos, nuestros ojos a Cristo, obispo y pastor de nuestras almas, y pongamos en sus manos, con toda confianza, las necesidades de los hombres diciendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.) Jesús, Buen Pastor, sálvanos.

Para que los obispos, los presbíteros y diáconos apacienten santamente a los pueblos que tienen encomendados, roguemos al Señor.

Para que la paz que Jesucristo concedió a los discípulos arraigue con fuerza en nuestro mundo, y se alejen de las naciones el odio y las guerras, roguemos al Señor.

Para que los enfermos, los pobres y todos los que sufren encuentren en Cristo resucitado luz y esperanza, roguemos al Señor.

Para que Dios derrame en las familias cristianas el espíritu de piedad y de renuncia a lo mundano, de manera que germinen abundantes vocaciones al ministerio eclesial, roguemos al Señor.

Dios nuestro, Padre todopoderoso, que hiciste resplandecer la gloria de Cristo resucitado cuando, en su nombre, devolviste la salud al inválido, reúne en una sola familia a los hombres dispersos por el pecado y haz que, uniéndose a Cristo, el buen pastor, experimenten la alegría de pertenecer a tu rebaño. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, vivir siempre llenos de gratitud por estos misterios pascuales que celebramos, para que, continuamente renovados por su acción se conviertan para nosotros en causa de eterna felicidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua, MR. pp 499-503 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN.

Ha resucitado el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas y se entregó a la muerte por su rebaño. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Buen Pastor, vela con solicitud por tu rebaño y dígnate conducir a las ovejas que redimiste con la preciosa sangre de tu Hijo, a las praderas eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Cuando arrecian las campañas electorales se disparan las guerras de lodo, se agiganta la contratación de fabricantes de imagen, que idealizan los perfiles y logros de candidatos. La ejemplaridad, la sencillez y la mesura brillan por su ausencia. Es una competencia que traspasa casi todos los límites: gastos desmedidos que resultan obscenos ante la cantidad de personas en situación de pobreza. Más insultante aún resulta, presentarse como alternativa de mejores valores éticos o demás eficaces políticas públicas, sin explicar cómo se logrará tal novedad. El ciudadano que se identifica con el Evangelio de Jesús no puede montarse en el tren de la simulación con el único propósito de conseguir poder político para entregar poder económico a sus aliados. Quien siga al pastor modelo, encuentra la ruta para diseñar o sumarse a iniciativas que beneficien a quienes realmente lo necesitan, sin fomentar dependencia, ni paternalismo.

NOTICIAS DEL PAPA FRANCISCO

La oración genera un espíritu renovado que lleva a compartir los dones, señala el Papa


Los monjes de la Confederación Benedictina, en ocasión al 125º aniversario de su fundación y de la puesta de la primera piedra de la Abadía Primada de San Anselmo en roma, fueron recibidos por el Papa Francisco en el Vaticano.
El Pontífice destacó que “en la vida contemplativa, Dios a menudo anuncia su presencia de manera inesperada”. “Con la meditación de la Palabra de Dios en la lectio divina, estamos llamados a permanecer en una religiosa escucha de su voz para vivir en constante y jubilosa obediencia”.
“La oración genera en nuestros corazones, dispuestos a recibir los dones sorprendes que Dios está siempre preparado a darnos, un espíritu de renovado favor que nos lleva, a través de nuestro trabajo cotidiano, a buscar el compartir los dones de la sabiduría de Dios con los otros: con la comunidad, con aquellos que vienen al monasterio para la búsqueda de Dios, y con cuántos estudian en vuestras escuelas, colegios y universidades”.
El Pontífice destacó también su “amor a la liturgia” que es “fundamental” en la vida monástica y “ante todo esencial para vosotros mismos, permitiéndoos estar siempre en la viva presencia del Señor”.
“Es preciosa para toda la Iglesia, que en el curso de los siglos nos ha beneficiado como agua de manantial que riega y fertiliza, alimentando la capacidad de vivir, personalmente y comunitariamente, el encuentro con el Señor resucitado”.
El Santo Padre, advirtió además que “en este tiempo en el que las personas son indiferentes y no tienen tiempo suficiente para escuchar la voz de Dios, vuestros monasterios y vuestros conventos se transforman en oasis, donde hombres y mujeres de todas las edades, proveniencia, cultura y religión pueden descubrir la belleza del silencio y reencontrarse a sí mismos, en armonía con el creador, consintiendo a Dios restablecer un justo orden en su vida”.

(PUBLICADO EN ACIPRENSA)
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Papa Francisco asegura que no se puede evangelizar desde el sillón y propone 3 claves


El Papa Francisco defendió que no existe una “evangelización del sillón” y propuso 3 claves para llevar el anuncio de Dios a cualquier lugar del mundo.
En la homilía que ofreció a primera hora de la mañana desde la capilla de la Casa Santa Marta, el Santo Padre subrayó que los cristianos tienen “la obligación” y la “misión” de evangelizar pidiendo ser “oyentes del Espíritu” para “estar en salida” y demostrar “cercanía a la gente”.
Para hacerlo, hay que partir “no de las teorías, sino de las situaciones concretas”.
El Pontífice comentó la lectura de los Hechos de los Apóstoles en la que pide a Felipe que “se levante” y vaya a evangelizar.
Señaló que después del martirio de Esteban “se desató una gran persecución” para los cristianos y “los discípulos se dispersaron un poco por todas partes”. Pero en ese “viento de persecución” fueron empujados a ir “más allá”.
“Como hace el viento con las semillas de las plantas, allí lleva otras y siembra, así ocurrió aquí: fueron más allá, con la semilla de la Palabra, y han sembrado la Palabra de Dios”.
“Y así podemos decir, un poco bromeando, que ha nacido la ‘propaganda fidei’. Así. De una persecución, de un viento, llevaron la evangelización a los discípulos. Y este paso que hoy hemos leído, de los Hechos de los Apóstoles, es de una belleza enorme. Pero es un verdadero tratado de evangelización. Así evangeliza el Señor. Así anuncia el Señor. Así quiere el Señor que evangelicemos”.
Francisco subrayó entonces 3 palabras claves que describen cómo el Espíritu animó a Felipe a evangelizar: “levántate”, “acércate” y “parte de la situación”.
“Es el Espíritu el que te dice dónde debes andar para llevar la Palabra de Dios, para llevar el nombre de Jesús”.
En este sentido, sugirió que “no existe una evangelización del sillón”. “Levántate y ve, ve al lugar al que debes anunciar la Palabra”.
El Papa recordó que son muchos que dejaron sus tierras y hogares para evangelizar: “no están preparados físicamente, porque no tenían los anticuerpos para resistir a las enfermedades de esas tierras” y morían incluso “martirizados”. Son “mártires de la evangelización”.
En su opinión, no existe ningún “vademécum de la evangelización”. Se necesita “cercanía” para “observar qué es lo que sucede” y partir “de la situación, no de una teoría”.
“No se puede evangelizar en teoría. La evangelización es un poco cuerpo a cuerpo, persona a persona. Se parte de la situación, no de las teorías. Y anuncia a Jesucristo y el coraje del Espíritu Santo que lo empuja a bautizarlo. Va más allá, va, hasta que siente que se ha terminado su obra”.
“Así hace la evangelización. Estas 3 palabras son clave para todos nosotros los cristianos, que debemos evangelizar con nuestra vida, con nuestro ejemplo, y también con nuestra palabra”.
“Es un método sencillo, pero es el método de Jesús. Jesús evangelizaba así. Siempre en camino, siempre en el camino, siempre cerca de la gente, siempre partír de las situaciones concretar, de la concreción. Evangelizar solo se puede con estas 3 actitudes, pero bajo la fuerza del Espíritu Santo. Sin el Espíritu ni siquiera estas actitudes sirven. Es el Espíritu que nos lleva a levantarnos, acercarnos, y a partir de las situaciones”.

(PUBLICADO EN ACIPRENSA)
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Papa Francisco alienta a leer la Biblia todos los días: Solos o en familia


En su saludo a los fieles al final de la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco alentó a los fieles a leer la Biblia todos los días, sea cuando están solos o con sus familias.
Dirigiéndose a los fieles que llegaron desde Polonia y que celebran la 10° Semana Bíblica, el Pontífice alentó a que “cada día, individualmente o en familia, encuentren algo de tiempo para leer y meditar las Sagradas Escrituras, para que puedan recibir de Ella la fuerza necesaria para la vida cristiana”.
El Santo Padre exhortó a que “ese sea vuestro empeño” y alentó a compartir “con coraje la Palabra de Dios con los otros. Vivan de Ella cada día, testimoniando la fidelidad a Cristo y a su Evangelio”.
No es la primera vez que el Santo Padre exhorta a leer las Sagradas Escrituras. En marzo de 2017, antes del rezo del Ángelus dominical, Francisco recordó que “la Palabra de Dios tiene la fuerza para derrotar a Satanás. Por esto es necesario familiarizarse con la Biblia: leerla a menudo, meditarla, asimilarla”.
“La Biblia contiene la Palabra de Dios, que es siempre actual y eficaz. Alguno ha dicho: ¿qué sucedería si usáramos la Biblia como tratamos nuestro móvil? ¿Si la llevásemos siempre con nosotros, o al menos el pequeño Evangelio de bolsillo, qué sucedería?; si volviésemos atrás cuando la olvidamos: tú te olvidas el móvil —¡oh!—, no lo tengo, vuelvo atrás a buscarlo; si la abriéramos varias veces al día; si leyéramos los mensajes de Dios contenidos en la Biblia como leemos los mensajes del teléfono, ¿qué sucedería? Claramente la comparación es paradójica, pero hace reflexionar”.
De hecho, continuó el Pontífice, “si tuviéramos la Palabra de Dios siempre en el corazón, ninguna tentación podría alejarnos de Dios y ningún obstáculo podría hacer que nos desviáramos del camino del bien”.
Con las Escrituras, concluyó el Papa, “sabríamos vencer las sugestiones diarias del mal que está en nosotros y fuera de nosotros; nos encontraríamos más capaces de vivir una vida resucitada según el Espíritu, acogiendo y amando a nuestros hermanos, especialmente a los más débiles y necesitados, y también a nuestros enemigos”.

(PUBLICADO EN ACIPRENSA)
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Catequesis del Papa Francisco sobre el Bautismo como signo de la fe cristiana


El Papa Francisco dedicó un miércoles más la catequesis en la Audiencia General al sacramento del Bautismo.
“El bautismo enciende la vocación personal de vivir como cristianos, que se desarrollará a lo largo de la vida. E implica una respuesta personal y no prestada, con un ‘copiar y pegar’”, indicó.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Continuamos, en este tiempo de Pascua, la catequesis sobre el Bautismo. El significado del bautismo resalta claramente en su celebración, por lo que nuestra atención se dirige a ella. Si examinamos los gestos y las palabras de la liturgia, nos daremos cuenta de la gracia y del compromiso de este sacramento, que siempre debemos redescubrir. Lo recordamos en la aspersión con agua bendita que se puede hacer los domingos al comienzo de la Misa, así como en la renovación de las promesas bautismales durante la Vigilia Pascual. De hecho, lo que sucede en la celebración del bautismo despierta una dinámica espiritual que atraviesa toda la vida de los bautizados; es el comienzo de un proceso que permite vivir unidos a Cristo en la Iglesia. Por lo tanto, regresar a la fuente de la vida cristiana nos lleva a comprender mejor el don recibido en el día de nuestro Bautismo y a renovar el compromiso de responder a él en la condición en que nos encontramos hoy. Renovar el compromiso, comprender mejor este don, que es el bautismo, y recordar el día de nuestro bautismo. El miércoles pasado puse esos deberes para casa y para cada uno de nosotros: Recordar el día del bautismo, el día en que fui bautizado. Sé que algunos de vosotros lo saben, otros, no; aquellos que no lo saben, que lo pregunten a los parientes, a esas personas, padrinos, madrinas... preguntad: "¿Cuál es la fecha de mi bautismo?".Porque el bautismo es un renacimiento y es como un segundo cumpleaños. ¿Entendido? Haced estos deberes, preguntad: "¿Cuál es la fecha de mi bautismo?".
En primer lugar, en el rito de recibimiento, se pregunta el nombre del candidato, porque el nombre indica la identidad de una persona. Cuando nos presentamos, inmediatamente decimos nuestro nombre: “Yo me llamo así”, para salir del anonimato; el anónimo es el que no tiene nombre. Para salir del anonimato decimos inmediatamente nuestro nombre. Sin nombre, eres un desconocido, sin derechos ni obligaciones. Dios llama a cada uno por su nombre, amándonos individualmente, en la concreción de nuestra historia. El bautismo enciende la vocación personal de vivir como cristianos, que se desarrollará a lo largo de la vida. E implica una respuesta personal y no prestada, con un "copiar y pegar". De hecho, la vida cristiana está entrelazada con una serie de llamadas y respuestas: Dios sigue pronunciando nuestro nombre a lo largo de los años, haciendo resonar de mil maneras su llamada a conformarse a su Hijo Jesús. ¡Así que el nombre es importante! ¡Es muy importante! Los padres piensan en el nombre que quieren dar a sus hijos ya antes de que nazcan: esto también forma parte de la espera de un niño que, con su propio nombre, tendrá una identidad original, también para la vida cristiana vinculada a Dios.
Por supuesto, convertirse en cristiano es un don que viene de lo alto (véase Jn 3: 3-8). La fe no se puede comprar, pero puede pedirse y puede recibirse como un don. “Señor, regálame el don de la fe”, es una oración hermosa. ¡Que yo tenga fe!, es una oración hermosa. Se puede pedir como don, pero no se puede comprar. Efectivamente,"el Bautismo es, en primer lugar, el sacramento de la fe con que los hombres, iluminados por la gracia del Espíritu Santo, responden al Evangelio de Cristo. "(Rito del Bautismo de los Niños, Introducción Gen., n. ° 3). La formación de los catecúmenos y la preparación de los padres tienden a suscitar y a despertar una fe sincera en respuesta al Evangelio, así como la escucha de la Palabra de Dios en la misma celebración del bautismo.
Si los catecúmenos adultos manifiestan en persona lo que quieren recibir como don de la Iglesia, los hijos son presentados por sus padres, con los padrinos. El diálogo con ellos les permite expresar la voluntad de que los niños reciban el Bautismo y a la Iglesia la intención de celebrarlo. "Expresión de todo esto es la señal de la cruz, que el celebrante y sus padres trazan en la frente de los niños" (Rito del Bautismo de los Niños, Introd., N. ° 16). "La señal de la cruz expresa el sello de Cristo sobre el que está a punto de pertenecerle y significa la gracia de la redención que Cristo ha adquirido para nosotros a través de su cruz" (Catecismo de la Iglesia Católica, 1235). En la ceremonia, hacemos a los niños la señal de la cruz Pero me gustaría volver a un tema del que ya os he hablado. ¿Nuestros niños saben cómo hacer bien la señal de la cruz? Muchas veces he visto niños que no saben hacer la señal de la cruz. Y tú, padre, madre, abuelos, abuelas, padrinos, madrinas, debéis enseñar a hacer bien la señal de la cruz porque es repetir lo que se hizo en el Bautismo. ¿Lo habéis entendido? Enseñad a los niños a hacer bien la señal de la cruz. Si lo aprenden de niños, lo harán bien más tarde, cuando crezcan.
La cruz es la insignia que muestra quiénes somos: nuestro hablar, pensar, mirar, trabajar está bajo la señal de la cruz, es decir, bajo el signo del amor de Jesús hasta el final. Los niños son signados en la frente.  A los catecúmenos adultos también se les signan los sentidos, con estas palabras: " Recibid la señal de la cruz, para que oigáis la voz del Señor";en los ojos para que veáis la claridad de Dios”, "en la boca, para que respondáis a la palabra de Dios"; "en el pecho para que Cristo habite por la fe en vuestros corazones”, en la espalda para que llevéis el suave yugo de Cristo" (Rito de iniciación cristiana de adultos, n. ° 85). Nos convertimos en cristianos en la medida en que la cruz se imprime en nosotros como una marca de "Pascua" (véase Apocalipsis 14: 1, 22: 4), haciendo visible, incluso exteriormente, la manera cristiana de enfrentar la vida. Hacer la señal de la cruz cuando nos despertamos, antes de las comidas, antes de un peligro, para defendernos del mal, la noche antes de dormir significa decirnos a nosotros mismos y a los demás a quién pertenecemos, quién queremos ser. Por eso es tan importante enseñar a los niños a hacer bien la señal de la cruz. Y, como hacemos cuando entramos en la iglesia, podemos hacerlo también en casa, teniendo un poco de agua bendita –algunas familias lo hacen- en un jarrón pequeño: así que, cada vez que entramos o salimos, haciendo la señal de la cruz con esa agua recordamos que estamos bautizados. Repito, no lo olvidéis, enseñar a los niños a hacer la señal de la cruz.

(PUBLICADO EN ACIPRENSA)
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lunes, 16 de abril de 2018

PARROQUIA DE SAN JOSÉ TEMPLO CENTENARIO


          Presentamos cómo un recuerdo excepcional el libro del Padre Cesário Miguélez del Río O.S.A en conmemoración del centenario de la Parroquia de San José.


https://www.dropbox.com/s/2nfvhnztcjjp098/Binder1.pdf?dl=0

viernes, 13 de abril de 2018

MISA DEL DOMINGO 15/04/18

DOMINGO 15

III Domingo De Pascua MR, p. 355 (360) / Lecc. I, p. 215. LH, salterio de la 3a. Semana



MENTE ABIERTA

Hech 3.13-15. 17-19, 1 Jn 2, 1-5, Lc 24, 35-48


Las dos lecturas coinciden en describir el punto de partida de los personajes que interactúan con Pedro y Jesús. Los habitantes de Jerusalén se dejaron manipular por sus jefes y actuando por ignorancia pidieron la muerte del autor dela vida. Las masas suelen ser presa del manejo emocional que ejercen sobre ellas los líderes deshonestos. La palabra de Pedro no incluye manipulación alguna. Les refiere un hecho fundamental: Dios ha resucitado a su siervo Jesús. Les ofrece una interpretación creyente: la fe en Jesús ha devuelto la movilidad al paralítico. En el Evangelio de san Lucas aparecen unos discípulos temerosos e incapaces de descifrar inteligentemente la misteriosa muerte del Justo. Ni siquiera las escrituras les ayudan a desvelar su misterio. Jesús los auxilia, remediando su cerrazón y explicándoles el nexo estrecho entre las profecías y su pascua.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 65, 1-2

Aclama a Dios, tierra entera. Canten todos un himno a su nombre, denle gracias y alábenlo. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que tu pueblo se regocije siempre al verse renovado y rejuvenecido, para que, al alegrarse hoy por haber recobrado la dignidad de su adopción filial, aguarde seguro su gozosa esperanza el día de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Ustedes dieron muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucito de entre los muertos.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 3. 13-15. 17-19


En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: "El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron a Pilato, y a quien rechazaron en su presencia, cuando él ya había decidido ponerlo en libertad. Rechazaron al santo, al justo, y pidieron el indulto de un asesino; han dado muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos y de ello nosotros somos testigos.

Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes han obrado por ignorancia, de la misma manera que sus jefes; pero Dios cumplió así lo que había predicho por boca de los profetas: que su Mesías tenía que padecer. Por lo tanto, arrepiéntanse y conviértanse para que se les perdonen sus pecados".

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 4, 2.4. 7, 9


R/. En ti, Señor, confío. Aleluya.


Tú que conoces lo justo de mi causa, Señor, responde a mi clamor. Tú que me has sacado con bien de mis angustias, apiádate y escucha mi oración, R/. 

Admirable en bondad ha sido el Señor para conmigo, y siempre que lo invoco me ha escuchado; por eso en él confío. R/.

En paz, Señor, me acuesto y duermo en paz, pues sólo tú, Señor, eres mi tranquilidad. R/.


SEGUNDA LECTURA

Cristo es la víctima de propiciación por nuestros pecados y por los del mundo entero.

De la primera carta del apóstol san Juan: 2, 1-5


Hijitos míos: Les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguien peca, tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo, el justo. Porque él se ofreció como víctima de expiación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero.

En esto tenemos una prueba de que conocemos a Dios: en que cumplimos sus mandamientos. Quien dice: "Yo lo conozco", pero no cumple sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado a su plenitud, y precisamente en esto conocemos que estamos unidos a él. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 24, 32

R/. Aleluya, aleluya.


Señor Jesús, haz que comprendamos la Sagrada Escritura. Enciende nuestro corazón mientras nos hablas. R/.

EVANGELIO

Está escrito que Cristo tenía que padecer y tenía que resucitar de entre los muertos al tercer día.

Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 35-48


Cuando los dos discípulos regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban reunidos los apóstoles, les contaron lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.

Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". El los, desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero él les dijo: "No teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Tóquenme y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que tengo yo". Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les dijo: "¿Tienen aquí algo de comer?". Le ofrecieron un trozo de pescado asado; él lo tomó y se puso a comer delante de ellos.

Después les dijo: "Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba yo, cuando aún estaba con ustedes: que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos".

Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras y les dijo: "Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL


Invoquemos, amados hermanos, a Cristo, triunfador del pecado y de la muerte, que siempre intercede por nosotros diciendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor. O Rey de la gloria, resucítanos contigo.)

Para que Cristo, el Señor, atraiga hacia sí el corazón de los fieles y fortalezca sus voluntades, de manera que busquen los bienes de allá arriba, donde él está sentado a la derecha de Dios, roguemos al Señor.

Para que Cristo, amo supremo de la creación, haga que todos los pueblos gocen abundantemente de la paz que en sus apariciones otorgó a los discípulos, roguemos al Señor.

Para que Cristo, el destructor de la muerte y el médico de toda enfermedad, se compadezca de los débiles y desdichados y aleje del mundo el hambre, las guerras y todos los males,roguemos al Señor.

Para que Cristo, el Señor, salve y bendiga nuestra parroquia (comunidad), y conceda la paz, la alegría y el descanso den las fatigas a los que hoy nos hemos reunido aquí para celebrar su triunfo, roguemos al Señor.

Señor Dios, que con la muerte gloriosa de tu Hijo, víctima de propiciación por nuestros pecados, has puesto el fundamento de la reconciliación y la paz, escucha las oraciones de tu Iglesia y haz de nosotros signo y levadura de una humanidad nueva, pacificada por tu amor. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina. inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, los dones que, jubilosa, tu Iglesia te presenta, y puesto que es a ti a quien debe su alegría, concédele también disfrutar de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua. MR, pp. 499-503 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 24, 35

Los discípulos reconocieron al Señor Jesús, al partir el pan. Aleluya.

O bien: Lc 24, 46-47

Era necesario que Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y que, en su nombre, se exhortara a todos los pueblos el arrepentimiento para el perdón de los pecados. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dirige, Señor, tu mirada compasiva sobre tu pueblo, al que te has dignado renovar con estos misterios de vida eterna, y concédele llegar un día a la gloria incorruptible de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne. p 595 (602).

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Leer constantemente la Palabra de Dios no es un costumbre extendida ni arraigada entre los católicos. Esa y otras prácticas de fe siguen sin emocionar a los bautizados. Malos lectores no sólo en el terreno de la información de actualidad, sino también en lo relativo a los textos que deberían ser nuestro referente ético y nuestro alimento espiritual. Los primeros discípulos estaban habituados a escuchar sus escrituras santas; sin embargo, la inexplicable muerte en cruz del maestro los había dejado pasmados. Retomaron el ritmo, animados por la palabra luminosa y explícita de Jesús resucitado. Leer siempre será más provechoso que quedarse pegado a teleseries de moda. Con mayor razón un cristiano estará urgido de reafirmar su esperanza y de fundamentar las exigencias del seguimiento de Jesucristo en esta sociedad confundida por la post-verdad, las emociones y las creencias infundadas. Un cristiano fiel no puede renunciar a alimentar su vida como creyente.

Alegría en el corazón de Dimas

Hemos entrado en Cuaresma, tiempo de preparación para celebrar la Semana Santa, con la Pascua cristiana: el triunfo de Cristo, después de su...