miércoles, 8 de mayo de 2019

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El Papa pide a jóvenes imitar a la Madre Teresa para ser artesanos de sueños y esperanza


El Papa Francisco pidió a jóvenes ser “artesanos de sueños y esperanza” durante un encuentro juvenil en el centro pastoral ecuménico e interreligioso de Skopje, capital de Macedonia del Norte y ciudad natal de la Madre Teresa.
Al inicio del encuentro el Obispo de Skopje, Mons. Kiro Stojanov, regaló simbólicamente al Santo Padre pan y sal. Luego, hubo tres testimonios intercalados por cantos y bailes: una pareja cristiana mixta (católico y ortodoxa), una joven musulmana y una joven católica de rito bizantino.
Durante su discurso, el Pontífice respondió a las preguntas de los jóvenes y los animó a ser seguir el ejemplo de la Madre Teresa quien “no tuvo miedo a soñar”.
 “Piensen en Madre Teresa. Cuando vivía aquí no se imaginaba cómo sería su vida, pero no dejó de soñar y de esforzarse por descubrir siempre el rostro de su gran amor, Jesús, en todos aquellos que estaban al borde del camino. Ella soñó a lo grande y por eso también amó a lo grande”, dijo el Papa.
En esta línea, el Santo Padre aseguró que cada uno “al igual que Madre Teresa, está llamado a trabajar con sus propias manos, a tomar la vida en serio, para hacer algo hermoso con ella”.
No permitamos que nos roben los sueños
Además, Francisco se detuvo pensando que faltaba una página en el discurso, pero después continuó explicando que el texto estaba mal numerado.
El Papa destacó que “nunca se sueña demasiado” y agregó que “uno de los principales problemas de la actualidad y de tantos jóvenes es que han perdido la capacidad de soñar. Ni mucho ni poco, no sueñan; y cuando una persona no sueña, cuando un joven no sueña, ese espacio es ocupado por el lamento y la resignación”.
Por ello, el Papa exclamó: “No permitamos que nos roben los sueños, no nos perdamos la novedad que el Señor nos quiere regalar. Encontrarán muchos imprevistos, muchos... pero es importante que los afronten y busquen con creatividad transformarlos en una oportunidad. Nunca solos, nadie puede pelear solo”, afirmó.
“He ahí un hermoso secreto para soñar y hacer de nuestra vida una hermosa aventura. Nadie puede pelear la vida aisladamente, no se puede vivir la fe, los sueños sin comunidad, solo en su corazón o en casa, encerrado o aislado entre cuatro paredes, se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante”, explicó el Papa.
En este sentido, el Santo Padre destacó la importancia de soñar juntos “todos unidos, sin barreras” y pidió: “por favor, sueñen juntos, no solos; con los demás, nunca contra los demás. Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos”.
“Y cuando los sueños se empequeñezcan y el corazón parezca que se apaga, busquen una comunidad, tómense de las manos y recuerden que hay Alguien que los quiere vivos”, destacó.
De este modo, el Pontífice recordó las palabras de Liridona -una de las jóvenes que dio su testimonio- para destacar la importancia de “dar esperanza a un mundo cansado, junto con los demás, cristianos y musulmanes. Sin lugar a dudas, un sueño muy hermoso”, dijo.
A ustedes los jóvenes les gustan las aventuras. Y me alegra que así sea, porque es la manera más hermosa de ser joven: vivir una aventura, una buena aventura. El joven no tiene miedo a hacer de su vida una buena aventura”. Y les preguntó: “¿Qué aventura requiere más valor que ese sueño que nos compartió Liridona: el de darle esperanza a un mundo cansado?”, señaló el Papa
Por ello, Francisco advirtió que “el mundo está cansado, el mundo está dividido y parece que es rentable dividirlo y dividirnos aún más; con cuánta fuerza pueden resonar las palabras del Señor: ‘Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios’. ¿Qué adrenalina mayor que la de empeñarse todos los días, con dedicación, en ser artesanos de sueños, artesanos de esperanza?”, reflexionó.
“Los sueños nos ayudan a mantener viva la certeza de saber que otro mundo es posible y que estamos invitados a involucrarnos y formar parte de él con nuestro trabajo, con nuestro compromiso y acción”, explicó.
En este sentido, el Papa destacó que en Macedonia del Norte “hay una hermosa tradición, la de los artesanos escultores, hábiles en tallar y trabajar la piedra” por lo que afirmó que “es necesario ser como esos artistas y convertirnos en buenos escultores de los propios sueños. Un escultor toma la piedra en sus manos y lentamente comienza a darle forma y a transformarla, con dedicación y esfuerzo, y sobre todo con muchas ganas de ver cómo esa piedra, por la que nadie daría nada, se convierte en una hermosa obra de arte”.
Los sueños más bellos se conquistan con esperanza, paciencia y empeño, renunciando a las prisas”, señaló el Papa quien recordó al mismo tiempo que “no hay que detenerse por inseguridad, no hay que tener miedo de apostar y de cometer errores” y más bien “sí hay que tener miedo a vivir paralizados, como muertos en vida, convertidos en seres que no viven porque no quieren arriesgar, porque no perseveran en sus empeños o porque tienen temor a equivocarse”. “¡No tengan miedo de volverse artesanos de sueños y esperanza!”, alentó.
Por otro lado, el Santo Padre confió cuál ha sido la mejor lección de su vida. “En los años que tengo -y no son pocos-, ¿Saben cuál es la mejor lección que he visto y conocido a lo largo de mi vida? El ‘cara a cara’. Hemos entrado en la era de las conexiones, pero poco sabemos de comunicaciones. Muy conectados y poco involucrados los unos con los otros. Porque involucrarse pide la vida, exige estar y compartir momentos buenos... y no tan buenos”, advirtió.
Al terminar su discurso, una joven invitó a rezar juntos la oración de Madre Teresa ‘¿Señor quieres mis manos?’ para que se graben esta certeza y puedan vivirla en su vida:
“Señor, ¿quieres mis manos para ayudar hoy a los pobres y enfermos que lo necesitan? Señor, hoy te ofrezco mis manos. Señor, ¿quieres mis pies para que me lleven hoy a quienes necesitan un amigo? Señor, hoy te ofrezco mis pies. Señor, ¿quieres mi voz para que hable hoy con los que necesitan tu palabra de amor? Señor, hoy te ofrezco mi voz. Señor, ¿quieres mi corazón para que ame a todos, sin excepción? Señor, hoy te ofrezco mi corazón”.
Después, el Papa se dirige junto al Obispo de Skopje al interior de la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús en donde se llevará a cabo el encuentro con los religiosos y los sacerdotes, acompañados por sus familias.

(publicado en ACIPRENSA)

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Esta es la oración que el Papa Francisco recitó en el memorial de la Madre Teresa


El Papa Francisco visitó el memorial de la Madre Teresa localizado en Skopje, capital de Macedonia del Norte, construído en donde estuvo la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, destruida en 1963, lugar en donde la religiosa fue bautizada al día siguiente de su nacimiento y donde acudía a rezar frecuentemente.
Durante su visita, el Santo Padre fue a la capilla en donde estaban expuestas sobre el altar las reliquias de la Santa, objetos personales y cinco velas que representan las confesiones religiosas presentes en el país.
Tras haber rezado en silencio, el Papa Francisco recitó una oración en honor a la Madre Teresa.
A continuación, el texto completo de la oración del Santo Padre:
Dios, Padre de misericordia y de todo bien, te damos gracias por el don de la vida y el carisma de la santa Madre Teresa. En tu gran providencia, la has llamado a dar testimonio de tu amor entre los más pobres de la India y del mundo. Ella supo hacer el bien a los más necesitados, puesto que reconoció en cada hombre y mujer el rostro de tu Hijo.
Dócil a tu Espíritu, ha sido la voz orante de los pobres y de todos aquellos que tienen hambre y sed de justicia. Acogiendo el grito de Jesús en la cruz, «tengo sed», Madre Teresa ha calmado la sed de Jesús en la cruz, cumpliendo las obras del amor misericordioso.
Te pedimos, santa Madre Teresa, madre de los pobres, tu especial intercesión y ayuda, aquí, en la ciudad de tu nacimiento, donde estaba tu casa.
Aquí recibiste el don del nuevo nacimiento en los sacramentos de la iniciación cristiana. Aquí escuchaste las primeras palabras de la fe en tu familia y en la comunidad de los fieles. Aquí comenzaste a ver y a conocer a los necesitados, a los pobres y a los pequeños. Aquí aprendiste de tus padres a amar a los más necesitados y a ayudarlos. Aquí, en el silencio de la iglesia, escuchaste la llamada de Jesús a seguirlo, como religiosa, en las misiones.
Desde aquí te pedimos: intercede ante Jesús para que también nosotros obtengamos la gracia de estar vigilantes y atentos al grito de los pobres, de aquellos que están privados de sus derechos, de los enfermos, de los marginados, de los últimos. Que Él nos conceda la gracia de verlo en los ojos de quien nos mira porque necesita de nosotros.
Que nos dé un corazón que sepa amar a Dios presente en cada hombre y mujer, y que sepa reconocerlo en aquellos que están afligidos por el sufrimiento y la injusticia. Que nos conceda la gracia de ser también nosotros signo de amor y esperanza en nuestro tiempo, en el que hay tantos necesitados, abandonados, marginados y emigrantes. Que haga que nuestro amor no sea solo de palabra, sino que sea eficaz y verdadero, para que podamos dar testimonio creíble de la Iglesia, que tiene el deber de predicar el Evangelio a los pobres, la liberación a los prisioneros, la alegría a los tristes, la gracia de la salvación a todos.
Santa Madre Teresa, ruega por esta ciudad, por este pueblo, por su Iglesia y por todos los que quieren seguir a Cristo, Buen Pastor, como discípulos suyos, realizando obras de justicia, de amor, de misericordia, de paz y de servicio, como Él que vino no para ser servido sino para servir y dar la vida por muchos, Cristo nuestro Señor. Amén.

(publicado en ACIPRENSA)

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