lunes, 9 de diciembre de 2019

HOMILÍA DE DON MARIO - SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN


“El Seminario, misión de todos”

8 de diciembre de 2019

Día del Seminario

 

Queridos hermanos y hermanas.

En la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, celebramos también el día del Seminario. El lema escogido para este año es: “el seminario misión de todos”. Recordamos las palabras de los mártires de Cartago en la época Romana: “sin la Eucaristía no podemos vivir”. Efectivamente, la Eucaristía es el pan de vida. Como nos recuerda Jesús: “Si no coméis mi carne y no bebéis mi sangre no tenéis vida en vosotros” (Jn 6, 53). Y por eso, en el Padrenuestro rogamos a Dios: “Danos hoy nuestro pan de cada día”. No sólo el pan material y tantos dones que necesitamos para vivir. Pedimos también el pan espiritual, el pan de vida para hoy y para la eternidad (cfr. Jn 6, 35).

Esta carne eucarística y este pan de vida nos llegan por medio del ministerio de los sacerdotes. En la última cena Jesús encomienda a sus apóstoles: “haced esto en memoria mía” (Lc 22, 19).  El Papa San Juan Pablo II nos recordaba que “La Iglesia vive de la Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia. Ésta experimenta con alegría cómo se realiza continuamente, en múltiples formas, la promesa del Señor: «He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 20); en la sagrada Eucaristía, por la transformación del pan y el vino en el cuerpo y en la sangre del Señor, se alegra de esta presencia con una intensidad única. Desde que, en Pentecostés, la Iglesia, Pueblo de la Nueva Alianza, ha empezado su peregrinación hacia la patria celeste, este divino Sacramento ha marcado sus días, llenándolos de confiada esperanza. (EdE 1).

Si la Iglesia vive de la Eucaristía, toda la Iglesia está concernida en que este misterio pueda ser habitualmente celebrado en todas las partes del mundo. Por eso, la oración que el Señor nos invita a realizar para que “el dueño de la mies envíe operarios a su mies” (cfr. Mt 9, 38) incumbe a toda la Iglesia. Todos sus miembros, cada uno según su propio carisma, debemos colaborar en suscitar las vocaciones al ministerio ordenado para que este sacramento sea siempre celebrado; cuidar su crecimiento y formación; y después, ya ordenados, acompañar y sostener su vida y ministerio.

El Papa Francisco se dirigía a unos seminaristas con estas palabras: El seminario es lugar y tiempo de discernimiento. Y esto requiere acompañamiento, como hace Jesús con los dos discípulos y con todos sus discípulos, especialmente con los Doce. Los acompaña con paciencia y sabiduría, y les enseña a seguir la verdad, desenmascarando las falsas expectativas que albergan en sus corazones” (discurso 24 noviembre 2018).

Como afirma el mensaje que ha dirigido la Conferencia Episcopal con ocasión de esta jornada: “Todos somos responsables de la pastoral de la llamada, de ser vehículo en manos de Dios para que otros puedan oír, sin miedo a equivocarse, la misión concreta que Dios ha puesto en sus manos. El sacerdocio es un ministerio indispensable en nuestra Iglesia. Dios llama a sus sacerdotes en determinados contextos humanos y eclesiales que los marcarán y caracterizarán; y Dios mismo envía a estos ministros ordenados al servicio del Evangelio de su Hijo. No tengamos miedo. Dios seguirá enviando obreros a su mies para que la apacienten según el corazón de Cristo”.

En este día del Seminario oremos por las vocaciones al ministerio sacerdotal. Que niños, jóvenes y adultos escuchen la llamada de Dios y sean ayudados a responder con generosidad. Oremos también por nuestros seminaristas y sus formadores. Que Cristo vaya modelando su corazón de buen pastor. Que sean servidores fieles y entregados a la porción del Pueblo de Dios que se les va a encomendar. Ayudemos al seminario con nuestra oración y cercanía. También colaboremos en sus necesidades materiales y económicas.

María, Madre de la Iglesia, nos acompañe en nuestro camino. A Ella encomendamos hoy de modo particular a nuestro seminario y a todos aquellos a quienes se dirige la llamada del Señor a compartir con Él este precioso ministerio de amor y servicio. Con gran afecto.

 

+ Mario Iceta Gabicagogeascoa

Obispo de Bilbao

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Alegría en el corazón de Dimas

Hemos entrado en Cuaresma, tiempo de preparación para celebrar la Semana Santa, con la Pascua cristiana: el triunfo de Cristo, después de su...