viernes, 22 de junio de 2018

MISA DEL DOMINGO 24/06/18

DOMINGO 24

Natividad de San Juan Bautista

Blanco Solemnidad MR, p. 733 (755) / Lecc. II, p. 1078


La Iglesia celebra gozosa el nacimiento de Juan el Bautista, cuya misión fue dar testimonio de la luz en el umbral de los tiempos nuevos. Jesús mismo destacó el incomparable papel del Bautista, cuando dijo: "Entre los hijos de las mujeres no hay ninguno que se pueda comparar con Juan el Bautista".


INFANCIA ES DESTINO

Is 49, 1-6. Hech 13, 22-26; Lc 1, 57-66. 80


El relato del anuncio de nacimiento de Juan Bautista nos permite adentramos a la intimidad de una familia promedio en tiempos de Jesús. El nacimiento y la circuncisión de un niño eran eventos significativos que ofrecían una ocasión para que la familia, los vecinos y parientes, compartieran dicha alegría en un clima de cercanía. Zacarías e Isabel no vivían su vida en el aislamiento sino en la interacción con su familia ampliada. Todo mundo hablaba y daba su parecer, formulando interrogantes y comentarios sobre el futuro de aquel niño que había venido a alterar la rutina de un par de ancianos. Si Dios se había compadecido de aquella pareja sin descendencia, era lógico pensar que dicho niño marcaría una diferencia en Israel. Desde su origen, el pequeño Juan era una señal. La compasión de Dios no solamente iba atada a su nombre sino también a sumisión.

Misa Vespertina de La Vigilia

Esta Misa se utiliza en la tarde del día 23 de junio, antes o después de las primeras vísperas de la solemnidad.

ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 1, 15. 14

Será grande a los ojos del Señor, y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre, y muchos se alegrarán de su nacimiento.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Te rogamos, Dios todopoderoso, que a tu familia santa le concedas avanzar segura por el camino de la salvación y que siguiendo las exhortaciones de san Juan, el Precursor, legue segura al encuentro de quien él mismo anunció, Jesucristo, nuestro Señor. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Desde antes de formarte en el seno materno, te conozco.

Del libro del profeta Jeremías: 1, 4-10


En tiempo de Josías, el Señor me dirigió estas palabras: "Desde antes de formarte en el seno materno, te conozco; desde antes de que nacieras, te consagré profeta para las naciones".

Yo le contesté: "Pero, Señor mío, yo no sé expresarme, porque apenas soy un muchacho".
El Señor me dijo: "No digas que eres un muchacho, pues irás a donde yo te envíe y dirás lo que yo te mande.

No tengas miedo, porque yo estoy contigo para protegerte", palabra del Señor. El Señor extendió entonces su brazo, con su mano me tocó 'aboca y me dijo: "Desde hoy pongo mis palabras en tu boca y te doy autoridad sobre pueblos y reyes, para que arranques y derribes, para que destruyas y deshagas, para que edifiques y plantes". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17


R/. Desde el seno de mi madre tú eres mi apoyo.


Señor, tú eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que eres justo, ayúdame y defiéndeme; escucha mi oración y ponme a salvo. R/.

Sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor, de los malvados. R/.

Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío. Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me sostenías. R/.


Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. Me enseñaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es mi orgullo.

SEGUNDA LECTURA

Los profetas investigaron profundamente la gracia destinada a ustedes.

De la primera carta del apóstol san Pedro: 1, 8-12


Hermanos: Ustedes no han visto a Cristo Jesús y, sin embargo, lo aman; al creer en elabora, sin verlo, se llenan de una alegría radiante e indescriptible, seguros de alcanzar la salvación de sus almas, que es la meta de la fe.

Los profetas, cuando predijeron la gracia destinada a ustedes, investigaron también profundamente acerca de la salvación de ustedes. Ellos trataron de descubrir en qué tiempo y en qué circunstancias se habrían de verificar las indicaciones que el Espíritu de Cristo, que moraba en ellos, les había revelado sobre los sufrimientos de Cristo y el triunfo glorioso que los seguiría. Pero se les dio a conocer que ellos no verían lo que profetizaban, sino que estaba reservado para nosotros. Todo esto les ha sido anunciado ahora a ustedes, por medio de aquellos que les han predicado el Evangelio con la fuerza del Espíritu Santo, enviado del cielo, y ciertamente es algo que los ángeles anhelan contemplar.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 1, 7; Lc 1, 17

R/. Aleluya, aleluya.


Él vino para dar testimonio de la luz y prepararle al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo. R/.

EVANGELIO

Tu mujer te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre de Juan.

Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 5-17


Hubo un tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente, cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad.

Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la hora de la incensación.

Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor, y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con bondad, Señor, la ofrenda que tu pueblo te presenta en la solemnidad de san Juan Bautista, y concédenos hacer realidad, mediante una vida entregada a tu servicio, lo que en este misterio celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio propio, como en la Misa del día, MR, p. 735 (757).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 1, 68

Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.

ORACION DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con el pan del cielo, Señor, concédenos que nos acompañe la poderosa intercesión de san Juan Bautista, y que el mismo que anunció al Cordero que habría de borrar nuestros pecados, ruegue a tu Hijo que nos acoja, complacido. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE ENTRADA Jn 1, 6-7; Lc 1, 17

Vino un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. El vino para dar testimonio de la luz y prepararle al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo.

Se dice Gloria,

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que suscitaste a san Juan Bautista para prepararle a Cristo, el Señor, un pueblo dispuesto a recibirlo, concede ahora a tu Iglesia el don de la alegría espiritual, y guía a tus fieles por el camino de la salvación y de la paz. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Te convertiré en luz de las naciones.

Del libro del profeta Isaías: 49,16


Escúchenme, islas; pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el vientre de mi madre; cuando aún estaba yo en el seno materno, él pronunció mi nombre.

Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano, me hizo flecha puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: "Tú eres mi siervo, Israel; en ti manifestaré mi gloria". Entonces yo pensé: "En vano me he cansado, inútilmente he gastado mis fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa la tenía mi Dios". Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para que fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera a él y congregar a Israel en torno suyo —tanto así me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza—Ahora, pues, dice el Señor: "Es poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra".

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 138, 1-3. 13-14ab. 14c-15


R. Te doy gracias, Señor, porque me has formado maravillosamente.


Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuándo me siento y me levanto, desde lejos sabes mis pensamientos, tú observas mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R/.

Tú formaste mis entrañas, me tejiste en el seno materno te doy gracias por tan grandes maravillas; soy un prodigio y tus obras son prodigiosas. R/. 

Conocías plenamente mi alma; no se te escondía mi organismo, cuando en lo oculto me iba formando y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.


SEGUNDA LECTURA

Antes de que Jesús llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de penitencia.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 13, 22-26


En aquellos días, Pablo les dijo a los judíos: "Hermanos: Dios les dio a nuestros padres como rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David, hijo de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará todos mis designios.

Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel un salvador: Jesús. Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía: `Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien no merezco desatarle las sandalias'.

Hermanos míos, descendientes de Abraham, y cuantos temen a Dios: Este mensaje de salvación les ha sido enviado a ustedes".

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 1, 76

R. Aleluya, aleluya.


Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos.

R. Aleluya, aleluya.

EVANGELIO

Juan es su nombre.

Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 57-66.80


Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella.

A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles: "No. Su nombre será Juan". Ellos le decían: "Pero si ninguno de tus parientes se llama así".

Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara el niño. El pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre". Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios.

Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos y en toda la región montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de ello se preguntaban impresionados: "¿Qué va a ser de este niño?". Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios estaba con él.

El niño se iba desarrollando físicamente y su espíritu se iba fortaleciendo, y vivió en el desierto hasta el día en que se dio a conocer al pueblo de Israel.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


REFLEXIÓN: Al fiel testimonio del Bautista en favor de la mesianidad de Jesús correspondió el aval de Cristo sobre la grandeza sin igual de su precursor: Juan es "el más grande de los profetas", y "el mayor entre todos los nacidos de mujer"... Él es un hombre sincero y honesto, que practica la denuncia del mal, aunque en ello le vaya la vida. Él es un hombre humilde y sensato, que reconoce que su persona y su anuncio están en función de otro superior a él, del que él es simple testigo. Una sola frase condensa todo el su mensaje: "Conviértanse, porque está cerca el Reino de Dios". A la gente bien dispuesta el Bautista les propone dos actitudes básicas: amor y justicia.

Se dice Credo

PLEGARIA UNIVERSAL


Imploremos humildemente a Dios Padre, que ha manifestado su misericordia para con el mundo enviando a san Juan Bautista como precursor de Jesucristo, y pidámosle por todos los hombres.

Para que la Iglesia de Dios anuncie a Cristo con tal convicción y entusiasmo, que los hombres se conviertan y crean en él, roguemos al Señor.

Para que el pueblo de Israel, escuchando la voz de Juan y los profetas, llegue a reconocer a Cristo como su Mesías y Salvador de todos, roguemos al Señor.

Para que quienes viven esclavizados por el pecado encuentren en su camino una voz que los llame a la conversión, roguemos al Señor.

Para que nosotros sigamos a Cristo con la misma fidelidad con que Juan lo precedió, roguemos al Señor.

Bendice, Padre de misericordia, a tu pueblo, y, pues-to que pone su confianza en la intercesión de san Juan Bautista, concédele todo lo que con fe te ha pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Presentamos, Señor, en tu altar estos dones, al celebrar con el debido honor el nacimiento de aquel que no sólo anunció al Salvador que habría de venir, sino, además, lo mostró ya presente. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO

La misión del Precursor


En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.

Porque en la persona de su Precursor, Juan el Bautista, alabamos tu magnificencia, ya que lo consagraste con el más grande honor entre todos los nacidos de mujer. Al que fuera, en su nacimiento, ocasión de gran júbilo, y aun antes de nacer saltara de gozo ante la llegada de la salvación humana, le fue dado, sólo a él entre todos los profetas, presentar al Cordero que quita el pecado del mundo. Yen favor de quienes habrían de ser santificados, lavó en agua viva al mismo autor del bautismo, y mereció ofrecerle el supremo testimonio de su sangre. Por eso, unidos a los ángeles, te alabamos continuamente en la tierra, proclamando tu grandeza sin cesar: Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 1, 78

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos ha visitado el sol que nace de lo alto.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados por el banquete celestial del Cordero, te rogamos, Señor, que tu Iglesia, llena de alegría por el nacimiento de Juan el Bautista, reconozca en aquel que Juan anunció que habría de venir al autor de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La profecía de Isaías presenta a una figura misteriosa que comparte el sentido último de su existencia. El personaje anónimo se identifica a sí mismo como Siervo de Dios. El servicio que realizará no estará definido por el uso de la fuerza militar ni por el despliegue del poder político. Sera una vocación marcada por el uso constante de la palabra. Las habilidades del profeta tienen que ver con el lenguaje. Hablar y profetizar no es un asunto menor. Es necesario honrar con la congruencia lo que se anuncia y denuncia. No basta con subir, compartir y propagar "memes" y noticias basuras sobre la desprestigiada clase política para ser un ciudadano responsable o un profeta creyente y contemplativo. La capacidad de analizar críticamente la información, de proponer alternativas, de mirar con esperanza y sobre todo, de participar, metiendo el hombro a los problemas es más importante y decisivo que propagar información intrascendente en las redes. La calidad profética de Juan Bautista será siempre un referente para los ciudadanos cristianos.

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