lunes, 2 de marzo de 2020

MENSAJE DE DON MARIO PARA SEMANA SANTA


El Obispo de Bilbao

 

Un año más, queridos hermanos cofrades, os saludo por medio de estas páginas ante la ya inminente llegada de la Semana Santa. Tiempo especialmente intenso para vosotros, llamados a expresar públicamente vuestra fe, mediante la participación en los actos de piedad y procesiones que nos muestran la Pasión del Señor.

 

Nuestra Villa de Bilbao, necesita encontrarse en nuestras calles, con los misterios centrales de la fe, magníficamente tallados por la mano de los artistas, y que ante todo son una manifestación humilde de nuestra fe en Jesucristo resucitado.

 

Y en este año quisiera acercarme al corazón de los jóvenes que estáis en estas hermandades, y donde de la mano de las generaciones más mayores, vais asumiendo responsabilidades y adaptando al presente lo que de aquellos recibís.

 

Pensando en vosotros, no puedo menos que agradecer a quienes os tomaron de la mano para acercaros hasta el Señor. Vuestros padres, catequistas, sacerdotes y amigos, que de manera natural y gozosa, encendieron en vuestras almas esa llama incandescente del amor de Dios, ayudándoos a conocer a Jesús, su vida y su Palabra, a su Madre la Santísima Virgen María, a quien por medio de las diferentes advocaciones os va mostrando el rostro de su hijo.

 

Y ahora sois vosotros quienes ya con una madurez recién estrenada, sentís también la gracia de ser llamados por el Señor para dar testimonio de su amor con vuestra entrega personal y vuestro compromiso cofrade.

 

Bien sabéis que estos momentos densos que ahora vais a vivir, requieren de una preparación larga, serena y responsable. Para ello tenéis todo el año, donde por medio de una formación espiritual adecuada, el contraste personal en la hermandad y la frecuente celebración de los sacramentos, os van capacitando para vivir con profundidad estos misterios centrales de la fe, la Pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor.

 

Ciertamente no os resultará sencillo, en medio de una sociedad más bien indiferente a la vida religiosa, tener que remar contracorriente y dar razón de vuestra fe en medio de los ambientes en los que os podéis encontrar. No tengáis miedo ni vergüenza. Sabed que el Señor está siempre a vuestro lado y que nada puede apartaros del amor de Cristo. (Cfr. Rm 8, 35) Pero también es preciso que sepáis acudir a la fuente de donde mana esa fuente de agua viva que es Jesús, para lo cual es necesario que busquéis con frecuencia encontraros con Él.

 

A eso os quiero animar. Sabed pedir los medios pastorales y espirituales que os ayuden a consolidar vuestra fe y vuestra esperanza, acudid a los sacerdotes de las cofradías, vuestros directores espirituales o consiliarios, y tened muy presente que el camino que hoy recorréis vosotros, otros lo realizaron antes, y es en esta larga sucesión de creyentes, donde vamos acogiendo y cumpliendo el mandato misionero del Señor, que nos envía a ser testigos de su amor en medio de nuestro mundo.

 

Termino, una vez más, agradeciendo de corazón todos vuestros esfuerzos y sobre todo vuestro testimonio silencioso y auténtico. Que Dios os bendiga a todos y os conceda una fecunda preparación para vivir con gozo los días santos que nos llevan a su gloriosa Resurrección.

 

                                               + Mario Iceta Gavicagogeascoa

                                                           Obispo de Bilbao

 

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