martes, 19 de diciembre de 2017

VARIOS ARTÍCULOS SOBRE EL PAPA


Sacerdote que dijo “la familia que reza unida, permanece unida” a un paso de los altares


El sacerdote irlandés P. Patrick Peyton, quien pronunció la famosa frase “familia que reza unida, permanece unida”, está más cerca de ser reconocido Beato después de que el Papa Francisco firmara este martes 19 de diciembre el Decreto que reconoce sus virtudes heroicas.
El desde ahora Siervo de Dios P. Patrick Peyton, también conocido como el “sacerdote del rosario” por su promoción de la oración mariana, nació en Irlanda el 9 de enero de 1909.
Tuvo 8 hermanos y, ya desde pequeño, mostró una profunda vida espiritual, que se materializaba en el rezo diario del rosario, y un gran desprendimiento de lo material.
Con 20 años emigró a Estados Unidos y comenzó a trabajar como sacristán en la catedral de Scranton, Pennsylvannia.
En 1928 comenzó su formación sacerdotal en el seminario de la Universidad de Notre Dame. Durante el período formativo enfermó de tuberculosis, por lo que pasó convaleciente un año entero.
Sin embargo, de forma repentina mejoró hasta la completa recuperación. El P. Peyton siempre atribuyó su repentina curación a la intercesión de la Virgen María.
Recibió la ordenación sacerdotal el 15 de mayo de 1941, y accedió a la Congregación Sacerdotal de la Santa Cruz. A partir de entonces, comenzó a promover el rezo del rosario entre las familias mediante cartas dirigidas a Obispos de Estados Unidos. Fue entonces cuando acuñó su famosa frase.
Impresionados por su tesón pastoral, los Obispos estadounidenses apoyaron la campaña del rezo del rosario familiar en sus diócesis. El P. Peyton incluso consiguió que se retransmitiera el rezo del rosario en una radio local.
En el año 1942 impulsó el movimiento del Apostolado del Rosario en Familia. A partir de 1947, numerosas estrellas de cine de Hollywood apoyaron un nuevo proyecto del sacerdote irlandés: la productora Family Theater Productions, cuyo objetivo era la producción de películas con valores cristianos y humanistas.
Poco a poco, extendió su campaña de promoción del rezo del Rosario por todo el mundo mediante las llamadas “Cruzadas del Rosario”: Canadá, Reino Unido, Europa continental… Sus eventos reunían a cientos de miles de personas para rezar el Rosario en ciudades tan dispares como Barcelona, San Francisco o Sao Paulo.
El P. Patrick Peyton falleció el 3 de junio de 1992. Su proceso de canonización se abrió el 1 de junio de 2001.


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El Papa critica a los países donde no nacen hijos y asegura que es obra del demonio


Al comentar el Evangelio de la liturgia del día, el Papa Francisco criticó a los países donde la natalidad es baja y dijo que es el resultado del engaño del demonio.
En la Misa que celebró en la Casa Santa Marta, el Pontífice recordó que el primer mandamiento de Dios fue el de “llenad la tierra, sed fecundos”. Y afirmó que “donde está Dios hay fecundidad”:
“Me viene a la mente cómo algunos países han elegido el camino de la esterilidad y padecen de esa enfermedad tan mala que es el invierno demográfico”.
“Los conocemos. No tienen hijos. ‘No, que el bienestar, que esto, que lo otro’. Ciudades vacías de niños, y esto no es una bendición. Pero esto es una cosa de paso. La fecundidad siempre es una bendición de Dios”, añadió.
En este sentido, advirtió de que “el diablo quiere la esterilidad. Quiere que cada uno de nosotros no viva para dar vida, sea física o espiritualmente, a los demás”. “Que viva para sí mismo: el egoísmo, la soberbia, la vanidad. Engordar el alma sin vivir para los otros. El diablo es el que hace crecer la cizaña del egoísmo y no nos hace fecundos”.
Francisco expresó que es una gracia tener hijos y habló de la Navidad: “aquí hay una cuna vacía, la podemos observar. Puede ser símbolo de esperanza porque vendrá el Niño, puede ser un objeto de museo, vacía toda la vida”.
“Nuestro corazón es una cuna. ¿Cómo es mi corazón? ¿Está vacío, siempre vacío, pero abierto a recibir continuamente vida y dar vida? ¿Para recibir y ser fecundo? ¿O será un corazón conservado como un objeto de museo que nunca ha estado abierto a la vida y a dar la vida?”, invitó a preguntarse a los fieles.


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Así combate el Papa Francisco la tentación del narcisismo


El Papa Francisco reconoció que procura no mirarse al espejo como forma de luchar contra actitudes narcisistas y de autorreferencialidad.
Preguntado sobre qué imagen tiene de sí mismo por estudiantes japoneses de la universidad jesuita de Tokyo, “Sophia University”, con quienes mantuvo una videoconferencia, el Santo Padre señaló que “hay que permanecer atentos cuando nos evaluamos a nosotros mismos”.
“Con el problema de la imagen siempre hay una confusión: pensemos en el espejo. Cuando nos peinamos y nos miramos en el espejo, obtenemos una imagen. Pero cuando el espejo entra en tu vida, se desarrolla una actitud casi totalmente narcisista y de autorreferencialidad”, advirtió.
Para Francisco “el espejo engaña siempre. La imagen que tengo de mí mismo… Yo trato de no mirarme en el espejo. Yo trato de mirarme dentro, a aquello que he sentido durante el día y en ese momento juzgarme a mí mismo”.
Más en concreto, explicó que “como imagen general, pienso que soy un pecador que Dios ha amado muchísimo y que me continúa amando, pero mi imagen plástica concreta la contemplo cada día examinando cómo me comporto, las decisiones que tomo y los errores que cometo. Una imagen que camina como camina la vida”.
A continuación, preguntado sobre el medio ambiente, el Santo Padre señaló que “hoy la humanidad se encuentra ante la necesidad de hacer frente a una elección ineludible: o se toma en serio la protección del medio ambiente, o iremos al límite de la destrucción de la humanidad”.
“Hace un mes vinieron a visitarme los Jefes de Estado de Oceanía y Polinesia, y me contaron el drama de algunas pequeñas islas que, en 20 años, desaparecieron por culpa del calentamiento global”, lamentó.
Además, “hace dos meses me impresionó la imagen de un gran barco procedente de China que navegaba por el Polo Norte. ¿Qué significa esto? Que se habían quebrado los hielos. Significa que se derriten los hielos por el calentamiento global”.
Ante esta situación, “debemos ser responsables y cuidar nuestro planeta. Con frecuencia se hacen muchas actividades que destruyen la Tierra. Pensemos en la Amazonía, en la deforestación, porque la Amazonía es el oxígeno de la humanidad”.
También se refirió a la contaminación de los océanos: “Hoy los mares han triplicado el nivel de tolerancia máxima de plásticos”.
El Papa criticó las actividades que “sólo buscan el interés económico. No podemos seguir sólo al dinero. El dinero se ha situado en el centro de los intereses, y por dinero se sacrifica todo”, criticó. Situar el dinero en el centro de todo “es lo que produce las guerras”.
Por eso, exhortó a dirigir la mirada hacia la encíclica Laudato Si’, que “no es tan solo una encíclica ecológica, sino que es una encíclica social, porque se ve cómo el desequilibrio ecológico provoca también una desigualdad social”.
Los estudiantes también preguntaron al Pontífice sobre los refugiados. “El problema de los refugiados es un problema tan grande como la historia: la persona humana es un migrante. El problema migratorio en Europa es la tragedia más grande desde la Segunda Guerra Mundial”.
“A un migrante no se le puede mandar de vuelta –afirmó el Papa–, es una persona humana que huye de la guerra o del hambre. A un migrante se le debe integrar. Meterlo en un gueto no es integrar. Hay que recibir a la persona, ayudarla y meterla en la sociedad”.
Por otra parte, “es obvio que cada país debe evaluar cuántos migrantes puede acoger. En este sentido, admiro a Suecia, y debo hacer también un homenaje a países como Italia y Grecia que ayudan a todos aquellos que llegan”.
El Papa insistió en la necesidad de la integración: “Por falta de integración se crean problemas contra la paz. Son grupos terroristas, minorías. Para la integración, está claro que es necesario crecer como persona. El migrante debe respetar la sociedad que lo acoge. La migración es un diálogo”.
En la última pregunta que le plantearon los estudiantes japoneses al Papa Francisco, el Santo Padre explicó su visión de Japón: “El pueblo japonés es un pueblo con ideales, un pueblo con capacidad de una profunda religiosidad, un pueblo trabajador. Un pueblo que ha sufrido mucho”.
“Japón vive un consumismo exagerado, pero se puede combatir con la capacidad que tenéis y con vuestros ideales. Sois un gran país, tengo admiración por vosotros. Me gustaría haceros una visita, pero no sé si podré porque tengo mucho trabajo que hacer. Preocupaos por conservar la cultura milenaria de la que sois herederos”, les pidió.


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Me preocupan los “jóvenes de sillón”, expresa el Papa Francisco


Durante una videoconferencia con un grupo de estudiantes, el Papa Francisco los exhortó a no permanecer quietos ni ser “jóvenes de sillón”, sino a caminar hacia un futuro, siempre cuidando de sus raíces.
El Santo Padre hizo este llamado a través de la videoconferencia que sostuvo con estudiantes de la universidad jesuita de Tokyo, la “Sophia University”. Antes de dar inicio a la conversación, proyectaron un video de los últimos años de la Iglesia y de los Pontífices: desde la elección de San Juan Pablo II, a la renuncia de Benedicto XVI y el Pontificado de Francisco.
Las alegrías del Papa y la educación universitaria
La primera pregunta fue la de una chica de tercero de Teología que fue bautizada este año. “¿Cuál ha sido la alegría más grande desde que ha sido elegido Papa?”. Francisco le dio la enhorabuena por estudiar Teología, porque “las mujeres que estudian Teología pueden llegar a una profundidad a la que no llegan los hombres”. “No es solo una alegría, son muchas alegrías. Me gusta cuando puedo estar con la gente, saludarla, cuando puedo conversar con los niños, ancianos, los enfermos. Me ayuda mucho estar con la gente, me hace sentir más joven. Y esto me da mucha alegría. Estas son las alegrías más grandes como Pontífice”, respondió.
La siguiente pregunta fue relativa a la educación universitaria. “Para llegar más alto se llega a cosas malas, por ejemplo, mirar por encima del hombro a las personas. La educación debe ser un crecimiento armónico de la persona. Usar todos los tres lenguajes humanos que tenemos: del intelecto, del corazón, el lenguaje de la mano”. “Una educación verdadera –continuó– debe armonizar estos tres lenguajes, y así al final de los estudios tendremos a un hombre o a una mujer que siente lo que piensa y lo realiza. La armonía no es equilibrio, pero está siempre abierta al servicio y ahora doy un paso más: una educación que no piensa en la mayoría va a la ruina, una educación involutiva que se mira a sí misma es peligrosa”.
Jóvenes “de sillón” y la religión
Como respuesta a cuáles son las preocupaciones y esperanzas de los jóvenes, Francisco aseguró que “son la esperanza del futuro”. “Espero que tengan la fuerza de ir adelante, pero me preocupa una cierta aceleración en las relaciones y en las expresiones que hacen perder a los jóvenes la memoria y las raíces”.
Francisco reveló que su gran preocupación es “que pierdan las raíces culturales, históricas, humanas. Jóvenes sin raíces”.
“Hace unos 26 años vi una película de Kurasawa 'Rapsodia en agosto', en la que Kurasawa toca el diálogo entre jóvenes y ancianos, en este caso entre nietos y abuelos. Los niños han encontrado las raíces. Las raíces están escondidas, por eso se necesita memoria para encontrarlas”.
“Que los jóvenes –aconsejó– se acostumbren a hablar con los ancianos. Necesitan buscar las raíces de la patria, de la familia, del ser humano”. Y este argumento “va en 3 tiempos: el pasado con la memoria, el presente con el desafío, y el futuro con la promesa”.
También afirmó que “los jóvenes no deben estar quietos, deben estar siempre en movimiento, en todo su ser, pero enraizados en sus raíces. Me preocupan los jóvenes que están quietos, que han llegado ya a los 25 años y se encuentran en un bienestar que les anula. En lugar de ser jóvenes que caminan hacia un futuro, ‘jóvenes de sillón, ‘jóvenes de museo’”.
Una estudiante de Myanmar -país que el Papa visitó recientemente-, preguntó sobre la importancia de la religión. Francisco recordó su viaje y se preguntó si la religión es “el opio del pueblo” como dijo Marx.
“La religión no es una invención teatral, sino que nace del ansia del corazón humano de trascenderse y encontrar al absoluto Dios. No podemos hablar de religión sin reconocer en nosotros la importancia de la trascendencia”.
“Todas las religiones hacen crecer. Si encontramos a alguna persona que dice que está al servicio de todas, pero no crece, es un idólatra. Busca solo una compensación con este comportamiento religioso. Como te enseña a trascender de ti mismo a Dios, te enseña a ir hacia los últimos”, añadió el Papa.
“La religión cristiana que yo profeso tiene como regla fundamental adorar a Dios y servir a los últimos. Ahora os digo otra cosa: una de las cosas que hace más mal es ser una persona hipócrita, que dice tener fe, pero vive como un ateo. Este es un testimonio malvado”.
El Papa concluyó: "ahora existe el fenómeno del fundamentalismo: todas las confesiones religiosas tienen un pequeño grupo de fundamentalistas que no responde a la idea religiosa, un refugio socio-político degenerado de la religión”.
“De estos fundamentalistas salen las actitudes al terrorismo que hace daño a los últimos. Y actitudes absolutistas. El absolutismo en la religión está en este grupo. La verdadera religión que te hace trascender e ir adelante en el servicio, en la ayuda a los pobres, y no hace daño. Eso que hace daño s la hipocresía y el fundamentalismo”. 


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