viernes, 31 de mayo de 2019

VEN, ESPÍRITU DE AMOR




Queridos hermanos y hermanas.

1. Concluimos el curso pastoral con un mes lleno de celebraciones. El primer domingo de junio celebramos la fiesta de la Ascensión del Señor, en que también conmemoramos el día de las comunicaciones sociales. La comunicación es un elemento intrínseco a la tarea evangelizadora. El Concilio Vaticano II le dedicó el decreto “Inter mirífica”, y los Pontífices sucesivos le han dedicado especial atención. Los medios de comunicación deben ser utilizados para edificar y promocionar la comunidad humana en los diversos campos de la economía, la política, la cultura, la educación y el ámbito religioso: “la sociedad tiene derecho a una información fundada en la verdad, la libertad, la justicia y la solidaridad” (Catecismo IC, 2494).

2. Así mismo, el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia defiende que el ser humano debe gozar de libertad de acceso a los medios de comunicación social, para lo cual se debe evitar cualquier forma de monopolio y de control ideológico (cfr. CDSI, 557). Así mismo, los medios de comunicación social pueden ser potentes instrumentos de solidaridad como consecuencia de una información verdadera y justa, así como la libre circulación de las ideas, que favorecen el conocimiento y el respeto del prójimo”. Debemos examinar detenidamente si estos principios fundamentales que dignifican el ámbito de la comunicación son los que realmente sostienen y alientan este ámbito fundamental en la situación actual.

3. En segundo domingo del mes celebraremos la solemnidad de Pentecostés, con la que concluimos el tiempo Pascual. Es el día de la efusión del Espíritu Santo sobre la Iglesia, la humanidad y el universo entero. Es el sello de amor de Dios para todos nosotros. El Espíritu Santo nos recordará de un modo nuevo todas las acciones de Dios, que son acciones de creación, redención, salvación, amor y misericordia. Será el día que también conmemoraremos la Acción Católica como la realidad del laicado asociado en la Iglesia.

4. El jueves posterior a Pentecostés celebraremos la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, en el cual damos gracias a Dios por los beneficios que nos concede por medio del ministerio de los sacerdotes. Precisamente el sábado siguiente, tendremos la ordenación de un nuevo presbítero diocesano, Alex Andreu. Demos gracias a Dios porque sigue suscitando vocaciones al ministerio sacerdotal. Continuemos en actitud de oración humilde y constante para que el Señor siga suscitando nuevas vocaciones, estimule la generosidad de los jóvenes y sostenga y aliente a los seminaristas y a los sacerdotes. El número de seminaristas con los que contamos es del todo insuficiente para atender las múltiples necesidades. Por eso os pido una particular atención a la promoción vocacional.

5. El tercer domingo del mes celebraremos la solemnidad de la Santísima Trinidad, día para orar por nuestros monasterios de vida contemplativa. Las monjas y monjes que habitan en ellos son verdaderos faros de luz y amor que nos recuerdan que nuestra vida en la tierra tiene su origen y su fin en el amor de Dios y que aquí estamos de paso hacia la morada definitiva. La vida contemplativa constituye la profecía y el testimonio de la realidad definitiva que nos aguarda al final de nuestra peregrinación en este mundo.

6. El cuarto domingo es la solemnidad del Corpus Christi. En ella profundizamos la presencia real y sacramental de Cristo en la Eucaristía. El amor exige presencia. Y ese Amor se ha quedado para siempre en el sacramento de la Eucaristía. También es el día de la Caridad y de Caritas como rostro de amor y servicio de la Iglesia hacia los pobres y necesitados.

7. Y concluiremos el último viernes del mes con la celebración del Corazón de Jesús. Es una fiesta que tuvo gran devoción y resonancia en Bilbao, desde la que partió hacia otros lugares por medio de la tarea evangelizadora de la Compañía de Jesús. Es una fiesta donde recordamos que el Señor nos ha amado no sólo con amor divino, sino también con amor humano. Y nos enseña a amar de un modo nuevo. Aprendamos de ese corazón a palpitar con Él y a amar al prójimo como Él nos ha amado. Como veis, nos aguarda un mes intenso. Aprovecho estas líneas para desearos un tiempo de verano en el que disfrutéis de la compañía de vuestros familiares y amigos, así como de la presencia de Dios que todo lo llena de luz y nos sostiene en el servicio generoso a los hermanos. Con gran afecto.


+ Mario Iceta Gabicagogeascoa
Obispo de Bilbao

jueves, 30 de mayo de 2019

NOTICIAS PAPA FRANCISCO

Papa Francisco: “La tristeza no es una actitud cristiana”


El Papa Francisco explicó, durante la Misa celebrada en Casa Santa Marta este martes 28 de mayo, que “la tristeza no es una actitud cristiana”.
En la homilía que pronunció durante la Misa, recogida por Vatican News, el Santo Padre señaló que “contra la tristeza, en la oración pedimos al Señor que mantenga en nosotros la renovada juventud del espíritu”.
“Un cristiano triste es un triste cristiano: no va”, aseveró el Pontífice. Para evitar esa tristeza, invitó a apoyarse en el Espíritu Santo, porque “el Espíritu Santo es aquel que nos acompaña en la vida, el que nos sostiene”.
“El Espíritu Santo es el Paráclito. Paráclito quiere decir que ‘es el que está junto a mí para sostenerme’, para que yo no me caiga, para que avance adelante, para que conserve esta juventud del Espíritu”, afirmó el Papa Francisco.
Porque “el cristiano siempre es joven: joven. Y cuando comienza a envejecer el corazón del cristiano, comienza a disminuir su vocación de cristiano. O eres joven de corazón, de alma, o no eres plenamente cristiano”.
El Santo Padre recordó que los santos y los mártires estaban llenos de alegría, tenían una juventud espiritual: “Una juventud que te hace mirar siempre con esperanza. Pero para tener esta juventud, se necesita un diálogo cotidiano con el Espíritu Santo, que siempre está a nuestro lado. Es el gran don que nos ha dejado Jesús: este apoyo que te hace ir adelante”.
El Papa Francisco terminó su homilía pidiendo al Señor “que no perdamos esta renovada juventud, que no seamos cristianos jubilados que han perdido la alegría y que no se dejan llevar adelante. El cristiano nunca se jubila, el cristiano vive, vive porque es joven, cuando es un verdadero cristiano”.
Lectura comentada por el Papa Francisco:
Hechos 16:22-34
22 La gente se amotinó contra ellos; los pretores les hicieron arrancar los vestidos y mandaron azotarles con varas.
23 Después de haberles dado muchos azotes, los echaron a la cárcel y mandaron al carcelero que los guardase con todo cuidado.
24 Este, al recibir tal orden, los metió en el calabozo interior y sujetó sus pies en el cepo.
25 Hacia la media noche Pablo y Silas estaban en oración cantando himnos a Dios; los presos les escuchaban.
26 De repente se produjo un terremoto tan fuerte que los mismos cimientos de la cárcel se conmovieron. Al momento quedaron abiertas todas las puertas y se soltaron las cadenas de todos.
27 Despertó el carcelero y al ver las puertas de la cárcel abiertas, sacó la espada e iba a matarse, creyendo que los presos habían huido.
28 Pero Pablo le gritó: «No te hagas ningún mal, que estamos todos aquí.»
29 El carcelero pidió luz, entró de un salto y tembloroso se arrojó a los pies de Pablo y Silas,
30 los sacó fuera y les dijo: «Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?»
31 Le respondieron: «Ten fe en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu casa.»
32 Y le anunciaron la Palabra del Señor a él y a todos los de su casa.
33 En aquella misma hora de la noche el carcelero los tomó consigo y les lavó las heridas; inmediatamente recibió el bautismo él y todos los suyos.
34 Les hizo entonces subir a su casa, les preparó la mesa y se alegró con toda su familia por haber creído en Dios.


(publicado en ACIPRENSA)


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MISA DEL DOMINGO 02/06/19

La Ascensión del Señor

Blanco Solemnidad, Misa de la Vigilia MR p. 387 (386) / Lecc: I, p. 936



SE LO LLEVARON AL CIELO

Hech 1, 1-11; Heb 9, 24-28; 10, 19-23; Lc 24, 46-53


El relato pascual refiere el triunfo del Padre sobre la muerte. Los acontecimientos que arrancaron a Jesús de la tierra de los vivos no fueron un accidente imprevisto, sino la manifestación del misterio del pecado humano y de la salvación obrada por Dios. La obediente entrega del Hijo y la generosa fidelidad del Padre se conjuntaron para desmontar la confabulación de los dirigentes judíos que pretendían aniquilarlo. Las lecturas de este domingo coinciden en presentarnos la exaltación del Hijo. Jesús regresa al Padre habiendo cumplido su misión. En adelante, la misión tendrá que ser obra del Espíritu y de la buena voluntad de los apóstoles. Jesús advierte a sus discípulos que ellos vivirán como colaboradores de Dios. No pueden acceder a los secretos y a los tiempos establecidos por el Padre. El Hijo mismo tuvo que aprender a discernir su voluntad y a vivir pendiente de sus mandatos.

Esta Misa se dice en la tarde del día que precede a la solemnidad, ya sea antes o después de las primeras Vísperas de la Ascensión.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 67, 33. 35

Canten a Dios, reinos de la tierra, toquen para el Señor, que asciende sobre los cielos; su majestad y su poder resplandecen sobre las nubes. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA


Dios eterno, cuyo Hijo subió hoy al cielo en presencia de sus Apóstoles, te pedimos nos concedas que él, de acuerdo a su promesa, permanezca siempre con nosotros en la tierra, y nos permita vivir con él en el cielo. El, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

En la celebración de la Misa de la Vigilia se utiliza el mismo formulario de lecturas que en la Misa del día de la Ascensión del Señor, tal como aparecen en las páginas que siguen.


Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dios nuestro, cuyo Unigénito, nuestro mediador, vive para siempre y está sentado a tu derecha para interceder por nosotros, concédenos acercarnos llenos de confianza al trono de la gracia y obtener así tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I o II de la Ascensión, pp. 509-510 (505-506).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Hb 10, 12

Cristo ofreció un solo sacrificio por el pecado, y se sentó para siempre a la derecha de Dios. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Señor, que los dones que hemos recibido de tu altar, enciendan en nuestros corazones el deseo de la patria celeste, para que, siguiendo las huellas de nuestro Salvador, tendamos siempre a la meta a donde nos ha precedido. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 609 (603).

Misa del Día

ANTÍFONA DE ENTRADA Hch 1, 11

Hombres de Galilea. ¿qué hacen allí parados mirando al cielo? Ese mismo Jesús, que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto marcharse. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Dios todopoderoso, rebosar de santa alegría y, gozosos, elevar a ti fervorosas gracias ya que la ascensión de Cristo, tu Hijo, es también nuestra victoria, pues a donde llegó él, que es nuestra cabeza, esperamos llegar también nosotros, que somos su cuerpo. Por nuestro Señor Jesucristo...

O bien:

Te rogamos nos concedas, Dios todopoderoso, que al reafirmar, en este día, nuestra fe en la ascensión a los cielos de tu Unigénito, nuestro Redentor, nosotros vivamos también con nuestros pensamientos puesto en las cosas celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Se fue elevando a la vista de sus apóstoles.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 1, 1-11


En mi primer libro, querido Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó, hasta el día en que ascendió al cielo, después de dar sus instrucciones, por medio del Espíritu Santo, a los apóstoles que había elegido. A ellos se les apareció después de la pasión, les dio numerosas pruebas de que estaba vivo y durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino de Dios.

Un día, estando con ellos a la mesa, les mandó: "No se alejen de Jerusalén. Aguarden aquí a que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que ya les he hablado: Juan bautizó con agua; dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo".

Los ahí reunidos le preguntaban: "Señor, ¿ahora sí vas a restablecer la soberanía de Israel?". Jesús les contestó: "A ustedes no les toca conocer el tiempo y la hora que el Padre ha determinado con su autoridad; pero cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, los llenará de fortaleza y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los últimos rincones de la tierra".

Dicho esto, se fue elevando a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos. Mientras miraban fijamente al cielo, viéndolo alejarse, seles presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: "Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando al cielo? Ese mismo Jesús que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto alejarse". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL


Del salmo 46, 2-3, 6-7. 8-9

R/. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.



Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos: que el Señor, el Altísimo, es terrible y de toda la tierra, rey supremo. R/.

Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono. Cantemos en honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos. R/.

Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina Dios sobre todas las naciones desde su trono santo. R/.


SEGUNDA LECTURA

Cristo entró en el cielo mismo

De la carta a los hebreos: 9, 24-28; 10, 19-23


Hermanos: Cristo no entró en el santuario de la antigua alianza, construido por mano de hombres y que sólo era figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para estar ahora en la presencia de Dios. intercediendo por nosotros.

En la antigua. alianza, el sumo sacerdote entraba cada año en el santuario para ofrecer una sangre que no era la suya; pero Cristo no tuvo que ofrecerse una y otra vez a sí mismo en sacrificio, porque en tal caso habría tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. De hecho, él se manifestó una sola vez, en el momento culminante de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo.

Y así como está determinado que los hombres mueran una sola vez y que después de la muerte venga el juicio, así también Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos. Al final se manifestará por segunda vez, pero ya no para quitar el pecado, sino para la salvación de aquellos que lo aguardan y en él tienen puesta su esperanza.

Hermanos, en virtud de la sangre de Jesucristo, tenemos la seguridad de poder entrar en el santuario, porque él nos abrió un camino nuevo y viviente a través del velo, que es su propio cuerpo. Asimismo, en Cristo tenemos un sacerdote incomparable al frente de la casa de Dios.

Acerquémonos, pues, con sinceridad de corazón, con una fe total, limpia la conciencia de toda mancha y purificado el cuerpo por el agua saludable. Mantengámonos inconmovibles en la profesión de nuestra esperanza, porque el que nos hizo las promesas es fiel a su palabra. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


O bien.

Lo hizo sentar a su derecha en el cielo

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 1,17-23


Hermanos: Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, que les conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerlo.

Le pido que les ilumine lamente para que comprendan cuál es la esperanza que les da su llamamiento, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da a los que son suyos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros, los que confiamos en él, por la eficacia de su fuerza poderosa.

Con esta fuerza resucitó a Cristo de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, por encima de todos los ángeles, principados, potestades, virtudes y dominaciones, y por encima de cualquier persona, no sólo del mundo actual sino también del futuro.

Todo lo puso bajo sus pies y a él mismo lo constituyó cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo, y la plenitud del que lo consuma todo en todo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 28, 19- 20

R/. Aleluya, aleluya.


Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos, dice el Señor, y sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. R/.

EVANGELIO

Mientras los bendecía, iba subiendo al cielo.

Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 46-53


En aquel tiempo, Jesús se apareció a sus discípulos y les dijo: "Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados.

Ustedes son testigos de esto. Ahora yo les voy a enviar al que mi Padre les prometió. Permanezcan, pues, en la ciudad, hasta que reciban la fuerza de lo alto".

Después salió con ellos fuera de la ciudad, hacia un lugar cercano a Betania; levantando las manos, los bendijo, y mientras los bendecía, se fue apartando de ellos y elevándose al cielo. Ellos, después de adorarlo, regresaron a Jerusalén, llenos de gozo, y permanecían constantemente en el templo, alabando a Dios.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL


Pongamos, hermanos, nuestra mirada en Jesús, nuestro gran sacerdote, que ha atravesado el cielo para interceder por nosotros, y pidámosle por las necesidades de todos los hombres diciendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)

Para que Cristo, desde el trono de su gloria, venga en ayuda de su Iglesia, que lucha en medio de las dificultades del mundo, y no permita que sus fieles se dejen cautivar por los bienes de la tierra, roguemos al Señor.

Para que Jesús, el Señor, que prometió que, al ser elevado sobre la tierra, atraería a todos hacia sí, revele su nombre a los hombres que aún no lo conocen, roguemos al Señor.

Para que el Señor, que con su triunfo ha glorificado nuestra carne colocándola cerca de Dios Padre, llene de esperanza a los que sufren enfermedades en el cuerpo o angustias en el espíritu, roguemos al Señor.

Para que el Señor, elevado al cielo, nos envíe el Espíritu Santo, para que nos enseñe a amar los bienes de arriba y a no dejamos cautivar por las cosas de la tierra, roguemos al Señor.

Dios, Padre todopoderoso, que has resucitado a Cristo, tu Hijo, y los has hecho Señor del universo, reconoce la voz de tu amado en las oraciones de la Iglesia y concédenos lo que, te hemos pedido. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al ofrecerte, Señor, este sacrificio en la gloriosa festividad de la ascensión, concédenos que por este santo intercambio, nos elevemos también nosotros a las cosas del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I o II de la Ascensión, pp. 509-510 (505-506)

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20

Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso y eterno, que nos permites participar en la tierra de los misterios divinos, concede que nuestro fervor cristiano nos oriente hacia el cielo, donde ya nuestra naturaleza humana está contigo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne. p. 609 (603-604).

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- San Lucas enfatiza, en el relato dela Ascensión, que se ha verificado un cambio de época. El tiempo y la misión de Jesús en la tierra de Israel ha llegado a su término, ahora da inicio el tiempo de la misión cristiana. El mensajero Jesús se convierte en mensaje. En el nombre de Jesús se ofrece el perdón y la reconciliación a quien se decida a creer. El cumplimiento de tan grande misión excedía las capacidades de los discípulos. Eran demasiado débiles y carentes de elocuencia para convencer a los sabios y entendidos. Jesús los alecciona asegurándoles que la misión de proclamar el mensaje será cumplida con la fuerza de Dios. La misión continúa sobrepasándonos. Nuestra indiferencia y debilidad nos desalientan. El Espíritu del Padre que nos ungió desde el bautismo, nos sigue fortaleciendo para servir a los hermanos, viviendo como lo que somos: hijos del Dios misericordioso y fiel que resucitó a su Hijo.

jueves, 23 de mayo de 2019

NOTICIAS PAPA FRANCISCO

Papa Francisco hace este pedido a María Auxiliadora a pocos días de su fiesta


Al finalizar la Audiencia General de este miércoles 22 de mayo, el Papa Francisco recordó la fiesta de la Virgen María Auxiliadora que la Iglesia celebra el 24 de mayo y aprovechó para enviar un mensaje especial a los católicos en China.
El Santo Padre explicó a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro del Vaticano que la advocación mariana de María Auxiliadora es particularmente venerada en China en el Santuario de “Nuestra Señora de Sheshan” localizado en Shanghai.
“Tal feliz ocasión me permite expresar especial cercanía y afecto a todos los católicos en China, quienes, entre fatigas y pruebas cotidianas, continúan a creer, esperar y amar”, expresó el Papa.
En esta línea, Francisco deseó a los “queridos fieles en China” que la Virgen “nuestra Madre del Cielo ayude a todos para ser testigos de caridad y de fraternidad, manteniéndose siempre unidos en la comunión de la Iglesia universal. Rezo por ustedes y los bendigo”.
Por ello, el Papa pidió a todas las personas reunidas rezar juntos a la Virgen una Ave María por los católicos en China.
Asimismo, en su saludo a los peregrinos polacos, el Santo Padre invitó a seguir el ejemplo de Jesucristo “animados por el Espíritu Santo”, y a rezar al Padre “por nosotros, por nuestras familias, por la Iglesia y por la humanidad, para que se cumpla en todos su voluntad salvífica”. “Confío a ustedes y a sus seres queridos a la materna protección de María Auxiliadora y los bendigo de corazón”, expresó el Papa.
Además, el Papa animó a los peregrinos de lengua española a pedir al Señor “la gracia de ser hombres y mujeres de oración, y que recuerden ante el Padre a todos nuestros hermanos y hermanas, especialmente a los más necesitados y abandonados, para que a ninguno le falte consuelo y amor”.

(publicado en ACIPRENSA)

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miércoles, 22 de mayo de 2019

NOTICIAS PAPA FRANCISCO

Papa Francisco pide rezar por los enfermos graves y custodiar siempre la vida


En su cuenta de Twitter, el Papa Francisco pidió este 20 de mayo rezar por los enfermos graves y custodiar la vida desde el inicio hasta su fin natural.
“Roguemos por cuantos viven en estado de grave enfermedad. Custodiemos siempre la vida, don de Dios, desde el inicio hasta su fin natural. No cedamos a la cultura del descarte”, escribió el Santo Padre.
El Papa Francisco publicó este tuit el mismo día en que los médicos del hospital Chu de Reims (Francia) retiraron la alimentación e hidratación a Vincent Lambert, un hombre que quedó tetrapléjico en 2008 y que sin estos cuidados morirá.
En todo su pontificado el Papa Francisco ha denunciado la cultura del descarte de los más débiles en la sociedad; y ha alentado permanentemente a superar esta perspectiva para asumir la defensa de la vida humana en todas sus etapas.
En enero de este año, en una carta que envió a la Pontificia Academia para la Vida en ocasión de su 25° aniversario, el Pontífice resaltó que “en nuestro tiempo, la Iglesia está llamada a relanzar vigorosamente el humanismo de la vida que surge de esta pasión de Dios por la criatura humana”.
Francisco destacó que “el compromiso para comprender, promover y defender la vida de todo ser humano toma su impulso de este amor incondicional de Dios”.
“La belleza y el atractivo del Evangelio nos muestran que el amor al prójimo no se reduce a la aplicación de unos criterios de conveniencia económica y política o a ‘algunos acentos doctrinales o morales que proceden de determinadas opciones ideológicas’”, aseguró el Papa.
En la misiva, Francisco también subrayó que “una nueva perspectiva ética universal, atenta a los temas de la creación y de la vida humana, es el objetivo que debemos perseguir a nivel cultural”.
“No podemos continuar por el camino del error que se ha seguido en tantas décadas de deconstrucción del humanismo, identificado con toda ideología de voluntad de poder, que se sirve del firme apoyo del mercado y la tecnología, por ello hay que combatirla a favor del humanismo”, alentó.
“La diversidad de la vida humana es un bien absoluto, digno de ser custodiado éticamente y muy valioso para la salvaguardia de toda la creación”, destacó el Papa.

(publicado en ACIPRENSA)

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MISA DEL DOMINGO 26/05/19


Blanco Domingo VI de Pascua [Se omite la memoria de San Felipe Neri, presbítero] MR, p. 381 (382) / Lecc. 1, p. 342 LH, 2a. Semana del Salterio.


EL ESPÍRITU LO ACLARARÁ TODO

Hech 15, 1-2. 22-29; Apoc 21, 10-14. 22-23; Jn 14, 23-29


El Señor Jesús continúa comunicando consejos y advertencias finales a los discípulos. En primer lugar, les garantiza su asistencia por mediación del Espíritu Santo. Aunque se resienta la falta de su presencia física, él no los dejará desamparados. La promesa de asistencia por parte del Espíritu Santo comienza a cumplirse en las circunstancias novedosas que experimentaba la comunidad cristiana al abrir la misión a los gentiles. Cuando se suscitan conflictos internos sobre la manera de admitir a los no judíos dentro de la Iglesia, observamos que prevalece una actitud de franqueza y de diálogo para enfrentar dicha situación. Los apóstoles están convencidos de la íntima unión existente entre Jesucristo y el Padre y a su vez entre Jesucristo y ellos, por eso mismo, proceden con la certidumbre de saberse invitados a dejarse guiar por Jesucristo y su Espíritu. En ese clima de discernimiento encuentran una solución sensata ante los nuevos tiempos.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 48, 20

Con voz de júbilo, anúncienlo; que se oiga. Que llegue a todos los rincones de la tierra: el Señor ha liberado a su pueblo. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, concédenos continuar cele-brando con incansable amor estos días de tanta alegría en honor del Señor resucitado, y que los misterios que hemos venido conmemorando se manifiesten siempre en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponerles más cargas que las necesarias.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 15, 1-2. 22-29

En aquellos días, vinieron de Judea a Antioquía algunos discípulos y se pusieron a enseñar a los hermanos que si no se circuncidaban conforme a la ley de Moisés, no podrían salvarse.

Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; al fin se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más fueran a Jerusalén para tratar el asunto con los apóstoles y los presbíteros.

Los apóstoles y los presbíteros, de acuerdo con toda la comunidad cristiana, juzgaron oportuno elegir a algunos de entre ellos y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Los elegidos fueron Judas (llamado Barrabás) y Silas, varones prominentes en la comunidad. A ellos les entregaron una carta que decía:

"Nosotros, los apóstoles y los presbíteros, hermanos suyos, saludamos a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia, convertidos del paganismo. Enterados de que algunos de entre nosotros, sin mandato nuestro, los han alarmado e inquietado a ustedes con sus palabras, hemos decidido de común acuerdo elegir a dos varones y enviárselos, en compañía de nuestros amados hermanos Bernabé y Pablo, que han consagrado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo. Les enviamos, pues, a Judas y a Silas, quienes les transmitirán, de viva voz, lo siguiente: 'El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponerles más cargas que las estrictamente necesarias. A saber: que se abstengan de la fornicación y de comer lo inmolado a los ídolos, la sangre y los animales estrangulados. Si se apartan de esas cosas, harán bien'. Los saludamos". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 66, 2-3. 5. 6. 8


R/. Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.

Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.

Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. R/.

Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.


SEGUNDA LECTURA

Un ángel me mostró la ciudad santa, que descendía del cielo

Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 21,10-14. 22-23

Un ángel me transportó en espíritu a una montaña elevada, y me mostró a Jerusalén, la ciudad santa, que descendía del cielo, resplandeciente con la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra preciosa, como el de un diamante cristalino.

Tenía una muralla ancha y elevada, con doce puertas monumentales, y sobre ellas, doce ángeles y doce nombres escritos, los nombres de las doce tribus de Israel. Tres de estas puertas daban al oriente, tres al norte, tres al sur y tres al poniente. La muralla descansaba sobre doce cimientos, en los que estaban escritos los doce nombres de los apóstoles del Cordero.

No vi ningún templo en la ciudad, porque el Señor Dios todopoderoso y el Cordero son el templo. No necesita la luz del sol o de la luna, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 23

R/. Aleluya, aleluya.


El que me ama, cumplirá mi palabra dice el Señor; y mi Padre lo amará y vendremos a él. R/.

EVANGELIO

El Espíritu Santo les recordará todo cuanto les he dicho. R/.

Del santo Evangelio según san Juan: 14, 23-29

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada.

El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió. Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Paráclito, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho.

La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: `Me voy, pero volveré a su lado'. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean".Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo

PLEGARIA UNIVERSAL

Unidos a Cristo, que intercede siempre por nosotros, elevemos, hermanos, nuestras súplicas al Padre diciendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.) 

Para que el que estaba muerto y ahora vive por los siglos de los siglos conceda a la Iglesia ser, con firmeza y valentía, testimonio perseverante de su resurrección, roguemos al Señor.

Para que el resucitado, que dio a los apóstoles su paz, quiera concederla también en abundancia a todos los pueblos, roguemos al Señor.

Para que el vencedor de la muerte transforme los sufrimientos de los enfermos, de los moribundos y de todos los que sufren en aquella alegría que nunca nadie les podrá quitar, roguemos al Señor.

Para que el que tiene las llaves de la muerte y de su reino nos conceda celebrar un día su resurrección con los ángeles y los santos en su reino, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que has prometido hacer morada en aquel que escucha tu palabra y la guarda, escucha nuestra oración y envíanos el Espíritu Santo, para que nos recuerde constantemente todo lo que Cristo ha dicho y enseñado y nos haga capaces de dar testimonio de ello con nuestras obras y palabras. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Suba hasta ti, Señor, nuestra oración, acompañada por estas ofrendas, para que, purificados por tu bondad, nos dispongas para celebrar el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua. MR, pp. 504-508 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 14, 15-16

Si me aman, cumplirán mis mandamientos, dice el Señor; y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Abogado, que permanecerá con ustedes para siempre. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso y eterno, que, por la resurrección de Cristo, nos has hecho renacer a la vida eterna, multiplica en nosotros el efecto de este sacramento pascual, e infunde en nuestros corazones el vigor que comunica este alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 608 (603).

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- En cada época la Iglesia va enfrentando desafíos especiales. Con mayor rapidez se suceden los cambios en nuestra sociedad, de ahí que sea urgente mantenernos atentos para descifrar los acontecimientos significativos y frecuentes, que conmocionan y suscitan esperanza en la humanidad. La lectura de los signos de los tiempos es un camino para discernir la voluntad de Dios. Los cristianos de mediados del siglo I tuvieron que estar atentos a la búsqueda de salvación presente en hombres y mujeres de las grandes ciudades del Mediterráneo y responder con la misma actitud que Jesús atendió a las personas de su tiempo. En el Concilio de Jerusalén la Iglesia no traía consigo un recetario ni un manual para enfrentar las situaciones emergentes. El camino de la oración, la escucha y el diálogo se convirtió en el modelo para atender los nuevos retos pastorales. La Iglesia actual enfrenta sus propios dilemas y tendrá que proceder en conformidad con ese modelo.

JESUCRISTO RESUCITADO


viernes, 17 de mayo de 2019

HOMILIAS DE DON DON MARIO (SEMANA SANTA)

      Publicamos para que os sirvan para hacer oración y profundizar posteriormente en la Pascua de resurrección que vivimos actualmente, las homilías de Don Marío correspondientes a Jueves Santo y Viernes Santo.

jueves, 16 de mayo de 2019

LA PASION DEL SEÑOR



Muy queridos hermanos y hermanas.

Ciertamente ante la lectura de La Pasión, minuciosa, como la relata San Juan, ya que él la contempla.  San Juan al ser poco más que un adolescente, era además conocido del sumo sacerdote, tenía acceso privilegiado a estar en los lugares de La Pasión, cosa que por ejemplo Pedro no tenía, Juan mismo consigue que Pedro entre en la casa de Anás y de Caifás.

Pero ante este desarrollo, exposición minuciosa de La Pasión que hace San Juan, yo quisiera ofrecer tres reflexiones muy breves, porque es imposible ir desgranando es muy poquito tiempo lo que es La Pasión.

La primera reflexión, la podría titular, “Es el amor el que vence la muerte”. Nos dice el Salmo 33; “Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad”, y eso es lo que dice Jesús cuando entra en el mundo, como dice la carta a los hebreos; “Yo vengo Padre para hacer tu voluntad”.   ¿Y cuál es la voluntad de Dios?, es que vivamos, es que tengamos vida, vida plena, vida completa, vida apasionante, vida eterna.   Quizá el hombre de hoy ha dejado de desear este tipo de vida, porque la vida es complicada, nos damos cuenta de que estamos atenazados por tantas partes, tantos sufrimientos, tantos dolores, tantas dificultades, es verdad, con muchos momentos buenos, claro que sí, y al final la muerte.  Y Jesús dice; “Yo vengo para que tengáis vida, para que la tengáis en plenitud”, y la carta a los hebreos incluso cambia una palabra fundamental de ese Salmo 33, porque el Salmo 33 dice; “Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad, por eso me abriste el oído, para escuchar tu palabra”, pero la carta a los hebreos dice; “Aquí estoy para hacer tu voluntad, y tú me has dado un cuerpo, me has hecho hombre, me has hecho humano, para que yo con mi cuerpo pueda tener vida a esta humanidad”.  Y cuando Él habla, Jesús, que es el buen pastor, dice; “Yo vengo, y no vienen a robarme la vida, por qué no pueden robarme la vida, yo vengo a entregar la vida, yo vengo a dar la vida, a entregarme, yo soy el Cordero Inocente.

De hecho, hemos visto que el juicio tanto religioso como civil de Jesús era una auténtica farsa, buscan testigos falsos, para que digan que Él había blasfemado.  Es curioso que van a pedir a Pilato la crucifixión, cuando los judíos no tenían crucifixión, los judíos tienen lapidación, pero van a Pilato a decirle, no dicen este se ha hecho Hijo de Dios, porque Pilato se hubiera reído, a mí qué me contáis, dicen, éste se ha hecho rey, es decir contra el César, y nosotros venimos a que lo crucifiques.  Y Pilato cobarde dice; “No encuentro nada en ti, tú eres el rey de los judíos”, y lo entregó para crucificarlo.   Jesús empieza a cargar sobre sí, como dice la primera lectura de hoy, nuestros crímenes y nuestros dolores.  Jesús es juzgado falsamente, cuántas veces a ti te han jugado falsamente, cuántas veces han hablado y te han calumniado mal.  Jesús es elegido ante Barrabás, ante la turba, a quien queréis, a Barrabás que es un malhechor, un homicida, o a Jesús, el inocente.  A Barrabás.  En tu vida cuántas veces no te han elegido, cuántas veces has sufrido en tu trabajo, porque otro medro y le pusieron a él en vez de a ti.

A Jesús le planifican una muerte lenta, curiosamente Jesús no muere de un golpe violento, no muere de algo violento, sino que es en todos los sentidos lenta, de veintipico horas, una muerte física, van minando su físico, era un hombre con vigor y en plenitud 33 años.  Ya comienza la noche arrestado, atado, sin comer sin beber.  

La flagelación, vuelven hacer trampa, porque los judíos tenían como límite 40 latigazos, según la ley de Moisés, pero dicen no no, que le que le flagelen los romanos, que no tienen límite de flagelación, lo que quieran. Jesús descarnado con el flagellum, comienza después el juego del rey, es la mofa del condenado, el juego del rey, era un juego de sorteo, los soldados que vigilaban al que estaba preso, jugaban, vamos a vestirle de rey, a ver tira tú, ponle la corona, uno le pone la corona, tira tú, ahora ponle tú la clámide, ahora tú abofetéale…, un juego macabro, cruel, donde es vestido de mofa de rey, tú eres el rey con la corona de espinas, con un trapo rojo, y aquí en escarnio delante de los demás  Es tal el sufrimiento físico de Jesús, que los crucificados habitualmente duraban dos o tres días en la cruz, de hecho a los dos o tres días si no morían le rompían las piernas, para que ya acaben de morir.  A Jesús no hizo falta que le rompieron las piernas, apenas dura tres horas en la cruz, fue esa muerte absolutamente lenta, cruel, muerte física, de su físico, muerte social, la mofa y el escarnio, muerte de sus más cercanos, Pedro le niega, muerte injusta, muerte psicológica, con todas las torturas y todos los dolores, y eso es en tu nombre, eso es en mi nombre.  Los sufrimientos que yo pueda tener en mi vida Él los asume todos, no hay sufrimiento en la humanidad que no aparezca en La Pasión, Él asume todos los sufrimientos, pero también asume todos tus crímenes y todos mis crímenes, porque yo también muchas veces he juzgado, yo también muchas veces he elegido mal, muchas veces he causado muerte y dolor con mis comentarios, con mis acciones.  Jesús lo carga todo sobre sí, el Cordero Inocente carga con nuestros crímenes, carga con nuestros pecados, carga con nuestro sufrimiento para que tú y yo alcancemos misericordia.

En este mundo, pienso que tan escaso de misericordia, cuanta soledad, cuanta injusticia, cada uno vive su propia vida si encuentra la misericordia.  El Señor es la misericordia encarnada, y Él abre a la esperanza, Él abre una vida nueva.  Cuando le pregunta Pilato que; “Eres tu rey”; “Si yo soy el rey, pero mi reino no es de este mundo”, es un reino nuevo, no es el reino del poder, no es el reino del tener, del aparentar, del someter, naciones, pueblos, personas, es el reino del acompañar, de no juzgar, del compartir, del perdonar, del rehabilitar, del llenar de esperanza y de paz; “Mi reino no es de este mundo”, es el reino que yo vengo a traer, que yo vengo a extender en la tierra, para que tengáis vida, para que la tengáis en abundancia.

Dentro de un momento vamos a venerar, adorar, al Señor en la Cruz.  La Cruz es el signo excelso, excelente, del amor, que lo ha dado todo, de esa forma tan espeluznante, en una Cruz, hay lo ha dado todo.  Por eso cuando nos acerquemos a besarla, a adorarla, agradezcamos al Señor que Él ha cargado con mis sufrimientos, Él ha cargado con mis crímenes y mis pecados, y me ha abierto a la misericordia y a la esperanza, y Él nos ha prometido; “Yo estaré contigo todos los días”, de modo particular en tus sufrimientos y oscuridades, yo estaré contigo todos los días hasta el fin del mundo.

Pidamos a la Virgen María que podamos agradecer de corazón, la vida y el amor que Jesús ha derramado por nosotros.  Que así sea.


X Mario Iceta Gabicagogeascoa
Obispo de Bilbao

LA CENA DEL SEÑOR



Muy queridos hermanos y hermanas.

Comenzamos este Triduo Santo, de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, con la Santa Cena.

La liturgia nos ha ofrecido tres lecturas, tres palabras que yo quisiera comentar.

-        La primera lectura, la palabra es caminar.  El pueblo hebreo camina, de la esclavitud a la plenitud, a la libertad.

-        La segunda palabra es compartir, la mesa, la Eucaristía.

-        Y la tercera es, lavar los pies.

Me gustaría que entrásemos en estas tres palabras que configuran esta liturgia.

Primero caminar.  Nuestra vida es caminar, queramos o no, tenemos que caminar, nuestra vida es camino, pero que importante para caminar es saber hacia dónde se dirige mi caminar, se dirige hacia la nada como el nihilismo, el ateísmo, después de la vida la nada, todo para nada.  Como camino además, ciertamente la vida está llena de momentos buenos, fabulosos, y de cruces, dificultades, de oscuridades.  Necesito caminar.  Y curiosamente para caminar el Señor instituye una comida, algo extraño. Hemos visto en esa primera lectura, 1200 años a. C., el pueblo judío estaba esclavizado en Egipto, vivía esclavo del faraón, y el Señor le ofrece una libertad.  Y para ello instituye la Eucaristía, con dos elementos, hay que comer un cordero, y hay que comer un pan sin levadura, con unas hierbas amargas, y dirá esta será la señal de que yo os acompaño en el camino, de que yo os sostengo en el camino, porque en último término si no somos ayudados no podemos caminar, nuestra vida es sostenida desde fuera, si no comemos nos morimos, si no somos amados nos morimos, si alguien no guía nuestros pasos nos desorientamos. El Señor planta una comida extraordinaria, le sienta a la mesa de la Santa cena, y ya es, sentarse a la mesa es compartir una vida, bien sabemos nosotros que compartir la mesa es más que comer, es compartir la vida, Jesús dice; “Yo quiero compartir la vida con vosotros, yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo, y mi carne es vida, y mi carne es eternidad, y mi carne es luz, para que puedas ver como caminar, y para que estés acompañado en ese camino, sostenido por mi amor”.  El cuerpo que se reparte y la sangre que se derrama.  La sangre en la Eucaristía, y en la escritura, bien sabéis que es signo de la vida.  Os acordáis de aquella mujer, la hemorroisa, que perdía flujos de sangre, esta diciendo que esa mujer pierde la vida.  La mujer es la humanidad que se desangra, si el Señor no le toca para que no pierda la vida, y por eso el Señor le toca, sino que dice; “Bebe mi vida, bebe con mi vida, vive con mi eternidad”.  Esa es la Santa cena.

Los discípulos todavía no se dan cuenta de lo que está ocurriendo allí; “Tomad esto es mi cuerpo, el cuerpo que se entrega, mi cuerpo que es verdadera comida, mi cuerpo que es alimento de eternidad, y bebe la sangre que voy a derramar por ti, que te la voy a dar a ti, para que no te desangres, para que no quedes herido en la cuneta, para que vivas con mi vida, y además estoy con vosotros hasta el fin del mundo, me quedo en medio de vosotros en los sacramentos, me quedo en medio de vosotros en la Eucaristía”.  Pero esa comida nos remite a un amor, por eso San Juan no relata la Eucaristía en su Evangelio, San Juan relata el lavatorio de los pies, que no relatan los demás evangelistas, sentado a la mesa Jesús hace un gesto propio de los esclavos.  Los señores en la mentalidad judía vivían en casa con sus sandalias, los siervos iban descalzos, y antes de las comidas solemnes los siervos lavaban los pies a los señores.  Pedro no entiende algo tan rompedor, tú lavarme los pies a mí, tú el Maestro y Señor lavarme a mí los pies, y Jesús le dice; “Pedro ahora no lo entiendes, porque no vas a entender ni siquiera la Cruz, te vas a escandalizar con la Cruz, vas a huir de la Cruz, no vas a entender que mi amor es entregar la vida, y mi amor es ser esclavo, lavar los pies”.

Nuestro mundo de hoy habla mucho de amor, pero lo confunde con sentimientos, con emotivismo, sin darse cuenta que amar es entregar, entregar la vida, lavar los pies, dar el cuerpo y la sangre.  Por eso le dice; “Lo entenderás después, pero si no te lavo los pies no tienes nada que ver conmigo, no eres de los míos, porque yo os estoy enseñando a amar de un modo nuevo, estoy enseñando a que os améis unos a otros, a que os cuidéis los unos de los otros, a que compartáis la misma mesa, porque si no os amáis no podéis caminar, porque si no os perdonáis y os lavéis los pies vuestra vida será un infierno, porque lo que yo hago con vosotros, yo sostendré con mi alimento para que lo hagáis los unos a los otros”.  El Señor en el lavatorio de los pies nos enseña a servir, nos enseña a amar.

Recuerdo que los apóstoles pedían a Jesús, Señor enséñanos a orar, y les enseño el Padre Nuestro.  Yo diría esta tarde; Señor enséñame a amar, enséñame a lavar los pies, enséñame a compartir y dar mi vida, enséñame a hacer una mesa generosa, donde todos nos encontremos como hermanos, enséñame de este modo para que yo pueda caminar hacia una plenitud y una eternidad.

Y esto es lo que le pedimos al Señor esta tarde en la Santa Cena.  Él nos va a lavar una vez más los pies, yo lo voy a hacer hoy de modo simbólico con ocho personas, pero que cada uno se vea descalzado por el Señor.  El Señor a nuestros pies, el Señor lavándome los pies, el Señor invitándome a su mesa, donde me da su cuerpo, su sangre, su vida, para que yo pueda caminar bien, para que pueda caminar hacia la eternidad y hacia la plenitud.

Lo pedimos así esta tarde al Señor por la intercesión de la Virgen María.   Que así sea.


X Mario Iceta Gabicagogeascoa
Obispo de Bilbao







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