martes, 27 de febrero de 2018

ENTREVISTA AL OBISPO DON MARIO ICETA

ENTREVISTA A DON MARIO CON MOTIVO DE LAS CONFERENCIAS QUE IMPARTIRÁ EN MÉXICO, MONTERREY Y GUADALAJARA

  1. ¿Cuáles son los retos y perspectivas en torno a la vida a 50 años de la encíclica Humanae Vitae?

La encíclica se pensó y escribió en un contexto cultural y social complejo. Por un lado, toda la cuestión de la revolución sexual, del feminismo que había evolucionado en su tercera o cuarta generación hacia un radicalismo, y ello con un sustrato de pensamiento materialista práctico influenciado principalmente por pensadores como Marcuse. A esta revolución se une la cuestión del neomaltusianismo que tiene su expresión en las políticas de control de la natalidad que se implementan e impulsan decididamente en los países occidentales y se extiende a países en vías de desarrollo. Junto a ello, a nivel práctico, aparece la primera píldora anticonceptiva y el desarrollo exponencial posterior de los métodos anticonceptivos como expresión de lo que podríamos denominar imperativo tecnológico. Estos elementos marcan poderosamente la cultura contemporánea y se instauran en la cotidianeidad de la sociedad. Son estos precisamente los retos culturales que aparecen en la actualidad, a los que debemos dar respuesta desde la antropología cristiana. Esta antropología subraya la dignidad del ser humano, del matrimonio y de la familia, de toda vida humana y del don de la sexualidad lenguaje corporal del amor en el que está también inserto el maravilloso don de la procreación humana. Esta concepción del ser humano es capaz de iluminar la verdadera dignidad del ser humano, por encima de condicionamientos ideológicos, demográficos o tecnocráticos, para la edificación de una sociedad y un mundo realmente humano.

  1. ¿Qué significa para usted la vida humana?
Más que de vida humana me gusta hablar de persona humana. Porque la vida humana siempre remite a su carácter personal. Toda persona humana es un don de incalculable valor, imagen de Dios, que se nos confía para que juntos alcancemos la plenitud a la que estamos llamados. Toda vida humana debe ser acogida, querida, esperada, tutelada, promocionada, protegida, con independencia de cualquier condicionamiento. La persona humana es el regalo más grande que se nos puede confiar y sin el cual tampoco nosotros podemos desarrollarnos plenamente como personas.

  1. ¿Cuál es el futuro de la familia? ¿hay una cultura de la vida o de la muerte?
El término cultura  de la vida y cultura de la muerte fue tratado y desarrollado ampliamente en el Magisterio de San Juan Pablo II. Por ejemplo, en la encíclica Evangelium vitae podemos comprender con profundidad los elementos de estas dos culturas que aparecen solapadas en la sociedad actual. Nosotros, como cristianos, somos servidores de la vida, promotores y constructores de la ciudad de la vida. En esta edificación, la familia adquiere una importancia capital ya que es el lugar antropológico por excelencia donde nace la vida y donde es acogida, querida sin ningún condicionamiento, y acompañada en su recorrido existencial. La familia es, en palabras de San Juan Pablo II, el santuario de la vida. Una sociedad que cuida de la familia está asegurando un futuro humano y esperanzador. Una sociedad que descuida la familia siembra un caldo de cultivo de violencia, tristeza y desesperanza.

  1. ¿Cuál es la situación del aborto en el mundo?
Las legislaciones de los países a nivel global han ido liberalizando progresivamente la práctica del aborto. Existe a este respecto una gran amplitud de situaciones: desde lo que conocemos como leyes de plazos, donde se permite el aborto hasta un determinado número de semanas de embarazo, que varía según las legislaciones, principalmente en países del continente europeo y asiático, pasando por lo que conocemos como leyes de supuestos, que se va extendiendo por países de América latina y África, quedando en la actualidad muy pocos países donde el aborto no es permitido por la legislación. Asistimos, así mismo, a un acomodo de la sociedad a la práctica del aborto. Se considera como algo que debe ser permitido, y en ambientes occidentales así como en las políticas que dimanan de organismos internacionales llega a considerarse como un derecho ligado a lo que se conoce como salud reproductiva. Frente a esta situación es necesario concienciar del don de la vida humana, también en el estadio inicial intrauterino, que como bien afirma el Papa Francisco en la Amoris laetitia, merece ser esperado, acogido gratuitamente, reconocido como un don inmenso que se nos da y proponer caminos que respeten tanto a la madre como al hijo en aquellas situaciones que puedan resultar problemáticas para la mujer gestante.

  1. ¿Qué perspectivas hay para el siglo XXI sobre el valor, la dignidad y la defensa de la vida humana?
Cuando vemos las noticias que diariamente nos presentan los medios de comunicación, se nos cae el alma a los pies. Las terribles y cruentas guerras que siguen dolorosamente vivas en el mundo, las tremendas hambrunas y pobrezas que generan movimientos migratorios en situaciones lamentables y con finales trágicos, las situaciones de violencia e indignidad que muchas veces agreden de modo inmisericorde a niños, mujeres y ancianos, el desprecio por la vida humana de sistemas injustos de raíz política, económica y social instaurados en muchas regiones de la tierra, las situaciones de insolidaridad, egoísmo e injusticia… nos hacen ver la presencia de esa tenebrosa y cruel cultura de la muerte. Frente a este panorama que me recuerda a aquella llanura llena de huesos secos de la que nos habla el profeta Ezequiel, también es posible vislumbrar a los sembradores de la cultura de la vida que acogen y tutelan la vida debilitada y empobrecida, que promocionan sistemas económicos y sociales justos, equitativos y solidarios, personas y grupos que comparten su tiempo, sus bienes y sus vidas generando minorías creativas donde es posible generar vida y esperanza, que recrean modos nuevos de economía de comunión, cooperativa, que propagan estilos de vida diferentes que hoy son verdaderamente contraculturales, como lo es el Evangelio… Es precisamente esta la tarea que el Señor Jesús nos ha encomendado como testigos y sembradores del Reino de Dios en el mundo. Una tarea ciertamente apasionante en la que merece la pena empeñar la vida.

  1. Respecto a la conferencia que usted impartirá "Evolución de los temas en torno a la vida desde Humanae Vitae", ¿nos puede adelantar de manera general cómo ha sido esa evolución?.

Pues precisamente lo que le he respondido anteriormente viene a resumir el núcleo de la conferencia: examinar las raíces culturales que suscitaron la promulgación de esta encíclica y ver cómo esos elementos, de modo esquemático, han ido evolucionando en estos últimos cincuenta años.

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